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JESUCRISTO Y LA EUTANASIA

¿Qué diría Jesucristo sobre la eutanasia?

LIBRETO

RAQUEL Emisoras Latinas continúa con sus micrófonos en Jerusalén. Hoy, domingo de Pascua, estamos Jesucristo y yo sentados en una esquina del populoso barrio árabe. ¿Algo que le llame la atención? ¿El bullicio, la ropa de la gente, los edificios?

JESÚS Los viejitos.

RAQUEL ¿Por que los viejitos?

JESÚS Veo muchas personas mayores, Raquel. Antes, no era así. La gente no vivía tanto tiempo, la muerte nos visitaba más temprano.

RAQUEL Ahora es diferente. Con tantas medicinas, cualquiera llega a los ochenta años.

JESÚS Como Matusalén…

RAQUEL Y ahí surge la pregunta: una persona mayor, enferma y sin remedio… ¿cuándo debe morir?

JESÚS No te entiendo. Debe morir cuando le llega su hora.

RAQUEL Pero, ¿quién marca esa hora? Hoy en día, una persona puede estar muy enferma pero no se muere, porque la internan en un buen hospital, le ponen todo tipo de aparatos y… y no se muere…

JESÚS ¿No la dejan morir?

RAQUEL Ahí está la discusión. Dicen que Dios es el dueño absoluto de la vida y que nosotros no podemos decidir. Una llamada… ¿Aló? ¿Sí? Ya ve, Jesucristo, tenemos en línea un radioescucha que quiere saber su opinión sobre la eutanasia.

JESÚS ¿Qué palabra es ésa, Raquel?

RAQUEL Lo que le hablaba. Tener una muerte digna, decidir la propia muerte. Escuche…

JOVEN Jesucristo, mi madre es muy anciana y tiene una enfermedad incurable. Los dolores son terribles, ya los calmantes no le hacen nada. Ella no quiere vivir más y nosotros tampoco queremos verla sufrir así…

JESÚS ¿Y?

JOVEN En el hospital nos dicen que su corazón es fuerte, que le darán unas medicinas nuevas, que la harán vivir meses, hasta años.

JESÚS Pero, ¿qué vida sería ésa si ya se quebró el cántaro en la fuente, si ya está roto el hilo de plata?

JOVEN Ella no quiere estar en el hospital, ella quiere morir en su casa.

JESÚS ¿Y por qué no hacen lo que ella quiere? Es de sabios conocer cuándo abrirle las puertas a la muerte.

JOVEN ¿Y podemos suprimirle las medicinas y… y adelantar así su partida?

JESÚS Hablen con ella, acompáñenla. Si ella está en paz y lista para el viaje, que ella decida. Y si no, ustedes, sus hijos, los que la quieren de verdad, tomen la decisión.

RAQUEL La llamada se cortó. El muchacho estaba llorando.

JESÚS Tiene que estar sufriendo mucho…

RAQUEL Es que hay leyes que prohíben la eutanasia. Y sobre todo, hay personas religiosas que dicen que esa señora debe aceptar sus dolores y ofrecérselos a usted.

JESÚS ¿A mí? ¿Por qué a mí?

RAQUEL Porque usted sufrió por ella y ahora a ella le toca sufrir por usted.

JESÚS ¡Qué desatino! Yo sufrí por culpa de los poderosos que ordenaron mi muerte. Y ella sufre porque está enferma, Raquel.

RAQUEL Pero ¿no dicen que el sufrimiento purifica, que agrada a Dios?

JESÚS A Dios le agrada la vida. La vida en plenitud. ¿Cómo Dios va a querer el sufrimiento de sus hijos, de sus hijas, cuando los dolores pueden evitarse? El dolor, Raquel, es un buen maestro. Pero no hay que ir a su encuentro. Viene sin avisar.

RAQUEL ¿Y cuando no hay recuperación posible, cuando la vida se prolonga artificialmente y el dolor es inútil?

JESÚS Raquel, te lo dije hace unos días. Dios nos hizo dos regalos: la vida y la libertad. Quien tenga oídos para entender, que lo entienda.

RAQUEL Tratando de entenderlo, y desde una esquina del barrio árabe de Jerusalén, Raquel Pérez, Emisoras Latinas

BIBLIOGRAFÍA