15- ¿SALVADOR O SALVADO?

RAQUEL Desde la sinagoga de Nazaret, transmite Emisoras Latinas. Según los últimos sondeos, hemos conquistado los primeros lugares de audiencia por las insólitas revelaciones que cada día nos hace nuestro entrevistado especial, Jesucristo. Y las entradas en nuestra página web rompen todos los récords. Sin embargo, una gran mayoría de medios sigue dudando de la identidad de usted.

JESÚS ¿Y tú también, Raquel?

RAQUEL Yo no, yo creo que… usted es usted. Aunque no niego que, a veces… Pero sigamos. Ya usted nos explicó que aquí fue circuncidado al octavo día.

JESÚS También aquí me pusieron mi nombre.

RAQUEL Jesús.

JESÚS Sí, Jesús. Pero en mi lengua suena distinto. Yehoshuah, así suena.

RAQUEL Entiendo que Jesús o Yehoshuah significa Salvador, y que sus padres se lo pusieron porque ya conocían de su misión salvadora.

JESÚS Pues no sé, porque en mi tiempo era un nombre muy común… Varios amigos míos se llamaban Jesús. Es que así se llamó Josué, el primero que llegó a estas tierras.

RAQUEL Tenemos una llamada… ¿Sí, aló?… ¿Desde dónde llama?

GUTIERRE Soy Gutierre Tibon. La estoy llamando desde México y siento decepcionarla, señorita.

RAQUEL ¿Por qué decepcionarme?

GUTIERRE Porque cualquier estudioso de etimologías sabe que “Jesús” no significa Salvador, sino Salvado.

RAQUEL ¿Salvado?… ¿Salvado por quién?

GUTIERRE Salvado por Dios. Así se traduce el nombre de Jesús. Aprovecho para pedirle que lo salude de mi parte.

RAQUEL Con todo gusto. Gracias al amigo mexicano. ¿Usted, Jesús, sabía que su nombre quiere decir Salvado por Dios?

JESÚS Claro. En nuestro pueblo conocíamos el significado de los nombres, le dábamos mucha importancia al nombre de cada quien.

RAQUEL Pero usted no es salvado, sino salvador. El Salvador del Mundo. ¿O no?

JESÚS Yo fui salvado por Dios igual que tú y que todos… Dios es el único que salva.

RAQUEL Pero…

JESÚS Dejemos eso ahora y sigamos con los nombres. ¿Sabes qué significa el tuyo, Raquel?

RAQUEL No, no sé.

JESÚS Oveja.

RAQUEL ¿Oveja?

JESÚS Oveja de Dios.

RAQUEL Está bonito. Me gusta.

JESÚS ¿Y el de mi madre María? Ese es muy lindo también. Una vez me dijeron que significaba amargura. Pero yo pensé: Deben haberse equivocado, porque todas las Marías que conozco son alegres. Después, un rabino me explicó que María significa mujer rebelde. Eso me gustó más. Y le calzaba a la medida a mi madre.

RAQUEL En su tiempo recordaban los nombres de los antepasados, las genealogías…

JESÚS Sí, nos acordábamos de los abuelos, los bisabuelos…

RAQUEL Y en su caso con mayor razón, porque su línea familiar era de gran realeza…

JESÚS ¿Cuál realeza?

RAQUEL He leído que su padre José estaba emparentado nada menos que con el rey David. Usted tiene sangre real.

JESÚS ¡El mismo juego de los que me hicieron nacer en Belén para presentarme como heredero del rey David!… Pero yo… un campesino galileo…

RAQUEL Sin embargo, hay muchos libros que revelan lo del Santo Grial.

JESÚS ¿Y qué es ese grial?

RAQUEL Santo Grial, Sangre Real. Por sus venas, Jesucristo, corre sangre real. Usted es hijo de reyes.

JESÚS Yo soy hijo de hombre. Siempre me llamé así. Uno de tantos, uno más …

RAQUEL ¿Un tal Jesús?

JESÚS Sí, eso. Porque en este mundo nadie tiene sangre real ni sangre azul… Todas las sangres son iguales, rojas. Y todos, hermanos y hermanas, hemos sido salvados por Dios, el único Rey, el único Salvador.

RAQUEL Pues hasta aquí, otra entrevista exclusiva con Jesús el Salvador, quiero decir el Salvado. Reportó para ustedes, Oveja Pérez, quiero decir Raquel Pérez, Emisoras Latinas, Nazaret… Uff… qué confusión…

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Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.

NOTAS

Yehoshua

“Jesús” es la forma griega del nombre hebreo que sonaba “Yeshua” y que primitivamente tuvo la forma “Yehoshua”. Significa “Dios salva”, también “Dios libera”. Fue uno de los nombres masculinos más populares entre los israelitas durante siglos. Lo llevó, entre otros, Josué, el líder que sustituyó a Moisés en la saga que cuenta la aventura de Israel por el desierto hasta llegar a la “tierra prometida”.

Gutierre Tibon

Gutierre Tibon fue profesor de la Universidad Nacional de México y autor del Diccionario Etimológico Comparado de Nombres Propios de Persona, excelente investigación sobre los significados originales de cada nombre. Por ese trabajo tan completo como interesante participa en el programa.

Un cambio etimológico

La mejor explicación del nombre de Jesús está en la misma Biblia, en el libro del profeta Isaías (12,2): Dios es mi salvación, Yavé me ha salvado. Sin embargo, los evangelistas, que predicaban a Jesús como Mesías, hicieron ya entonces el cambio etimológico: de “salvado” a “salvador”. En Mateo1,21, se lee: Se llamará Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

La importancia del nombre

Para Israel, como para todos los pueblos orientales y para la mayoría de las culturas de la antigüedad, el nombre no solamente distingue a una persona de otra, sino que indica su más profunda identidad. El nombre hace a la persona, indica quién es en el mundo. Imponer un nombre a un niño tenía un enorme significado. No era un mero trámite ni un simple gesto social. Este modo de entender los nombres explica la reverencia de los israelitas al pronunciar el nombre de Yahveh, el nombre de su Dios. Creían que, de alguna forma, con el nombre se hacía presente a quien lo llevaba. También se entendía que decir a otra persona el nombre propio era una señal de gran confianza. Por esto, no se daba a conocer el nombre al principio de una conversación, sino al final, cuando ya se había establecido un cierto conocimiento. Se creía también que quien conocía el nombre de otro tenía poder sobre él.

No genealogía sino teología

Por la genealogía, cada familia israelita indicaba de dónde venía, a cuál de las doce tribus pertenecía su linaje. Así demostraba por cuál rama estaba entroncada en el pueblo de Dios. La relación con la tribu de Judá fue la que dio origen al mayor número de árboles genealógicos. Y dentro de la tribu de Judá, la de la familia de David, ya que aquel rey había marcado la historia del pueblo. En general, los israelitas conocían de oídas quiénes eran sus antepasados varias generaciones hacia atrás. Al escribir el evangelio, tanto Mateo como Lucas elaboraron genealogías para demostrar que Jesús era de la familia del rey David. Así también “probaban” que era el Mesías. La genealogía se establecía siempre en relación a los antepasados del padre y no a los de la madre. Por eso, hicieron pertenecer a José, y no a María, a la familia de David. Con esto no construían una genealogía auténtica, biográfica, sino que elaboraban teología y catequesis para las comunidades a las que escribían.

La leyenda del Santo Grial

Tradicionalmente, se conoce como Santo Grial la copa que habría usado Jesús en su última cena antes de ser asesinado y con la que José de Arimatea habría recogido sangre de Jesús cuando estuvo clavado en la cruz. Resulta inverosímil pensar que alguien guardara esa copa y que se hubiera conservado durante siglos. Sin embargo, buscar ese “objeto sagrado” llenó de leyendas la Edad Media. La religiosidad de aquellos tiempos estaba obsesionada por la búsqueda y adoración de reliquias. La principal de estas leyendas, transmitida oralmente al inicio, y fijada después por escrito, es la de los míticos Caballeros del Rey Arturo buscando el Santo Grial en Albión, isla mitológica identificada con la Gran Bretaña, a donde, por ser un rico comerciante, habría llegado José de Arimatea llevando esa copa.

Más leyendas, más símbolos

Hubo otras leyendas en torno al Santo Grial por toda Europa. Con el tiempo, el Grial dejó de ser una copa específica para convertirse en un objeto espiritual que aseguraba la salud. Fue siendo asimilado a la piedra filosofal, a un objeto secreto de los caballeros templarios o a otros objetos misteriosos. Más recientemente, y para reforzar la idea del linaje real de Jesucristo el Santo Grial se hace equivalente a la Sangre Real o “Sangreal”. En una interpretación aún más simbólica se propone el grial, la copa, como una alegoría de la matriz femenina, tal como lo expresa la novela de Dan Brown, “El Código da Vinci”. La leyenda del Santo Grial ha sido fuente de inspiración de muchas obras de arte: la ópera “Parsifal” de Richard Wagner; la película “Excalibur” de John Boorman, la novela “El péndulo de Foucault” de Umberto Eco.