67 – ¿CELIBATO SACERDOTAL?

RAQUEL Emisoras Latinas en Jerusalén, ciudad donde se cruzan culturas y religiones. Y donde una vez más nos cruzamos con Jesucristo en estas jornadas históricas de su segunda venida a la tierra. Buenos días, Jesucristo.

JESÚS Que sean buenos, Raquel.

RAQUEL En nuestra anterior entrevista hablamos de los sacerdotes. Ya es hora de abordar un tema especialmente polémico: el celibato, la prohibición que tienen ellos de casarse y formar una familia.

JESÚS Ya te veo venir, Raquel. ¿Vas a hacerme también responsable de esa ley?

RAQUEL ¿Y no tiene usted nada que ver en eso?

JESÚS Nada. Yo no impuse ese yugo a nadie. ¿Cómo iba a hacerlo si en nuestro movimiento todos los hombres tenían su mujer? Felipe, Natanael, Pedro, Mateo… todos.

RAQUEL Pero la Biblia prohíbe que los sacerdotes se casen.

JESÚS ¿La Biblia? Lo que Dios dice es que no es bueno que el hombre esté solo. Incluso Pablo, que era bastante severo, me dicen que recomendó que los obispos tuvieran su mujer. Una sola, eso sí. Él decía, y con razón, que si no podían administrar bien su casa, menos podrían con la comunidad.

RAQUEL Entonces, ¿cuándo comenzó esta ley del celibato?

JESÚS ¿Quién puede saberlo? Consulta a tus amigos.

RAQUEL Espere un momento… Voy a llamar a… ¿Se oye bien?… Estamos aquí en Jerusalén, en línea con Iván Vargas, especialista en el tema… Iván, queremos conocer cuándo se estableció el celibato de los sacerdotes.

IVÁN El dato es curioso. Fue en el Concilio de Nicea, año 325, cuando se decidió que los curas no podían ser casados.

RAQUEL ¿Por qué dice que el dato es curioso?

IVÁN Porque unos años antes de ese Concilio, el emperador romano Constantino les había regalado a obispos y sacerdotes muchas tierras y mucho dinero.

RAQUEL ¿Y qué tiene que ver eso con que los curas se casen?

IVÁN Tiene muchísimo que ver. Imagine que un obispo tiene cien hectáreas de tierra y un dinerito ahorrado. Si ese obispo está casado, cuando muera, ¿quién quedará con la tierra y los ahorros?

RAQUEL La esposa y los hijos, naturalmente.

IVÁN Pero si él no está casado, es la iglesia la que se queda con todo. A la iglesia no le preocupaba que los obispos y los curas tuvieran mujeres, que tuvieran hijos… Con tal de que… je, je…

RAQUEL ¿Con tal de qué?

IVÁN De que no los reconocieran. Lo prohibido era eso, reconocerlos. Porque las concubinas y los hijos ilegítimos no tenían ningún derecho, no podían heredar.

RAQUEL ¿Y ésa fue la razón de la ley del celibato?

IVÁN Elemental, Raquel. Había que proteger el patrimonio prohibiendo el matrimonio.

RAQUEL Parece increíble…

IVÁN Así fue como la Iglesia acumuló y acumuló propiedades… Verdaderos latifundios. Unos siglos después, era la mayor terrateniente de toda Europa. Los papas y los obispos y los curas seguían teniendo mujeres, hijos. Pero no los reconocían, los dejaban ilegítimos. Así no heredaban nada.

JESÚS ¡Y me hacen responsable a mí de todo eso!

IVÁN Lo más gracioso es que el Papa Paulo Tercero, que tuvo “unos cuantos” hijos ilegítimos, fue quien impuso definitivamente el celibato para todos los sacerdotes en el Concilio de Trento.

JESÚS Hipócritas. Atan cargas pesadas sobre los hombros de los demás, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.

RAQUEL Gracias, Iván. Después de todo lo escuchado, Jesucristo… ¿estaría usted a favor del celibato opcional, aprueba que los sacerdotes se casen?

JESÚS Por supuesto. Que cada quien decida. Que cada quien elija su camino. El Reino de Dios es lucha y requiere esfuerzo. Pero también es fiesta. Y la carga tiene que ser ligera y el yugo suave.

RAQUEL Ley del celibato. Celibato obligatorio. ¿Qué opinan de todo esto las iglesias? Y sobre todo, ¿qué opinan las mujeres y los hijos no reconocidos? Nos vemos en un próximo programa y reciban el saludo de Raquel Pérez, enviada especial de Emisoras Latinas en Jerusalén.

————————–

Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.

NOTAS 

Una práctica ascética

Como una forma de ascetismo (pensamiento dualista que opone el cuerpo al espíritu, considerando éste superior a aquel), el celibato se practica en muchas tradiciones religiosas: en los monasterios del budismo, en el jainismo, en el hinduismo… Lo practicaron también en el judaísmo los esenios, en tiempos de Jesús. Los sacerdotes del Antiguo Testamento no, ellos se casaban y tenían familia. También se casaban los presbíteros y dirigentes de las primeras comunidades cristianas, tal como aparece en los textos bíblicos del Nuevo Testamento. San Pablo sólo recomendó que quienes llegaran al cargo de obispos fueran maridos de una sola mujer (1 Timoteo 3,2-5).

De dónde viene la ley: breve historia de catorce siglos

El historiador y escritor chileno Iván Ljubetic Vargas participa en el programa por su capacidad de divulgación didáctica en los muy variados temas que aborda en sus muchos escritos. De él son estos datos sintéticos de la historia de la ley del celibato:

En los siglos I, II y III la mayoría de los presbíteros estaban casados. A partir del siglo IV se fue imponiendo la idea de que sacerdocio y matrimonio eran incompatibles. En el Concilio de Elvira (año 306) se aprobó un decreto que señalaba: Todo sacerdote que duerma con su esposa la noche antes de celebrar misa perderá su cargo. El Concilio de Nicea (año 325) determinó, por primera vez, que los sacerdotes no podían ser casados. Pero esta disposición no fue acatada.

El Concilio de Tours II (año 567) estableció que todo clérigo que sea hallado en la cama con su esposa será excomulgado por un año y reducido al estado de laico. El Papa Pelagio II (575-590) ordenó que no se reprendiera a los sacerdotes casados siempre que no pasaran las propiedades de la iglesia a sus esposas o hijos. Su decreto sobre el tema (año 580) es revelador: por primera vez se exponían explícitamente las verdaderas razones materiales y económicas de la exigencia del celibato sacerdotal: la herencia de propiedades. Desde el Concilio de Nicea hasta el siglo X tuvieron lugar una serie de sínodos locales que tocaron el tema del celibato. En algunos se exigía a los sacerdotes casados abandonar a sus esposas. En otros, se les permitía vivir con ellas. En otros, se permitía la convivencia siempre que el sacerdote se comprometiera a mantenerse con una sola mujer. En ese período de seis siglos hubo once Papas que fueron hijos de un Papa o de otros clérigos.

En el siglo VII la mayoría de los sacerdotes franceses estaban casados. En el octavo Concilio de Toledo (año 653) se estableció que las esposas de los sacerdotes podían ser vendidas como esclavas. El Papa León XI, que gobernó la iglesia en el siglo XI, estableció que las mujeres de los sacerdotes pasaran a servir como esclavas en el palacio romano de Letrán. A pesar de todo esto, en el siglo VIII, San Bonifacio informaba al papa que en Alemania casi ningún obispo o sacerdote era célibe. En el Concilio de Aix-la-Chapelle (año 836), se admitió que en conventos y monasterios se realizaban abortos e infanticidios para encubrir las relaciones sexuales de los clérigos. Hay que tener en cuenta el trasfondo económico de todo esto. Desde el siglo V la iglesia católica fue convirtiéndose en la entidad más poderosa de Europa, la mayor latifundista del continente. Los espacios económicos de mayor poder fueron los monasterios. En el siglo X sobresalía el monasterio de Cluny. Según el modelo de ese monasterio se organizaron centenares de conventos en Europa. A la cabeza de esta red de conventos quedó el Papa de Roma, como propietario de enormes riquezas y latifundios. En aquel tiempo, Papas, cardenales, arzobispos, obispos y abades pertenecían todos a la nobleza feudal, que ampliaba permanentemente sus propiedades gracias a los laicos, que hacían donaciones y testamentos a las autoridades eclesiásticas para así obtener el perdón de sus pecados.

Cuando en los siglos X y XI se iniciaron las sublevaciones de los siervos contra los señores, la iglesia temió por la suerte de tantos bienes. Ante esta situación, los dirigentes del “movimiento de Cluny” se  esforzaron por fortalecer a la iglesia implantando severas reglas. Entre ellas, se impuso el celibato. El año 1073 llegó a ser Papa el monje Hildebrando, adalid del “movimiento de Cluny”. Tomó el nombre de Gregorio VII. Este Papa concibió un Estado mundial, encabezado por el Papa como soberano absoluto. Para lograrlo, requería que las tierras propiedad de la iglesia no se desmembraran. De él es esta frase: La iglesia nunca se verá libre de las garras del laicado si antes los sacerdotes no logran liberarse de las garras de sus esposas.

En 1095, el Papa Urbano II ordenó la venta de las esposas de los sacerdotes como esclavas, dejando a sus hijos en el abandono. En el siglo XII se realizaron cinco concilios en Letrán, Roma. En el primero se decretó que los matrimonios clericales no eran válidos. A pesar de estos esfuerzos, la historia demuestra que no fue fácil imponer el celibato clerical. En el siglo XV, el 50% de los sacerdotes estaba casado y ocho Papas contrajeron matrimonio después del primer Concilio de Letrán. Entre el siglo XII y el siglo XV, y siendo tan normal y habitual que los sacerdotes tuvieran concubinas y no cumplieran con la ley del celibato, los obispos instauraron la llamada “renta de putas”, que fijaban lo que el sacerdote debía pagarle al obispo cada vez que mantenía relaciones sexuales. En 1435 terminó de aplicarse este cobro.

Fue el Concilio de Trento (1545-1563) quien implantó definitivamente la disciplina del celibato obligatorio para los sacerdotes y prohibió explícitamente que se ordenara como sacerdotes a hombres casados. En las iglesias ortodoxas orientales los sacerdotes se pueden casar y sólo se exige el celibato a los obispos. La Reforma protestante del siglo XVI rechazó vigorosamente el celibato del clero.

El Papa Pablo VI en su Encíclica “Sacerdotalis Coelibatus” (1967) reafirmó la doctrina del celibato obligatorio, afirmando que el celibato da plenitud a la vida, es fuente de fecundidad apostólica, es la relación más íntima y más completa con el misterio de Cristo y de la Iglesia y con él los valores humanos más elevados pueden encontrar su más alta expresión.

Celibato opcional

En los años 70 surgió en España y en otros países de Europa y del mundo el Movimiento por el Celibato Opcional (MOCEOP), integrado por sacerdotes católicos casados, que siguen vinculados a comunidades cristianas “de iguales”, sin jerarquías, y que trabajan, con sus familias, por desclericalizar los ministerios eclesiales y construir una iglesia integrada por comunidades de personas corresponsables todas ellas de llevar al mundo la buena noticia de justicia y de equidad de Jesús de Nazaret.