PARAFRASEOS Y APOSTILLAS

Radioclip en texto sin audio grabado.

Un par de trucos para grabar los libretos dramáticos.

Con frecuencia, escuchamos un radioteatro o cualquier libreto dramatizado y lo encontramos duro, sin gracia. Los actores son buenos, han ensayado el libreto, han dado lo mejor de sí. Pero el resultado no convence.

También en RADIALISTAS recibimos grabaciones de los mismos clips que enviamos. La música y la técnica suelen estar muy bien. Pero la actuación suena acartonada, sin fluidez.

¿A qué se debe esto? Podríamos dar muchas recomendaciones para la interpretación dramática. De momento, sugerimos un par de trucos que son tan viejos como la radio. Y que suelen lograr la naturalidad deseada.

PARAFRASEAR EL PROPIO LIBRETO

Aunque tengas todo el texto escrito, siéntete libre para añadir palabras de tu cosecha, duplicar algunas expresiones, titubear otras, meter pequeños contrabandos que flexibilizan el texto. Esto es lo que se conoce como “parafrasear”.

Supongamos que en el libreto está escrito:

Si me sigues atormentando, la cuerda se va a romper.

Un parafraseo podría ser:

Si sigues así, si continúas atormentándome, ayayay, la cuerda, chás, se va a romper.

No hay que hacer algo similar en cada línea de un libreto. Tampoco se trata de cambiar su sentido original, sino de darle soltura, espontaneidad. Que suene a conversación y no a lectura. Por ello, quienes interpretan deben conocer bien el texto de antemano para poder jugar con las palabras.

APOSTILLAR EL LIBRETO AJENO

Aunque en su libreto no esté señalado, el actor debe hacerse presente cuando otros dialogan con él. Reproduce así lo que ocurre en la conversación común, especialmente en la telefónica. Si alguien me está hablando, yo me hago sentir con expresiones mínimas de apoyo o de rechazo (anjá… no, no… ¿de verdad?… desde luego…)

Esto es lo que se conoce como “apostillar”. En cine o en televisión este recurso no es tan indispensable. En radio, sí. Viene siendo la manera para que el oyente “vea” a quienes están presentes en la escena.

Apostillar no es algo mecánico. Requiere mucha atención al diálogo para intervenir oportunamente. De lo contrario, podríamos decir “claro, claro” cuando la pareja celosa quiere saber si tiene cuernos.
*Imagen de:*
Francesco