BEATRIZ NO MURIÓ, A BEATRIZ LA MASACRARON

Radioclip en texto sin audio grabado.

El vacío que deja es muy grande, nos duele mucho y es una responsabilidad devolverle a ella siguiendo en la lucha.

Palabras de la compañera Diana Collazos, compañera de trabajo, nos comparte Sobre el trabajo que realizó Beatríz Cano en el tejido de comunicación Radio Payumat.

Diana Collazos – Emisora Voces de Nuestra Tierra

 

Los principios de lucha: Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía (Manuel Rozental)

Por: redazione
Tomado de: Farodiroma.

El Cauca indígena, al suroccidente de Colombia, cerca al Ecuador, es el corazón de la resistencia en Colombia. Tierra milenaria y ancestral que en lenguas originarias significa Madre de los Bosques, ha dado origen a un proceso de resistencia admirable en medio de una guerra sin misericordia. La conquista española fracasó en más de un siglo de guerra de conquista frente a la resistencia armada de los pueblos Nasa y Pijao en esas tierras, la conquista de la iglesia y la espada sometió a la gente en sus propias tierras a pagar alquiler por ellas y morir de hambre y sometimiento. En 1970, de manera clandestina, nace el CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) y empieza la etapa de recuperación de las tierras. Indio sin tierra es indio muerto y de allí surgen los principios de lucha: Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía. Mucha tierra se recupera.

Ya hay tierra para la gente en los 80, ahora falta gente para la tierra. Es la etapa de los Planes de Vida. Gobernar el territorio recuperando principios colectivos y ancestrales. Pero con el neoliberalismo, los terratenientes y enemigos de la conquista permanente son transnacionales. Hay que enfrentar otra amenaza y entonces nace la fase alternativa, el nuevo nacimiento y el Cauca indígena proyecta su Minga ancestral (acción colectiva sin dueños para lograr un propósito común) hacia todo el país. Las Mingas son marchas con agendas que convocan un Congreso de los Pueblos. Esto sufre el ataque de oportunistas de dentro y de fuera y del fascismo del estado y hay un proceso de captura y debilitamiento por recursos del estado y del narcotráfico. Desde la fase de alternativa nace el Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida. Atacado duramente desde el 2008 por intereses mezquinos de la estrategia de captura, el tejido se debilita y pierde mucha de su fuerza.

Quieren someterlo a ser caja de resonancia de la palabra oficial. En este contexto llega Beatriz Cano de un hermoso proceso llamado El Retorno y se queda. Engendra una hija. Vive en el campo. Escucha, aprende, respeta y mantiene la grieta de la verdad para la lucha abierta a pesar del cerco y el autoritarismo. Una mujer sola y luego con su hija, viajera y migrante desde otra región en un contexto adverso, hace su nido en el corazón de gente buena. Quiere y la quieren a pesar de todo y apoya todas las mingas, todas las luchas. Cree que hay manera de abrir espacios. Lo hace ella misma. Nos llama a cuidarnos y en medio del paro nacional. A 38 días del levantamiento popular, acompañante de la Minga que es reprimida a balazos, acá, de vuelta en su territorio, a punto de conmemorar los 50 años del resguardo de Canoas, ese mismo día, asesinos que se dicen revolucionarios la masacran junto con 4 personas más. Su vida es coherencia con el mandato del pueblo Nasa. Ella se hizo de ésta tierra por ser este pensamiento y vivirlo:

La palabra sin acción es vacía
La acción sin palabra es ciega
La palabra y la ación por fuera del espíritu de la comunidad
Son la muerte.

Beatriz Cano, aunque te hayan asesinado, nos vemos en la próxima Minga

A Beatriz Cano, respetuosa, cariñosa, amable, crítica, madre, la han asesinado… no lo podemos creer ni aceptar. Don Eduardo, su padre, en llanto por su negrita graba un mensaje: “Ayúdenme, por favor ayúdenme que no puedo con esta tristeza”.

Llegaba a Radio Pa´yumat sede del Tejido de comunicación para la verdad y la vida en Santander de Quilichao antes de las 6 de la mañana para ocuparse de sus tareas. Siempre en compañía de su Ayelen de 5 años. Con la niña la encontrábamos en todas partes. No se quitaba el sombrero de ramo con el chumbe. Con su niña iba en el carro de transporte público camino al Tejido. Allí iba César Galarza también. Un retén de la policía el viernes 5 de junio pasadas las 9 de la mañana. Presentaron sus cédulas de ciudadanía y bajaron del vehículo. A eso de las 9:20 una camioneta negra se parqueó detrás. Se bajaron hombres armados y activaron fusiles semi-automáticos. Mataron a la pareja de patrulleros y dispararon contra todas y todos. César la vio caer. La vio muy mal y también herido pidió que la ayudaran. Mataron a un joven nasa de 22 años, mataron a una mujer de 52 años. A Ayelen la hirieron en el ojo izquierdo, se lo rompieron, le desprendieron la retina. Le hicieron una herida profunda en la cara, esquirlas y heridas en un brazo, una esquirla profunda en la nalga.

Beatriz fue reanimada dos veces. Las dos veces su fuerza vital le ayudó a reanimarse. La llevaron a cirugía en Cali. Le salvaron la vida. Fue a Cuidado Intensivo, estuvo estable. Le descubrieron un enorme infarto cerebral izquierdo y una hemorragia alrededor del cerebro. Si permanecía estable la iban a operar el domingo 7 de junio. La tarde del 6 se le dilataron las pupilas. La mañana del 7 ya no había duda. No tenía reflejos del tallo cerebral. Su cerebro había muerto. Beatriz, paisita Nasa, comunicadora, escucha, ternura, madre, aprendiz…semilla que germinó en esta tierra cae destruída por balas asesinas mientras sus verdugos enfermos de poder celebran el golpe. A esta hora esperan su cuerpo masacrado a las puertas de la morgue. Pasará por la sede de la ACIN. En caravana, junto a su familia, la acompañarán a Medellín las y los comunicadores. Sus colegas. Nadie que la conoció pudo hacer distancia de su afecto.

No podemos dejar de reconocer su humildad, su respeto, sus ganas de aprender, su infinita paciencia y una fe tan persistente que rayaba en la ingenuidad. Todo eso lo mataron. Se lo quitaron a su familia, a la gente que la quiere, a quienes la conocimos y nos destroza de ira y dolor la masacre. Pero sobre todo, se la quitaron a su Ayelen a sus 5 años mientras espera poder curarse en la cama de una clínica.

Beatriz y Ayelen han sido una sola, inseparables. Un ser. Una vida, un camino. Nos desgarra esa ruptura. La orfandad. El vacío. Beatriz germinó acá en territorio Nasa y de acá asesinos que se vanaglorian de un discurso mientras sirven a un proyecto patriarcal y enfermo celebran. Le debemos tanto. Nunca quiso ser más que nadie de quienes escuchó, a quienes respetó su palabra, su camino y su territorio. Hoy, cuando nos arrancan esa tejedora de palabras que cosechaba, hoy sí lo es porque duele profundamente. Hoy Beatriz, ahora mismo, has salido del silencio, de la pregunta, de la mirada tras los micrófonos y las cámaras y estás acá, mirándonos de frente en tu ausencia. Hoy te vemos y te lloramos. Tu ausencia es esta huella negra y sangrante. Acá compartimos la palabra y el dolor de tus compas tejedorxs (el del tejido traducido al inglés) despidiéndose sin querer ni poder hacerlo. Acá estamos mirando el camino que lleva a tu casa y la memoria insiste en tu imagen allí de pie, Ayelen de tu mano frente a la tienda, sonriendo, mirándonos.

Nos da miedo el olvido de tu ausencia física, pero no equipara la ira y el dolor porque te hayan arrancado de acá. Vuelve Beatriz, no te vayas. Esperamos tu llamada, tu presencia, tus preguntas…tu Retorno. El mismo que te trajo por primera vez y el que te regrese a ésta tu tierra que te llora. ¡Así No! Ya Basta. Pueblos en Camino