POR UN PACTO DE SOÑADORES

Radioclip en texto sin audio grabado.

El jesuita Ismael Moreno (padre Melo), director de Radio Progreso, en Honduras, ha sido galardonado con el premio RAFTO 2015 por su lucha incansable en favor de los Derechos Humanos y la libertad de expresión.

En estos tiempos confusos, cuando tantas radios comunitarias han perdido la brújula, cuando sus programaciones han olvidado la valentía para denunciar la corrupción y anunciar el Buen Vivir, este reconocimiento al trabajo de Melo y de su equipo es una bocanada de aliento. Les anexamos el discurso que leyó al recibir el premio en Bergen, Noruega. Es un texto muy inspirador. ¡Comunidades Organizadas de Soñadores y Soñadoras en Movimiento!

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p=. *POR UN PACTO DE SOÑADORES*

Cuánta satisfacción tendría mi corazón si de pronto me dijeran que ya no recibiré el premio Rafto de derechos humanos porque Honduras dejó de ser para siempre un Estado violador de los derechos humanos, que dejaron de organizarse escuadrones de la muerte para asesinar a jóvenes y mujeres, que el Estado dejó de ser guarida de corruptos que llegan incluso a ser presidentes, que ya nunca jamás se discrimina a las personas por su origen o su preferencia sexual, que ya no se explotan y depredan sin control los bienes y riquezas naturales, que nadie se ve obligado a emigrar por falta de oportunidades, y que toda la gente expresa con libertad y como le viene en gana todo lo que piensa y siente, porque ya dejaron de existir —ni explícitas ni veladas—, restricciones y censuras oficiales a la libertad de expresión. En cambio mucha gente se apresura a buscar en el mapa del mundo dónde está Honduras para ir a conocer su gente pacífica y hospitalaria, sus jóvenes emprendedores y sus gobernantes democráticos.

Fantasías aparte. Aquí estoy recibiendo este premio, porque la ingrata realidad de violencia y de impunidad arrasa de un tajo incluso con el derecho a soñar. Y estoy aquí porque este reconocimiento me lanza con más fuerza a buscar con mi equipo y con mucha más gente noble y generosa respuestas a la paz con equidad y justicia tan urgente en Honduras y en Centroamérica. Y me lanza a sembrar sueños de solidaridad y ternuras en el mismo lugar en donde un puñado de personas se empecina en que no broten. Este premio solo puede tener valor si nos confirma en la misión recibida de ser sembradores perpetuos de sueños y de promotores de las alegrías perdidas de nuestros amados pueblos.

Para ser sembradores de sueños necesitamos tener los pies muy firmes en nuestra realidad, y necesitamos la convergencia organizada de todas las personas soñadoras para hacer frente al pacto organizado por tres fuerzas siniestras: una, las multinacionales con los gobiernos de los países ricos del mundo; dos, las élites económicas locales unidas a los negocios sucios; y tres, los políticos que entienden el Estado como negocio. Estas tres fuerzas constituyen el pacto de acumulación sin medida de riquezas en base a la explotación infinita de los bienes de la naturaleza y de los seres humanos. Es un pacto productor por igual de extrema riqueza y de extrema pobreza. Este pacto es el dispositivo de la violencia y la matriz de la inequidad en el mundo. Y es el enemigo fundamental de la paz y de la convivencia pacífica entre los pueblos.

Mi llamado al recibir el premio Rafto de Derechos Humanos es a que lancemos el pacto de los soñadores. Que en cada país, comenzando por los más empobrecidos como los de Centroamérica y de África, conformemos las Comunidades Organizadas de Soñadores en Movimiento que en pie de testimonio hagamos frente a ese pacto de las multinacionales, las élites económicas locales y los políticos corruptos para rechazar sus alianzas y sus proyectos violadores de derechos humanos y de los derechos de la naturaleza. Comunidades Organizadas de Soñadores en Movimiento que decidimos impulsar una campaña mundial en contra de la extrema riqueza. No más multimillonarios exitosos en sociedades atiborradas de miserables; no más empresas depredadoras y extractivistas que acaban o amenazan la biodiversidad y las culturas de nuestros territorios y de nuestros pueblos originarios. No más políticos corruptos que manipulan la voluntad popular para convertirse en gobernantes protectores de compañías explotadoras.

Este es el pacto de los soñadores que propongo, cuyo sustento es dar fuerza y voz a las víctimas del pacto deshumanizador, a las mujeres víctimas de los abusos del patriarcado y del machismo; a las diversas víctimas discriminadas por su diversidad sexual; a las niñas y niños que son empujados sin piedad al trabajo prematuro; a los pueblos originarios amenazados por la cultura de la globalización de los fuertes; a las comunidades de fe de base amenazadas por los verticalismos de las religiones oficiales; a los jóvenes que se les trunca su rebeldía y su derecho a construir sus propios espacios. Para ello, propongo invertir energías y recursos para extender las redes de radios, multimedias y redes sociales por países y regiones que articulen la voz y presencia de las víctimas desde sus demandas, y sean ellas las conductoras de estas Comunidades Organizadas de Soñadores en Movimiento.

Vengo de uno de los países más empobrecidos, inequitativos y violentos del mundo para encontrarme con la sociedad seguramente económica y social más estable. Vengo cargado de amor y de fe en el futuro. Así como nos unimos los extremos en este evento, así reafirmo la “dulce esperanza” en esta convocatoria para que entre los extremos —entre el norte y el sur, entre gente de países ricos y estables y gente de países empobrecidos y aplastados—, levantemos puentes para transitar juntos en la lucha para acabar con los extremos: la extrema pobreza y la extrema riqueza. Y al servicio de este pacto humanizador y de paz, pongo mi fe y mi vida entera, y a ese servicio pongo el prestigio del premio Rafto de Derechos Humanos. El futuro solo puede ser de paz, y ya viene, y por ella vale la pena arriesgar y vivir, y a ella invoco con estas sencillas y rústicas palabras:

_Te vemos venir, lenta y con apuro, con tu suave brisa que arrulla, y con tu audaz viento que arrastra. Te vemos venir, con la inocente sonrisa infantil, y con la sabia mirada de anciana, con tu voz que enciende fuego solidario en el norte, y con tu grito de equidad y justicia hacia el sur. Te vemos venir, para soltarnos y para atarnos, para vaciarnos de angustias y de miedos, y para llenarnos de encuentros y esperas. Acaba de llegar de una vez, sí, tú, paz, abrazada de justicia, con tus canastos repletos de vida, con tu exigente y osada ternura, y con tu canción que derrama futuros._