13- ¿JOSÉ, ESPOSO DE MARÍA?

RAQUEL Los micrófonos de Emisoras Latinas siguen instalados aquí, en Nazaret, a las afueras de la Basílica de la Anunciación donde, al parecer, no se anunció nada. Al menos, eso es lo que nos ha dicho en exclusiva Jesucristo, el hijo de María…

JESÚS … Y de José.

RAQUEL Bienvenido una vez más, Jesucristo. Hablemos, entonces, de José. Se ha dicho que usted era de una familia muy pobre… Pero, al menos, su padre tenía un taller de carpintería…

JESÚS ¿Un taller?… Aquí nadie tenía nada.

RAQUEL ¿José no era carpintero? Pertenecería a una clase media, lo que hoy llamaríamos un mediano emprendedor…

JESÚS ¡Clase media!… Aquí la única clase era la de los desempleados…

RAQUEL Pero en el evangelio dice que usted era el hijo del carpintero…

JESÚS Lo habrán escrito así para levantar un poco a mi padre. Pero él, como todo el mundo en Nazaret, era un hacelotodo.

RAQUEL ¿Un hacelotodo?

JESÚS Sí, un artesano de cualquier cosa. Mi papá trabajaba en lo que saliera. Venía el terrateniente, lo contrataba para recoger uvas. Mañana levantabas un muro. Pasado cortabas trigo. Y la mayoría de días, una mano sobre la otra. No había trabajo en Galilea.

RAQUEL En fin, volvamos al punto que más interesa a nuestra audiencia. En la anterior entrevista, usted afirmó que José fue su padre… su padre-padre…

JESÚS Sí, claro.

RAQUEL Esto significa que… que María y José eran esposos.

JESÚS Si, claro.

RAQUEL Y que vivían como esposos…

JESÚS Por supuesto, ¿cómo iban a vivir?

RAQUEL No es tan supuesto, porque siempre nos pintaron a un José viejito, de barba blanca, con una vara florida…

JESÚS La única vara que recuerdo en manos de mi padre es una vez que yo me porté muy mal…

RAQUEL No, me refería a la castidad… Porque, si no es indiscreción, me gustaría hablar del lado humano de esa pareja… ¿Ellos se querían, se amaban? ¿O eran la sagrada familia, un matrimonio sólo de apariencias?

JESÚS Pero, ¿qué estás diciendo, Raquel? Ellos se querían muchísimo. Mi padre siempre llamaba a mi madre “mi morenita”, como la del Cantar de los Cantares. ¿Conoces ese poema de amor, verdad?

RAQUEL Sí, alguna vez lo leí…

JESÚS A mí me gustaba mucho cuando veía a mi padre y a mi madre caminar abrazados al atardecer… Mi hermano Santiago y yo nos subíamos al muro a espiarlos… Y los atrapábamos besándose… Y mamá se ponía roja de vergüenza…

RAQUEL Sin embargo, en el evangelio dice que cuando ellos estaban de novios, María apareció embarazada… y José tuvo muchas dudas y hasta pensó abandonarla… ¿Usted supo algo de esta crisis prematrimonial?

JESÚS Como comprenderás, yo nunca les pregunté sobre esas cosas. Aunque una vez…

RAQUEL ¿Una vez qué?

JESÚS Una vez, aquí en Nazaret, me insultaron, me llamaron bastardo…

RAQUEL ¿Y por qué lo habrían llamado así?

JESÚS Bueno, en aquel tiempo abusaban de las muchachas, las forzaban…

RAQUEL Igual que ahora…

JESÚS Pero como te digo, yo nunca pregunté nada de eso. Tampoco me preocupaba porque José me quería muchísimo. Él me hizo un hombre. Me enseñó a trabajar, me enseñó a ser justo. Algún día te contaré cómo fue su final.

RAQUEL O sea, que la posibilidad de que su padre no haya sido su padre…

JESÚS Padre no es sólo quien engendra. Eso lo sabe hacer cualquier animalito. Padre es quien te cría. Quien te enseña a vivir.

RAQUEL En resumen, Jesucristo nos ha dejado sin ángeles anunciadores a María, sin sueños reveladores a José, sin vírgenes que dan a luz… ¿con qué nos quedamos?

JESÚS Quédate con el amor. Mi madre y mi padre se querían. Eso es lo más importante. Lo único importante.

RAQUEL Amigas, amigos, ahora quisiéramos escucharlos a ustedes. Los teléfonos de Emisoras Latinas están a su disposición. También nuestra página web, recuerden www.emisoraslatinas.net. Soy Raquel Pérez, desde Nazaret.

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Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.

NOTAS

Un gran desconocido

Así como de María los evangelios nos dan algunos datos importantes para reconstruir rasgos de su personalidad, de José no sabemos prácticamente nada. María habla en los evangelios, José no dice una sola palabra. Sólo en dos de los cuatro evangelios José aparece varias veces, pero únicamente en los relatos de la infancia de Jesús, que más que históricos o biográficos, comunican símbolos de la cultura hebrea, por estar construidos con referencias a personajes y a acontecimientos del Antiguo Testamento. Por ejemplo, el José que recibe en sueños el anuncio de que María ha engendrado a un hijo hace eco al José del Génesis que soñaba el futuro. A pesar de lo poco que sabemos de José de Nazaret, la iglesia católica ha producido una abundantísima bibliografía sobre él, hasta construir una rama de la teología, la “josefología”. Desde hace años, los josefólogos celebran congresos internacionales en distintos países para construir especulaciones sobre el sentido de la vida de este hombre.

Un hacelotodo

Qué José fuera “carpintero” se basa en una cita del evangelio de Mateo, donde se habla de Jesús como “hijo del carpintero” (Mateo 13,55). La palabra aramea para designar este oficio es “nagar”, que significa algo más amplio: artesano. La palabra griega que utiliza Mateo en su escrito es “tekton”, concepto aún más amplio, que designa a un trabajador en general, a alguien que hace cualquier tipo de trabajos.

¿Hijo de “madre soltera”?

La tradición ha presentado a José como un hombre anciano, y por tanto sin impulso ni actividad sexual, para reforzar la idea de la virginidad física de María. Tal vez José no fue el padre genético de Jesús, pero no porque María concibiera virginalmente a Jesús, sino porque Jesús fue engendrado como fruto de una violación sexual. Esta hipótesis tiene fundamento en el evangelio de Juan, donde Jesús es llamado “samaritano”, un insulto muy fuerte equivalente a “bastardo” (Juan 8,48). También tiene base en el dato, insólito en aquel tiempo, de que el evangelio mencione a Jesús simplemente como el “hijo de María” (Marcos 6,3), ya que era obligado el referente masculino al presentar a cualquier persona.

Incluso, tiene fundamento esta hipótesis en la misma palabra que utiliza Mateo para hablar de María como “parthenos”. Esta palabra griega designaba la virginidad física, pero era también un eufemismo que se empleaba, tanto para hablar de una mujer no casada y embarazada (nuestras actuales “madres solteras”), como para hablar de una muchacha violada y embarazada. Así, los hijos de padres no conocidos eran llamados “hijos de virgen”. Y esto era así porque en la antigüedad la virginidad era vista más como un estado social (mujer sin hombre) que como un estado físico (mujer con el himen intacto).

La hipótesis de la violación sexual

En las primeras polémicas entre paganismo y cristianismo se menciona el hecho de que María fue violada. El filósofo pagano Celso en “Verdaderas Doctrinas”, obra escrita en el año 178, da incluso el nombre del violador: Panthera, un soldado romano. Éste era un nombre griego bastante común en su tiempo, y era también el nombre de una de las legiones romanas que estuvieron ocupando Palestina en los años en que Jesús nació. Las violaciones sexuales de las tropas romanas contra mujeres galileas eran muy frecuentes. Expresaban entonces —como expresan ahora, en las guerras y en las intervenciones militares— más que un deseo sexual masculino e instintivo, un abuso de poder y una agresión física con la que el hombre guerrero pretende establecer superioridad y dominio sobre los territorios conquistados y sus pobladoras.

Un hombre justo

En el evangelio de Mateo se caracteriza a José con una sola palabra: era un hombre “justo”, una cualidad que los profetas de Israel atribuyeron a Dios. Que Dios es justo significa en la cultura hebrea que Dios es justiciero y hace justicia, que toma partido por quienes están abajo y sin poder, que se compadece y saca la cara por los pobres, que es recto y no se deja sobornar ni por palabras bonitas ni por ritos sagrados. Padre genético o padre adoptivo, José debió haberle heredado a Jesús su sentido de la justicia.

José en la literatura

José de Nazaret es un personaje más presente en la pintura que en la literatura. Aparece a menudo en el cine, pero como un personaje gris y secundario. El Premio Nobel de Literatura José Saramago lo convierte en protagonista excepcional de la primera parte de su novela “El evangelio según Jesucristo”, cuando José es crucificado por error en Séforis, la capital de Galilea, tragedia que ocurre cuando Jesús es joven y que influirá decisivamente en su vida.