UNA VICTORIA COMPARTIDA

Radioclip en texto sin audio grabado.

Hablar con convicción: ése es el secreto.

En la radio, no contamos con imágenes. Tampoco podemos mirar a los ojos a los oyentes. No tenemos olores ni sabores. Para captar al público sólo disponemos de la voz.

¡La voz! Ahora no nos referimos al timbre de voz, sino a la entonación con que emitimos las palabras.

Hay palabras muertas, que se dicen por decir, que salen frías de la boca del emisor y llegan heladas a los oídos del receptor.

Y hay palabras vivas, calientes, que transmiten emociones, que atrapan a los radioescuchas, que van cargadas de pasión.

¿Dónde está el truco? ¿En qué radica la diferencia? En la modulación de la voz.

Modular es jugar con los tonos, subirlos, bajarlos, cambiar el ritmo, apresurar esta frase, relentizar la otra, enfatizar las palabras más importantes y hacer la pausa oportuna. La buena modulación transforma un discurso mo-nó-to-no en una conversación cautivante.

Hay que modular cuando hablamos y también cuando leemos un libreto. Para facilitar esto, algunos locutores subrayan con un lápiz las palabras claves de un párrafo, las cifras a destacar, el lugar donde quieren hacer una pausa para reforzar el sentido del texto.

Lo fundamental para la buena modulación es la convicción interior: creer en lo que dices y querer decirlo a alguien. Si hablas porque ahora te toca el programa, a los pocos minutos el público descubrirá la moneda falsa, la palabra hueca. Eso se siente, se intuye. Aunque gesticules, si no tienes confianza en ti y en lo que estás diciendo, no convencerás a nadie.

Ahora bien, no hay que diplomarse para adquirir la convicción. Cualquier chofer a quien le choquen el carro, saltará a la calle y lanzará una arenga inflamada demostrando su inocencia.

No se trata de gritar. El micrófono no es sordo y la cabina no es el mercado. Habla en volumen normal, pero con energía, cargando de intención y emoción las palabras. Tampoco se trata de correr. No confundas ritmo con atropello ni estar animado con desgañitarse. Sitúate a una cuarta del micrófono. Es la distancia ideal para la voz. Más cerca, sonará distorsionada. Más lejos, perderá presencia.

Lo fundamental, como decimos, es la convicción. “Convencer” es una linda palabra: significa vencer-con-el-otro, compartir la victoria.

Imagen de Łukasz Cwojdziński en Pixabay