A JUGAR SE HA DICHO
Algunos recursos que nunca fallan para diseñar un programa infantil.
¿Cómo diseñar un programa de radio para niños y niñas? Aquí van algunos recursos que nunca fallan:
CUENTOS.
Nada hipnotiza más a un niño o una niña que los cuentos. Coleccionemos todos los cuentos habidos y por haber, nacionales y extranjeros, de aventuras, de hadas y monstruos, los que hacer reír, llorar u orinarse de miedo. Algunos, muy crueles o discriminadores, los dejaremos a un lado. Pero la mayoría sirven.
PERSONIFICACIONES
En una revista infantil, todo puede hablar, las cosas, los animales, las plantas, las estrellas. Basta desfigurar un poco la voz para tener al Tiranosaurio Rex amenazando en cabina. Podemos hacer excelentes dramatizaciones con la magia que permite la radio.
CONCURSOS
Preguntas de ingenio, colmos, el grito más largo y el mejor imitador de ranas. Pueden hacerse por teléfono, con chicos y chicas en cabina, o transmitiendo desde la calle. Los concursos que aparecen en la web de Radialistas valen para los programas infantiles.
DEPORTES
La radio puede promover competencias al aire libre, carreras de sacos, de bicicletas, la cometa que vuela más alto, las olimpíadas infantiles, y lo que se nos ocurra. Con premios o por simple participación, estos deportes se transmitirán en vivo.
MASCOTAS
Un mono, una cotorra, un gato… cualquier animal atractivo para los muchachos puede “hablar” en el programa y visitar las escuelas o grupos infantiles en transmisión de exteriores. También sirven las mascotas humanas con disfraces sorprendentes: un marciano loco, una computadora coqueta, un payaso…
NOTICIAS
No hay que olvidar que en América Latina la mayoría de los niños son pobres y la mayoría de los pobres son niños. Por eso, en los programas infantiles habrá un tiempo para jugar y otro para reflexionar. Que hablen los niños trabajadores. Que hablen las niñas abusadas. Que tengan voz los huelepegas, las vendechicles, os meninos da rua, niños y niñas sin niñez.
… Y LA ANIMACIÓN
Las niñas y niños no son enanos. No hay que tratarlos con la pesadez de esos adultos que se pasan el tiempo dando consejos para que los chicos estudien, para que se laven las manos, para que se porten bien.
Tampoco son bobitos y bobitas, como piensan esos conductores se dirigen a ellos con un lenguaje ñoño, con abundancia de diminutivos, todo un derroche de amor sobreactuado.
Ni tanto consejo de maestros ni tanto cariñito de abuelas. Que la animación sea superdinámica. Y que los programas sean creativos, chispeantes, lúdicos. ¡A jugar se ha dicho!
Image by Sasin Tipchai from Pixabay