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LOS AGUA TIBIA (6)

Radioclip en texto sin audio grabado.

Ni fríos ni calientes, ni con dios ni con el diablo. ¿Entonces? Pertenece a la serie: Los Directores y Las Directoras.

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Nos topamos con el director acomodaticio, la directora que no baila ni con dios ni con el diablo. Se definen como “imparciales” frente a las cosas que ocurren en el mundo y en el país. Ése no es nuestro problema, es su frase favorita cuando ocurre una emergencia social o cuando la situación política está al rojo vivo.

La emisora no hace editoriales. El departamento de prensa informa, pero no opina sobre los acontecimientos. La dirección no se pronuncia sobre la coyuntura nacional ni la internacional. Nosotros no somos políticos, somos comunicadores, se dicen a sí mismos y se lo repiten al equipo de la radio.

Aparentemente neutrales, acaban apoyando las posiciones más conservadoras de la sociedad. Callando, otorgan.

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EJEMPLO

JOVEN Las mujeres están defendiendo el aborto terapéutico en las calles. ¿Qué decimos?

DIRECTORA Pon música.

JOVEN El movimiento indígena le ha dado un plazo al gobierno para que rompa el contrato con la empresa minera. ¿Qué decimos?

DIRECTORA Pon música. En boca cerrada no entran moscas.

Por supuesto, no tienen reparos en aceptar un anuncio de esa empresa minera que está destruyendo el medio ambiente. Ni en firmar un proyecto financiado por el Banco Mundial o la NED. Cada hombre tiene su precio y cada radio también.

Todos los agua tibia son burócratas. Es su mejor defensa para mantener las cosas en su sitio. Cualquier iniciativa del personal queda frenada por trámites interminables. Nunca hay presupuesto para hacer periodismo investigativo ni para bajar audios de Internet. Nunca hay tiempo para repensar la programación ni para cuestionar la política publicitaria.

Este tipo de jefes no quieren buscarse líos con nadie. Comen en todas las mesas y brindan con todas las autoridades políticas, militares y religiosas. Se jactan de no tener enemigos. ¿Tendrán amigos?

Hace rato perdieron la pasión por la radio. O nunca la sintieron. Saben de sobra que las cosas no van bien en el país ni en la ciudad, saben que la emisora podría movilizar la opinión pública, favorecer las luchas ciudadanas. Pero no quieren arriesgar su comodidad ni sus intereses.

De directores así hay poco que esperar. Más te vale cambiar de emisora que pretender cambiarles su forma de pensar.

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BIBLIOGRAFÍA