LA CONFERENCIA PERFECTA (2)

Radioclip en texto sin audio grabado.

¡Éstas sí son las cinco cosas que no debes olvidar en una charla o conferencia!

Estamos frustrados, preocupados, angustiados. La semana pasada enviamos un radioclip sobre “la conferencia perfecta” tomando criterios de páginas frívolas de Internet y de supuestos especialistas en esta materia. Criterios anticuados, ridículos, contrarios a la oratoria moderna y a los principios de la educación popular.

Lo que nos angustia es haber recibido felicitaciones. Todavía nos angustia más el silencio de muchísimos de ustedes. ¿Será que no leyeron el clip? Lo peor sería que lo hubieran leído y compartido estos tips que son, a todas luces, irresponsables (¡gracias, Alfonso Gumucio y Juan Hablador por contradecirnos!).

¿Por qué enviamos, entonces, el texo de la semana anterior? Como una provocación. Para abrir el debate sobre un modo demasiado frecuente con el que se imparten charlas y conferencias. En RADIALSITAS, obviamente, no pensamos así. Estamos muy en contra de lo que se recomendaba en el anterior radioclip.

Aquí van los cinco criterios en los que sí creemos para dar conferencias que, aunque no sean perfectas, serán coherentes con nuestra visión política y con la pedogagía por la que apostamos.

1. EL MARCO TEÓRICO

Cuando alguien asiste a una conferencia va con el deseo de escuchar algo nuevo o diferente. Con ganas de escuchar a quien tiene delante. Si el ponente o la disertante se dedican a citar a grandes teóricos… ¡para eso los leemos a ellos y no perdemos una hora de nuestro tiempo escuchando a quien no hace más que repetirlos! En la mayoría de los casos, eso de andar citando a uno u otra autora sólo sirve para “demostrar” lo mucho que sabemos o hemos leído.

No es que esté prohibido citar o hacer referencia a teóricos o académicos que hayan expresado ideas que aún tienen vigencia. Pero lo ideal es que esas ideas sean inspiradoras para generar tus ideas propias.

No decimos que tener ideas nuevas sea fácil. Para eso precisamente leemos, vemos y escuchamos a terceros, para disponer de argumentos que nos inspiren y ayuden a formular algo diferente. El mejor marco teórico, como el de los cuadros modernos, no se ve por fuera, pero sostiene el lienzo desde dentro.

2. PRONUNCIAR COMO SE DEBE

Si exponemos delante de un grupo de ingleses, tendremos que hacer nuestro mejor esfuerzo en pronunciar Twitter tal como se pronuncia en ese idioma.

Pero si nuestro auditorio habla español, ¿qué necesidad hay de forzar la pronunciación? ¿O es que lo hacemos para demostrar que hablamos bien inglés?

En cuanto a expresiones en latín o palabras que se consideran “cultas”, el mejor criterio siempre será adaptarse al nivel del público. Si sospechas que una palabra no será comprendida por la mayoría de tu auditorio, búscate otra equivalente. ¡No hables de “rumiantes cérvidos” para referirte a una cabra!

Cuando debas usar una palabra técnica, explícala un par de veces con otras palabras sencillas. No hablamos para deslumbrar, sino para que nos entiendan.

3. SERIEDAD

¿Desde cuándo lo serio e importante debe ser un ladrillo? Todas y todos hemos padecido a ponentes aburridísimos que hablan y hablan, sin hacer pausas, comentarios y menos contar una anécdota, emplear un refrán o decir algo gracioso.

Es muy fácil que el público pierda el interés si no escucha algo que le entretenga. Si no captamos su atención, no les quedará nada en la memoria. A los tres minutos habrán olvidado lo que hablamos.

Inventa formas creativas para decir las cosas. Habla, no leas. Lo leído, aunque esté bien leído, aburre. Prepara bien lo que va a decir y, después, arriésgate a hablar con entusiasmo sin andar repasando papeles. Usa metáforas, explica las ideas a través de historias, pon ejemplos. Una conferencia no tiene por qué convertirse en un circo, pero tampoco en un velorio.

4. EL BUEN VESTIR

Las ideas se llevan en la cabeza, no en la ropa. La gente nos recordará por lo que digamos, no por cómo íbamos vestidos.

No decimos que debamos presentarnos con la camisa sucia y oliendo feo. Sé tú mismo. Sé tú misma. Vístete como sueles vestirte para ir a tu trabajo. Si llevas tacones todos los días, llévalos también para ir a dar una charla. Si no llevas corbata nunca, ¿por qué ponértela para hablar en público?

5. NO TOMES MÁS TIEMPO DEL QUE TE DAN

Es una falta de respeto con el moderador, con los compañeros y compañeras del panel, pero sobre todo con el público que te escucha, pasarte del tiempo asignado.

Si te dan 10 minutos, ajusta tu charla a ese tiempo. Demuestra que sabes ser conciso y que tienes habilidad para transmitir buenas ideas en los minutos que te dan.

Si quieres más pistas para una buena conferencia, te invitamos a leer el Decálogo para dar una charla, diez mandamientos útiles para cuando tengas que hablar en público.

¿ESTÁS DE ACUERDO CON ESTOS 5 TIPS O PREFIERES LOS DE RADIOCLIP ANTERIOR?

Creative Company Conference 2011 flickr photo by Sebastiaan ter Burg shared under a Creative Commons (BY-SA) license