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LAS NERVIOSAS (2)

Aquí tienes otro tipo de entrevistadores y entrevistadoras que con frecuencia encontramos en nuestras emisoras. ¿Te pareces a ella?

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Los nervios se pegan como las pulgas. Si la entrevistadora está tensa, si al entrevistador le tiembla la voz, la persona entrevistada también se pondrá nerviosa. Si quien entrevista está inseguro, el entrevistado también perderá el piso.

INSEGURO

ENTREVISTADORA Dígame, señor… eh… qué… qué opinión le
merece… eh… o no que le merece… sino… sino qué opina usted sobre… digamos… eh… sobre el alto costo de la vida que… eh… que está altísimo… Uff…

Controla los nervios. Respira bien. Respira profundamente para que el aire limpio llene tus pulmones. Recuerda que los nervios son como perritos que ladran pero no muerden. No les haga caso.

Quien entrevista debe crear un clima de confianza con la persona entrevistada. Antes de sacar la grabadora, antes de salir al aire, es bueno hablar de otras cosas que sirvan para romper el hielo, para soltar la lengua.

Ni estando de pie ni sentado, nunca te pongas frente a frente con el entrevistado. Es más cómodo para él (y también para ti) si te colocas de medio lado, como haciendo un ángulo. Tampoco le claves los ojos ni le metas el micrófono en la boca. Todo esto crea tensión en la entrevista.

LOS ERRORES

ENTREVISTADOR Muy bien… entonces… vamos a comenzar esta entrevista con Ramera Cabrona, perdón, es decir, disculpe, con Ramona Cabrera… Discúlpeme, señora, no quise decir lo que dije cuando lo dije… Disculpen, amigos, es que uno se pone nervioso con estos cables… Entonces, señora Cabrona, digo, Cabrera…

Si cometes un error, no pierdas el control ni le des demasiada importancia. Esto sólo servirá para que la audiencia se fije más en tu equivocación. Rectifica y no pierdas la naturalidad.

Tanto la entrevistadora nerviosa como el entrevistado tímido suelen sentir la tentación de ensayar la entrevista. Esto sería un error fatal. El ensayo mataría la naturalidad del diálogo. La segunda vez, el entrevistado estará cansado y le saldrán respuestas secas y sin gracia. Como comida recalentada.

Lo que sí puedes hacer antes de la entrevista es explicarle el tema que vas a abordar, conversar un poco. Pero nunca ensayar las preguntas y las respuestas.

Las nerviosas y los nerviosos son expertos en muletillas. Repiten “eh”… “ah”… “así es”… “pues”… “¿no?”… “¿viste?”… “o sea”… “¿no es cierto?”
Como uno no se da cuenta de sus propias muletillas, pídele a una amiga, a un amigo, que te indique cuáles tienes, qué palabras repites y repites cuando estás entrevistando a alguien.

¿Eres nervioso, nerviosa? No te preocupes demasiado por ello. Recuerda que con el tiempo y un ganchito hasta las verdes se alcanzan.

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Serie completa:

BIBLIOGRAFÍA

  • ALER, La Entrevista, Quito 1993.
  • Imagen: Pexeles.