6- ¿ÁNGELES, REYES Y ESTRELLAS?
RAQUEL Emisoras Latinas continúa en Belén, repleta de peregrinos, y con Jesucristo, nuestro invitado especial, que ha vuelto a la tierra después de tantos años, y a quien damos nuevamente la bienvenida.
JESÚS Gracias, Raquel. ¡Shalom, paz contigo!
RAQUEL Y díganos, Jesucristo, ¿ha tenido tiempo de conocer un poco la ciudad, de conversar con algunos vecinos?
JESÚS Sí, cómo no. Me hice amigo de una familia que vive por allá, por el mercado… Me contaron sus problemas…
RAQUEL ¿Y lo reconocieron?
JESÚS No. Me miran como uno más, como uno de ellos. Así hay más confianza.
RAQUEL Usted nos dijo en la anterior entrevista que no había nacido aquí, en Belén, ni tampoco un 25 de diciembre. ¿Es así?
JESÚS Así es. Yo nací en Nazaret. Como toda mi familia, como mis hermanos y hermanas.
RAQUEL De sus hermanos hablaremos en otro momento. Ahora quiero referirme a los ángeles.
JESÚS ¿Ángeles?
RAQUEL Los ángeles que cantaban “gloria a Dios en las alturas” aquí en Belén, en Nazaret, o en alguna parte del cielo…
JESÚS Esos ángeles habrán sido las manos de las comadronas que ayudaron a parir a mi madre…
RAQUEL Pero, ¿los ángeles cantaron o no cantaron el día de su nacimiento?
JESÚS Lo que pasa es que ustedes toman todo al pie de la letra, hasta la última tilde. Para mi pueblo, un ángel es… una buena noticia. El mensajero que trae una buena noticia.
RAQUEL ¿No tienen alitas ni…?
JESÚS Ni alitas ni plumas. Como te digo, los verdaderos ángeles de las mujeres cuando dan a luz son las comadronas, las parteras. Ellas les dan la buena noticia de que el niño ha nacido sano.
RAQUEL ¿Y los tres reyes magos? ¿Tampoco…?
JESÚS ¿Cuáles reyes?
RAQUEL Bueno, Mateo, el otro evangelista, cuenta que cuando usted nació, llegaron hasta su cuna tres magos de oriente guiados por una estrella…
JESÚS Raquel, a Mateo también le gustaría adornar las cosas, como a ese Lucas. Me parece que esos reyes magos los tomó prestados de… déjame recordar… del profeta Isaías, sí.
RAQUEL ¿Cómo que los tomó prestados?
JESÚS Claro, Mateo tiene que haber recordado un texto de nuestro gran profeta que escribió sobre unos reyes que llegan en camellos con regalos de oro y de incienso… A mí también de niño me contaron esa historia… me gustaba.
RAQUEL ¿Y no llegaron los reyes, no le trajeron a usted ningún regalo?
JESÚS Por Nazaret, donde yo nací, nunca se le vio la corona a ningún rey.
RAQUEL ¿Y la estrella, no dicen que apareció un gran cometa aquel año?
JESÚS ¿Cometa? Si mis vecinos hubieran visto un cometa… ¡se echaban a correr!… Decían que los cometas traen mala suerte.
RAQUEL Nuestra audiencia debe estar asombrada, señor Jesucristo… nos quiere quitar hasta la estrella de Belén…
JESÚS Seguramente, Mateo puso esa estrella para decir que la luz de Dios brilla sobre todas las gentes, de oriente y de occidente. Y que en el Reino de Dios nadie es extranjero.
RAQUEL Entonces, ¿nada maravilloso? ¿Ni estrella ni ángeles ni reyes? Al menos, ¿será verdad lo de la mula y el buey?
JESÚS ¡La mula y el buey!… Ya nos vamos acercando a la tierra, al campo, donde yo nací… ¿Quieres que te cuente cómo dio a luz mi madre María, cómo parían las campesinas en mi tiempo?
RAQUEL Sí, por supuesto. Me interesa muchísimo. ¿Y a ustedes, amigas y amigos oyentes? ¿Dónde dio a luz María, en un pesebre? ¿Quién la asistió, quién estaba a su lado en ese momento tan decisivo? Ahora nos lo va a contar el mismo Jesucristo. No pierda nuestra sintonía. Desde Belén de Judá, reportó Raquel Pérez, Emisoras Latinas.
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Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.
NOTAS
Un retablo lleno de símbolos
Al igual que en el texto de la anunciación a María, el evangelista Lucas incluyó también en el relato del nacimiento de Jesús a los ángeles. Los colocó cantando alegres en los cielos y anunciando paz a los hombres de buena voluntad. A otro evangelista, Mateo, le interesaba resaltar que el mensaje de Jesús no era sólo para el pueblo judío, sino para todos los pueblos de la tierra.
Por eso, en su relato hizo llegar hasta Belén a unos orientales que eran “magos”, indicando así que tenían otra religión. Para incluir esta metáfora se inspiró en varias profecías del Antiguo Testamento (Isaías 49,22-23; 60,3-6). Y para completar su hermoso retablo de la Navidad, colocó en su relato la estrella premonitoria con que Balaam, un extranjero, anunció la llegada de un gran rey (Números 24,15-19).
Los ángeles, los magos y la estrella son símbolos, hermosas metáforas para resaltar el mensaje central que querían transmitir a las primeras comunidades: Jesús viene a realizar una tarea maravillosa, la de transformar la limitada idea de Dios que hasta entonces tenía su pueblo y toda la Humanidad.
Una idea de Francisco de Asís
En diciembre, en todos los países cristianos, se ponen “nacimientos”, “pesebres” o “belenes” en las casas, en las iglesias, en las oficinas, en los edificios públicos, con figuritas que representan a María, José y Jesús y a pastores, reyes y ángeles. Nunca falta la estrella. Es una tradición muy antigua, inventada por San Francisco de Asís en el siglo XIII en la ciudad italiana de Greccio. Francisco construyó en medio del bosque una casita de paja y llevó allí a una mula y un buey, entre los que colocó una imagen de Jesús. En la medianoche del 24 de diciembre invitó a los frailes franciscanos y a los campesinos de los alrededores, que llegaron con antorchas y cantando. Celebró allí la misa. Inició así la hermosa tradición de los nacimientos y de la “misa del gallo”.
Un empeño estéril
Siempre ha habido autores que han querido demostrar histórica, científica y racionalmente todos los acontecimientos narrados en la Biblia. Para probar, por ejemplo, que realmente se vio una estrella especial en Belén cuando nació Jesús, mencionan una conjunción de planetas que ocurrió en aquellos años y que habría producido la impresión de un nuevo lucero brillando en los cielos.
La Biblia contiene datos históricos, pero también está plagada de literatura: metáforas, mitos, épica verdadera y falsa, cuentos populares, leyendas, tradiciones orales sobredimensionadas con el tiempo, epigramas, fantasías colectivas, poesía… En el intento de probar científicamente la literatura bíblica pierde la ciencia y pierde la Biblia. Uno de los autores recientes y más conocidos al servicio de estas causas perdidas fue el historiador alemán de origen judío Werner Keller, que se hizo famoso en los años 80 con su libro “Y la Biblia tenía razón”.
No hay religiones puras
Más interesante y aleccionador resulta conocer las influencias que en los escritos de la Biblia y en las tradiciones cristianas tienen tradiciones religiosas de otros pueblos de aquellos tiempos. Estas influencias nos demuestran que así como genéticamente no existen “razas puras”, tampoco hay “religiones puras”. Y que el racismo excluyente tiene su correlato en el dogmatismo religioso intolerante.
La tradición de los reyes magos, por ejemplo, está tan influenciada por el culto a Mitra, base de la religión de los persas (hoy iraníes), que hasta las palabras lo delatan: los sacerdotes de Mitra se llaman “mogs”, lo que en Occidente originó la palabra “magos”. Y aún más: según la tradición, los tres “magos” que llevaron a Jesús oro, incienso y mirra se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar, nombres derivados de Manucher, Garshasp y Bastavarai, tres monarcas mitológicos de Persia (antiguo Irán).