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¿LOS JUDÍOS MATARON A CRISTO?

En la Semana Santa de antes, se hablaba de los “pérfidos judíos”, los que mataron a Jesús. ¿Fue así?

LIBRETO

RAQUEL Emisoras Latinas de nuevo con ustedes. En estos momentos finalizamos una visita al impresionante Museo del Holocausto en Jerusalén. Nos acompaña Jesucristo, nuestro entrevistado especial.

JESÚS Cuánto sufrimiento, Raquel, cuánta muerte. No termino de entender lo que hemos visto ahí dentro.

RAQUEL Es una historia muy larga que comienza con usted.

JESÚS ¿Conmigo?

RAQUEL Digamos, Jesucristo, que a sus compatriotas judíos los han perseguido y matado porque ellos primero lo mataron a usted.

JESÚS Sigo sin entender, Raquel.

RAQUEL Usted ya nos explicó que Dios no quería su muerte. Pero lo cierto es que a usted lo mataron. Lo mataron los judíos. ¿No es así?

JESÚS No, Raquel, los responsables de mi muerte fueron los romanos. Poncio Pilato. Él firmó la sentencia.

RAQUEL Pero espoleado por los judíos.

JESÚS Pilato tenía su propia espuela. Era un hombre despiadado.

RAQUEL Pero dicen que él dudaba, que no quería firmar, y que los judíos lo presionaron… hasta se lavó las manos.

JESÚS Caifás, el sumo sacerdote, y su suegro Anás, querían eliminarme, sí, pero el responsable fue Poncio Pilato.

RAQUEL No, yo me refiero al pueblo, a la gente. A los mismos que lo aplaudieron el domingo de Ramos y lo traicionaron el Viernes Santo. A la hora de la verdad, lo dejaron solo. Su pueblo, el pueblo judío, fue quien pidió su muerte. “Crucifíquenlo, caiga su sangre sobre nuestras cabezas.”

JESÚS ¿De dónde sacas eso, Raquel?

RAQUEL De su biografía, de los evangelios.

JESÚS No, no fue así. Cuando el pueblo supo que me habían apresado, muchos se lanzaron a las calles reclamando mi libertad. Yo los vi, yo los escuché.

RAQUEL ¿Se olvida de Barrabás?

JESÚS ¿Cómo voy a olvidarlo? Era un líder zelote famoso.

RAQUEL ¿Y no fue el pueblo judío el que eligió a Barrabás y pidió a gritos que lo
crucificaran a usted?

JESÚS ¿Y qué crees, que Caifás no compraba gente, que no reclutó gente para que gritaran a favor de Barrabás?

RAQUEL No entiendo nada, entonces. Desde niños nos dijeron que los judíos mataron a Cristo. Tenemos una llamada… ¿Aló?

ISRAEL Habla Israel Finkelstein. Soy arqueólogo e historiador. Soy judío y estoy escuchando al judío Jesús diciendo una verdad indispensable: no fue el pueblo judío quien mató a Jesús, sino sus autoridades religiosas. Y después, fueron las autoridades romanas las que esparcieron por el mundo la calumnia de que los judíos mataron a Cristo. Como para entonces los emperadores romanos ya se habían “convertido” al cristianismo, así se lavaban las manos, igual que Pilato, de aquel crimen.

RAQUEL ¿Y cómo se explica que esa mentira haya durado tanto, hasta el día de hoy?

ISRAEL Las autoridades de la iglesia cristiana, beneficiadas por el imperio romano con cuantiosas riquezas, regaron esa semilla. Durante más de mil años predicaron eso, enseñaron eso. Sembraron el odio a los judíos. Su pueblo, Jesucristo, ha sufrido todo tipo de atropellos por esa calumnia: siempre errantes, reducidos a ghettos, perseguidos, y como habrá visto en ese museo, aniquilados por millones en cámaras de gas. Asesinados por ser judíos.

RAQUEL Seguramente había otras razones detrás de esos horrores…

ISRAEL Siempre la ideología tiene razones económicas y políticas.

JESÚS Pero dígame algo, amigo. Aquí en mi tierra, en estos días, he visto que mi pueblo devuelve ojo por ojo. Sufrió antes y ahora hace sufrir.

ISRAEL También me alegra escuchar al judío Jesús diciendo eso. Sí, Jesucristo, nuestros compatriotas humillan a los palestinos, el pueblo judío desprecia a los pueblos árabes. No lo mataron a usted, pero han matado, y siguen matando a muchos, por la arrogancia de creerse un pueblo superior.

JESÚS La misma arrogancia que vi en mi tiempo.

RAQUEL Gracias al arqueólogo Finkelstein.

JESÚS Vamos, Raquel, entremos de nuevo.

RAQUEL ¿Quiere regresar al museo?

JESÚS Sí, ya entendí. Y ante mis paisanos muertos, quiero rogar para que mi pueblo aprenda que no hay raza elegida, que todos los pueblos son iguales ante Dios.

RAQUEL Desde el Museo del Holocausto, en Jerusalén, Raquel Pérez, Emisoras Latinas.

BIBLIOGRAFÍA