VALGA LA REDUNDANCIA

Radioclip en texto sin audio grabado.

Nuestro lenguaje periodístico se ha ido llenando de palabras tan raras como inútiles. Descubre en este radioclip algunas de ellas.

Nuestro lenguaje periodístico se ha ido llenando de jerga, de palabras raras que empleamos porque los otros colegas también las emplean. Se nos han ido pegando porque pensamos que “así deben hablar los periodistas”.

Hay palabras tan de moda como incorrectas. Por ejemplo, “sumatoria”, “escogencia”, “avalizar”, “aperturar”… (mejor no “aperture” nada para que no le “cerraduren” el empleo).

Hay también latinajos que usamos para darnos importancia (“de motu propio”, “sine qua non”, “ipso facto”) o modernos inglesajos que también nos sirven para deslumbrar al prójimo (tengo una “computer” con una “performance” muy “cool”).

Y después, está el palabrerío que utilizamos para cambiar de párrafo: “en otro orden de cosas”, “sobre el particular”, “en sendas declaraciones”, “dicho sea de paso”, “por otra parte”, “por su parte”… (un campesino de Nicaragua quedó muy sorprendido de que la periodista siempre se refería a “las partes” de la gente).

Estos enganches son inútiles. Prueba a eliminarlos y verás que no pasa nada. Al contrario, se lee mejor, se escucha mejor, resulta más claro lo que quieres decir.

Otra de esas malas jergas es la conocida “valga la redundancia”. Algunas y algunos la usan en todo momento y sin venir a cuento:

—El tren se descarriló, valga la redundancia, se salió de la vía férrea por donde avanzaba…

—La reunión fue presidida por el presidente, valga la redundancia.

Esta ridícula frasecita no aclara nada y lo único que hace es estorbar. Elimínala también de tu vocabulario radiofónico. Y cuando otro colega la emplee, acuérdate de cómo la pronunciaba Leonor, con buen sentido del humor:

—Valga la rebuznancia…