URGENTE – COMUNICADO POR EL CIERRE DE ACCIÓN ECOLÓGICA

Radioclip en texto sin audio grabado.

Acción Ecológica denuncia la solicitud de procedimiento administrativo de cierre (extinción y disolución) de nuestra organización solicitada por Diego Torres Saldaña, Vice-Ministro de Seguridad Interna, al Ministro del Ambiente, por desviarnos de los fines y objetivos para los cuales fuimos constituidas. Y Manifiesto: “Todos somos Shuar”.

Esta decisión administrativa, de acuerdo a la notificación del Ministerio del Interior al Ministerio del Ambiente (MDIVSI-2016-00033), fue tomada por difundir “los graves impactos ambientales y al ecosistema que resultarían de la actividad extractivista” en la Cordillera del Cóndor y por alertar sobre la violación de derechos humanos de las comunidades que viven en esta zona. Debemos decir, que son precisamente estos objetivos por los cuales se constituyó Acción Ecológica, como lo señala el artículo 2 de nuestro estatuto: “Promover la defensa de los derechos de la naturaleza con el fin de asegurar la preservación de un medio ambiente sano y alcanzar los derechos del buen vivir, promoviendo el respeto integral”.

A su vez, en la comunicación de respuesta del Ministerio del Ambiente (MDICGAJ-2016-261) se dice que no cumplimos con el ordenamiento jurídico nacional. Ratificamos que Acción Ecológica se ciñe estrictamente al ordenamiento jurídico y que nuestras acciones concretamente están en plena armonía con el Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017, cuyo Objetivo 7.12.b señala que es una prioridad: “Optimizar la gestión ambiental participativa y el control social para la conservación de la biodiversidad terrestre y marina, mediante procesos de integración comunitaria que consoliden una cultura de paz y sostenibilidad en los territorios bajo régimen especial, así como en la circunscripción territorial especial de la Amazonia”, entre otros.

La posición de Acción Ecológica en torno al conflicto en la Cordillera del Cóndor es y ha sido la de solicitar una comisión de paz y armonía con la naturaleza, y creemos que para alcanzar esta paz, necesitamos un baño de verdad sobre lo que está ocurriendo en esos territorios del país.

Acción Ecológica, en el año 2009 ya fue clausurada por el actual gobierno ecuatoriano, por las mismas razones que ahora argumentan, sin embargo, éstas fueron aclaradas y resultas a nuestro favor.

En aquel momento, miles de personas en el Ecuador y el mundo levantaron su voz frente a esa injusticia. En esta ocasión estamos recibiendo nuevas muestras de solidaridad que agradecemos, en particular, a las organizaciones sociales, movimientos, gremios, instituciones de defensa de los derechos humanos, organizaciones ambientalistas, feministas, y otras,  sabemos que es con este tipo de manifestaciones, que lograremos revertir la arbitrariedad e ilegitimidad del cierre de Acción Ecológica.

Acción Ecológica es una organización que por 30 años defiende la naturaleza y que además es parte integrante de la Federación Internacional de Derechos Humanos-FIDH, pues estamos convencidas de que solo defendiendo los territorios que sostienen la reproducción de la vida, se pueden garantizar los derechos humanos.

Seguiremos adelante en la defensa de los derechos humanos y de la naturaleza porque “Somos como la paja del páramo que se arranca y vuelve a crecer…”.

ACCIÓN ECOLÓGICA
Quito, 20 de diciembre de 2016
TODA LA INFORMACIÓN DEL CASO ESTÁ AQUÍ:www.accionecologica.org

MANIFIESTO: TODOS SOMOS SHUAR

¿De qué sirven hermosas carreteras y aeropuertos, hermosos edificios de grandes pisos, si no están más que amasados con sangre de pobres, que no los van a disfrutar?
Monseñor Oscar Arnulfo Romero

Ahora ya es evidente: en cualquier parte del mundo la minería se impone por la violencia y el exterminio de quienes osan resistirse. Con una participación de menos de 0,2% del Producto Interno Bruto, la minería metálica a gran escala ya produce conflictos, muertos, heridos, comunidades divididas, familias enfrentadas, vecinos atemorizados. ¿Qué pasará si se convierte en centro de la estrategia de crecimiento económico del país? ¿Qué pasará si invade y se difunde por medio país, contaminando las aguas, corrompiendo sociedades y enfermando la tierra a su paso?

Lamentamos la muerte de policías y uniformados como la de cualquier ser humano. No era necesario. Se podían evitar estas muertes y las que hubo en el pasado, con diálogo, con menos prepotencia, con menos obstinación y torpeza. La nacionalidad Shuar ha sido siempre orgullosa de su civilización, celosa de sus territorios y aguerrida en su tradición guerrera. No se ha dejado amedrentar ni existe razón alguna para pensar que lo hará. Expulsaron a los colonizadores españoles de Sevilla del Oro no una, sino decenas de veces. Incendiaron pueblos mineros y colonias de invasores por siglos: durante la época colonial nadie logró reducirlos. No son muchos los pueblos que lograron semejante hazaña en América latina. La conquista se repite, con la misma violencia y con discursos y justificaciones parecidas. La dignidad de los pueblos sometidos y dominados está representada en su lucha y su tenacidad. Nos solidarizamos con esa historia y con la legítima resistencia que no ceja.

Ninguno de los proyectos mineros vale la muerte, el despojo y la violencia. El gobierno miente a la opinión pública. No se trata de agitadores infiltrados ni cabecillas aislados en Panantza – San Carlos. El conflicto es antiguo, la resistencia bien asentada y la valentía y osadía del pueblo Shuar se ha demostrado una y otra vez. Nosotros como una organización que ha nacido en los espacios de cristianos comprometidos con la liberación de los pueblos, seguidores de Mons. Proaño, Mons. Romero y tantos otros profetas de América Latina, y animados por el Papa Francisco que respalda a los pueblos indígenas “amenazados en su identidad y en su misma existencia” nos sumamos a las organizaciones indígenas sociales, ecologistas y al pueblo Shuar y pedimos al pueblo ecuatoriano que demandemos al Gobierno la inmediata derogatoria del estado de sitio y que se acepte una mediación autorizada y creíble para todas las partes. El gobierno no debe empeorar las cosas y debería pensar que no merece la pena el pasar a la historia con sangre en sus manos repitiendo las más amargas tragedias coloniales que nos acechan.