EL AYAWUASKA

¿Quieres hacer un viaje espiritual con el ayawuaska?

¿Has tomado alguna vez ayawuaska? ¿Nunca? Es la planta sagrada de la amazonía, una liana que conecta a vivos y muertos. Una experiencia mística. ¿Quieres probar?

Ven de la mano con Tito la Rosa. Déjate encantar por su música. Cierra los ojos y escucha. Cierra los ojos y déjate llevar por la ensoñación. Y que la audiencia de tu radio también lo haga.

NARRADORA

El ayawuaska no es placer fugitivo,
ventura o aventura sin semilla
como para los wiracochas.
El ayawuaska es una puerta,
pero no para huir, sino para entrar
en éstas y otras naturalezas.
Para recorrer las provincias de la noche
que no tienen distancia, inabarcables.
La luz del ayawuaska no explica,
no revela misterios.
El ayawuaska riega la tierra desconocida
y ésa es su manera de alumbrar.
Y cuando se le llama
con urgencia y con respeto,
el ayawuaska es el costado
de un cuchillo de piedra.
Separa el cuerpo de su ánima.
Si un ánima está enferma,
la divorcia de su materia dura,
niega el contagio, lo empala.
El ayawuaska enseña el origen
y la ubicación del mal.
Y dice con qué cantos,
con qué icaros espantarlo.
Y si el cuerpo está enfermo, igual.
Lo separa de su ánima
para que no la pudra.
Enseña también las raíces
que mantienen al cuerpo espiritual
del ánima material
distantes, separados,
hasta que la carne resucita
en el preciso corazón de su salud.
Y eso que parece ser nada,
lo es todo.
Hay dones, hay poderes,
hay mandatos,
hay raíces y jugos de raíces.
Cortezas precisas para esto y aquello.
Ciertos tipos de lluvia que se beben
y también ciertas piedras.
Cómo y cuándo utilizarlos
y prepararlos,
eso es lo que sabe el ayawuaska.
Y eso lo transfiere
si así lo considera,
si el cuerpo y el ánima lo merecen.
Cuando se sabe llamar al ayawuaska
Con urgencia y con respeto,
no hay error, no hay milagro,
ni antes ni después del ayawuaska.
Hay lo que merecemos conocer,
lo que merecemos ignorar.
Todo es merecimiento.
Cuando se sabe llamar al ayawuaska
es fácil todo imposible.
Porque hasta la ceniza
se vuelve agua
cuando un sediento la besa.

BIBLIOGRAFÍA

Ayawuaska, viaje de curación, una producción de Tito la Rosa (vientos), Milke Sinuiri (cantos) y Cucha del Águila (cuentos), con Tavo Castillo (teclados), Pepe Chiriboga (percusión) y Pauchi Sasaki (violín) como músicos invitados. El texto es de César Calvo.

Las imágenes:

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