¿TE RÍES ANTE EL MICRÓFONO?

Radioclip en texto sin audio grabado.

En la vida cotidiana, somos alegres, chistosos, sueltas y desenvueltas. Pero ante el micrófono nos ponemos pesados, aburridas, seriotes. Este radioclip te puede ayudar.

La gente prende la radio para distraerse, para alegrarse la vida. Tenemos tantos problemas encima que necesitamos reírnos para poder sobrellevarlos. Si sale una locutora seria y fría, lo más probable es que cambien el dial y busquen otra estación. Si aparece un locutor acartonado, con vocación de sepulturero, los oyentes se aburrirán a los pocos segundos. El público no suele ser masoquista.

Hay que aprender a reírse ante el micrófono. Por supuesto, cuando el tema que estamos tratando lo permita. (¡No vamos a carcajearnos después de la noticia de un desastre!). Pero la mayoría de las veces, cuando estamos saludando a alguien o poniendo un disco, cuando comentamos asuntos de la vida cotidiana, hay lugar para la risa, para la chispa y la picardía.

¿Cómo remediar nuestra seriedad ante el micrófono? Cambiando de actitud. Mientras te sigas tomando tan en serio, mientras te creas tan importante porque tienes un micrófono en la mano, no podrás transmitir alegría a nadie. Porque la alegría sincera nace de un sentimiento democrático, de no sentirse superior (ni inferior) a los demás.

Deja ya el engolamiento y el ceño fruncido. Llénate de entusiasmo, olvida ahora las penas personales y las preocupaciones familiares.

Lo primero es sonreír. Aunque no tengas ganas, sonríe. Verás que tu voz saldrá más alegre por el micrófono.

Lo segundo es reír. Que suene tu risa por el micrófono. Atrévete. Te sentirás más feliz y contagiarás tu buen humor a la audiencia.

Saquemos la cuenta. En el programa de hoy, ¿cuántas veces te reíste? ¿Muchas, pocas, nunca?

BIBLIOGRAFÍA

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