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EN LA VARIEDAD ESTÁ EL GUSTO

Radioclip en texto sin audio grabado.

Mientras más nos apropiemos del habla real de la gente, más podrá la gente apropiarse de la radio, sentirla suya.

¿Cómo se dice niño en castellano? Si vives en Argentina, dirás pibe. Y si vives en El Salvador, hablarás de cipote. En México, son los chavos. En Venezuela, los chamos. Vamos al Perú. En el norte los conocen como churres, en el sur como wawas y en la selva les llaman llullos.

Y en la radio, ¿cómo diremos? Para demostrar un lenguaje universal, ¿sería más conveniente decir niña o niño? ¿Por qué? ¿Tal vez porque la Real Academia de la Lengua lo manda?

Nada de eso. Mientras más nos apropiemos del habla real de la gente, más podrá la gente apropiarse de la radio, sentirla suya. Y de eso se trata.

Tales expresiones regionales, los giros típicos, las palabras inventadas por la gente, incluido el tono de hablar de cada región, todo ese diccionario paralelo que emplea a diario nuestra audiencia, puede y debe reflejarse en la programación.

Los regionalismos se dan también en la sintaxis. La población quechua, al expresarse en español, coloca el sustantivo antes del verbo y la conjunción al final: Papas compré, pero. Los loretanos hacen malabarismos con los predicados: De la puerta su llave y de la cama su colchón. Las quiteñas piden los favores con gerundios: Dame pasando el azúcar. En Centroamérica, igual que en Argentina, conjugan el arcaico vos. Y en Cuba no se pregunta ¿qué quieres tú?, sino al revés, ¿qué tú quieres, chico? La lista de incorrecciones no tendría fin.

Ahora bien, ¿son realmente incorrecciones? No entremos en esa discusión, sencillamente, porque un locutor no es un profesor de gramática ni una maestra de escuela, sino una amiga, un amigo, que habla con sus paisanos y como sus paisanos.

La radiodifusión no traiciona su cometido educativo ni malogra el idioma incorporando estas expresiones y construcciones regionales. Por el contrario, promueve la diversidad cultural. En la variedad está el gusto y en la diferencia el derecho.

NOTA
Una cosa son las expresiones típicas y otra los errores de dicción. Las primeras valen, los segundos no. También es cierto que cada formato tiene su estilo. El lenguaje de un informativo, más cuidado, no será el mismo que el de una radiorevista, más desenfadado. El sentido común te servirá de guía.