LA DEL PISO DE TIERRA

Miriam Marín Bermúdez despegó de un piso de tierra hasta las alturas… como un águila.

¿Recuerdan que hace unos días les mandamos la serie De Paz y Esperanza producida por Voces Nuestras de San José, Costa Rica?

Pues no habíamos acabado de enviarla cuando nos llegó otra serie de este dinámico centro de producción titulada Ese origen que no quiero olvidar, mis raíces, mis vivencias, mis sentires.

Son 16 testimonios ganadores del segundo concurso Mujeres, Imágenes y Testimonios adaptados para radio.

A continuación, puedes leer parte del testimonio ganador de la Categoría Urbano Marginal: La del piso de tierra, de Miriam Marín Bermúdez.

Bájate el audio y escucha cómo hacer una excelente adaptación de un testimonio de la vida real. O si prefieres, ¡baja la serie completa!

Serie completa


LIBRETO

¡Qué lindo cuando un día nos sentemos todos y todas a comer en una mesa tan grande que quepan pobres y ricos, gente de toda raza, color y religión; donde nos miremos a los ojos sin avergonzarnos del que tememos al lado!

Un piso de tierra, un fogón encendido, una mañana calurosa del mes de abril, en un humilde ranchito de pedazos de madera y techo de paja, a las once de la mañana, abrí mis ojos a este mundo, mis lágrimas surcaron mi pequeño rostro, como augurando una vida que no iba a ser muy fácil, pues no fui bien recibida por mi condición de mujer. Mi madre, una mujer sola con cuatro hijos más tres varones y una mujer; “no quería tener mas mujeres”, ese era su decir.

Mi infancia transcurre en época de posguerra ya que nací en el año 47, a dos años de finalizada la II Guerra Mundial, y ahí no más, estalla guerra civil del 48.

Mi madre, una invasora de tierras, junto a otras mujeres tomaron una faja de terreno municipal en Goicoechea y levantan sus ranchitos de cartón y latas, mujer sin ningún grado académico, ni “conociendo la o por redonda”, como decía ella; campesina, viuda de un nicaragüense soldado sandinista, de los primeros y originales guerreros que se levantaron con Sandino contra la dinastía de los Somoza.

Él vuelve a Nicaragua, dejándola abandonada, ella tiene que hacerle frente a la crianza y educación de esos cuatro muchachos, lavando ajeno, limpiando casas y otros trabajos de servidumbre. Así es como siete años más tarde conoce a un seminarista fraile franciscano y nace quien hoy cuenta su historia, siendo abandonada por este hombre y obligada a no contar lo sucedido, pues este señor no quiso reconocer la criatura que al mundo vendría.

Una boca más que mantener, y no muy bien recibida por sus otros hermanos. Carita sucia, pies descalzos, una infancia con grandes privaciones tanto materiales como afectivas. Contaba con apenas dos añitos de edad cuando tuve mi primer encuentro con lo común de la niña marginal, una agresión sexual. Mi madre, presta poco o ningún interés al asunto. Pasaron tres años más, y vuelvo a caer en manos de un abusador. Este individuo hizo fama en Costa Rica por sus violaciones en la década de los cincuentas.

Testimonio Completo

Image by Ingrid Sporn from Pixabay