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LOS PICAFLORES (9)

Radioclip en texto sin audio grabado.

Ellos tienen que demostrar ante el mundo y ante sí mismos su potencia viril. Y su invencible capacidad de seducción. Pertenece a la serie: Los Directores y Las Directoras.

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Se creen bellos. Se creen irresistibles. Cuando una chica joven entra en la emisora, se peinan, se ajustan los pantalones, esconden un poco la barriguita y se acercan a ella con paso de gato que caza ratones.

Pero estos picaflores entran verdaderamente en acción cuando llega una locutora nueva a la radio. Sus hormonas se alborotan y no pierden tiempo en invitarlas a su oficina para comenzar el acoso. Luego la invitan a un café, a cenar, o al motel.

Le prometen ascensos, le aseguran horarios más cómodos y mejor remunerados. Le aseguran, sobre todo, que son solteros sin compromiso o divorciados sin hijos.

Si la chica cede, se convierte en la favorita del jefe. Goza de privilegios, llega a la hora que quiere y se va (con el jefe) a la hora que quiere. Sus caprichos e irresponsabilidades tendrán que ser soportados por todo el equipo.

Las que no se dejan sonsacar por las palabritas melosas del ilustre señor director, quedan relegadas y pronto tendrán que buscar otro trabajo.

Pero los picaflores se llaman así porque van de flor en flor. Cuando se cansan de una, comienzan a echarle ojo a la siguiente. Ellos tienen que demostrar ante el mundo y ante sí mismos su potencia viril. Y su invencible capacidad de seducción.

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EJEMPLO
LOCUTORA ¿Me llamó para algo, señor director?

DIRECTOR Nada especial… Sólo saber cómo te sientes en tu primera
semana de trabajo.

LOCUTORA Muy bien, la verdad. ¿Ha escuchado mi programa?

DIRECTOR No me lo pierdo. Es que tienes una voz muy linda…

LOCUTORA Muchas gracias. Es usted muy amable conmigo.

DIRECTOR Y tú también podrías ser muy amable conmigo…

El acoso sexual es frecuente en las emisoras. Demasiado frecuente. Además de mostrar la total falta de ética del director, esto crea un ambiente malsano entre el personal de la radio. Y como el mal ejemplo se contagia, otros varones se sienten motivados a acosar a sus compañeras.

Para contratarme no me hicieron examen de voz, sino de piernas, declaraba una joven radialista con rabia y sin saber cómo enfrentar la situación, porque necesitaba el trabajo.

El acoso es un delito. En una emisora comprometida y respetuosa con su público no se puede tolerar a estos delincuentes.

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BIBLIOGRAFÍA