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LA REGLA DE INVERSIÓN

Radioclip en texto sin audio grabado.

Elimina el sexismo del lenguaje y de tu cabeza.

¿Basta utilizar “las” y “los” para superar el sexismo del lenguaje? A menudo, con la mejor de las intenciones, creemos que es suficiente este juego de artículos.

Cuando redactamos las notas o escribimos un editorial, solemos escribir “en masculino” y nos olvidamos de la mitad de la población que debe estar presente en nuestro lenguaje periodístico.

Para enfrentar este problema, apliquemos la conocida “regla de inversión”. Consiste en poner en femenino lo que escribimos en masculino.

Haz una prueba. Escribe una noticia y cambia las palabras que están en género masculino por el género femenino. Y veamos qué sucede.

Fíjate en este ejemplo:

El VIH/SIDA se ha convertido en una pandemia a nivel mundial. Ya son treinta y ocho millones los afectados, sobre todo en los países del África del Sur. Los funcionarios de salud temen por la vida de éstos, ya que los retrovirales no son fáciles de conseguir.

Tal como está redactada la nota, muestra “sexismo lingüístico” y “sexismo social”. Se utiliza el masculino como genérico y se esconde la realidad de que hay cada vez más mujeres contagiadas.

Apliquemos, entonces, la “regla de inversión”:

El VIH/SIDA se ha convertido en una pandemia a nivel mundial. Ya son 38 millones las afectadas, sobre todo en los países de África del Sur. Las funcionarias de salud temen por la vida de éstas, ya que los retrovirales no son fáciles de conseguir.

¿Podríamos publica la nota así? ¿Qué tiene de extraño? ¿Causa sorpresa? Tal como está redactada, parecería que hay 38 millones de mujeres afectadas.

Escribamos esta misma nota, pero aplicando la perspectiva de género y un lenguaje no sexista.

El VIH/SIDA se ha convertido en una pandemia a nivel mundial. Ya son 38 millones los hombres y las mujeres que viven con la enfermedad, sobre todo en los países del África del Sur. El número de mujeres infectadas ha aumentado considerablemente, significando en estos momentos el 50% de casos, la mayoría de ellas contagiadas por sus parejas. El sistema de salud teme por la vida de estas personas, ya que los retrovirales no son fáciles de conseguir.

En esta última redacción, se añaden datos y así la nota queda más completa. Se incluye a las mujeres no sólo “gramaticalmente”, sino también visibilizando su situación respecto al VIH/SIDA. Así eliminamos el sexismo del lenguaje. Y de la cabeza.

BIBLIOGRAFÍA