MATARON INTERNET

Radioclip en texto sin audio grabado.

Estados Unidos terminó definitivamente con las leyes que mantenía viva la neutralidad en la Red. Eso supone la lenta muerte del Internet que conocemos. 

INTERNET ¿LA NUEVA CAJA TONTA?

Internet va camino de convertirse en una televisión global de grandes dimensiones que nos siente en el sofá de casa para siempre.

Hace tiempo que venimos hablando de la importancia de debatir los temas tecnológicos desde su perspectiva política. Por ejemplo la neutralidad de la red que parece una medida técnica pero es, en realidad, una decisión con implicaciones políticas muy profundas. Tanto, que definirá la Internet del futuro.

La Red es una herramienta con un potencial de movilización enorme pero la tendencia de las grandes empresas de telecomunicaciones es convertirla en una televisión gigante mermando sus capacidades de participación e interactividad.

Las medidas políticas (explicamos un poco más abajo) que tomó la Comisión Federal de Comunicación (FCC) para eliminar la neutralidad de la red (por cierto, que el abogado que ahora la dirige antes defendía los intereses de una de las empresas norteamericana más grande del sector de las telecomunicaciones) permiten a las compañías que ofrecen conexión a Internet que puedan priorizar ciertos servicios ofreciéndolos con mayor rapidez y calidad o como parte de paquetes especiales en detrimento de otras ofertas.

La tendencia mundial indica que la mayoría de personas que tienen acceso a Internet con cierta calidad están mudando sus consumos de entretenimiento de la TV a la Red. Vamos, que ven mucho más plataformas como Netflix o HBO que las series o películas que pasan por televisión. Y estos hábitos se van imitando en la medida que los países cuentan con mejores, y más baratas, conexiones a Internet.

Con el camino allanado por los políticos, las empresas de telecomunicaciones se están lanzando a comprar compañías de entretenimiento (tal como hizo AT&T con WarnerBros/HBO) o compran los derechos para transmitir todos los partidos de fútbol de un campeonato nacional (como acaba de hacer Telefónica/Movistar en España con los partidos de la Liga). Estos movimientos indican una estrategia muy clara en el sector: controlar como sea los nuevos mercados.

Como con las conexiones de fibra no se gana tanto, se paga un fijo mensual a la compañía y estamos, la idea es incrementar las ganancias con otros productos. Si la compañía XX te vende la conexión de Internet y además te ofrece a un precio casi regalado su propia plataforma de películas y los partidos del Mundial, ¿por qué contratar con otra compañía?

Hasta aquí, no es algo muy diferente a lo que venía sucediendo con algunas suscripciones de televisión por cable, la ley de la oferta y la demanda. El problema es que con la eliminación de la neutralidad de la red y esta convergencia o fusión de compañías de entretenimiento con las grandes corporaciones de telecomunicaciones, Internet va camino de convertirse en otra “caja tonta”: una televisión global de grandes dimensiones que nos siente en el sofá de casa para siempre.

Todo indica que vamos hacia una Internet cada vez más enfocada al entretenimiento “mainstream” que irá perdiendo poco a poco su potencial alternativo, participativo y movilizador. Decisiones aparentemente técnicas y “neutrales”, que tienen un trasfondo y un posicionamiento político, ideológico y social muy claro (y peligroso).


MATARON INTERNET

Los cambios introducidos por la FCC en Estados Unidos matarán a Internet —tal y como lo conocíamos hasta ahora— en beneficio de las grandes empresas de telecomunicaciones.

Finalmente la mayoría republicana en la Comisión Federal de Comunicación (FCC) aprobó las nuevas reglas que regirán el futuro de Internet. Este 14 de diciembre de 2017 hemos asistido al asesinato de la Neutralidad de la Red.

Desde que Ajit Pai fue nombrado presidente de la FCC su principal objetivo ha sido cambiar las regulaciones sobre Internet para favorecer a las tres grandes empresas de telecomunicaciones de su país. Por cierto, cabe recordar que Ajit fue empleado de una de ellas durante muchos años.

Y aunque esta sea una decisión tomada en Estados Unidos es muy probable que estas medidas se extiendan en breve por América Latina, ya que es en el país del norte donde están las empresas más importantes de Internet y su infraestructura. Pero, ¿por qué esto debería importarnos?

¿Qué implica matar la Neutralidad de la Red?

Básicamente, la neutralidad es la obligación que tienen las empresas que proveen conexión a la red —llamadas proveedoras de servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés)—, de tratar todo el tráfico de la misma manera sin tener en cuenta de dónde viene o hacia dónde va.

Esta neutralidad garantiza, por ejemplo, que en tu casa recibas a la misma velocidad y calidad los videos de Youtube o de Vimeo o de una pequeña productora del altiplano boliviano que comparte sus videos en su página web. Es decir, eliges el contenido por su calidad o por tus preferencias, no por la velocidad de carga o porque tu ISP te ofrezca el acceso a unas páginas web y a otras no. Al desparecer este principio de neutralidad Internet se convertirá en una jungla.

Imaginemos por un momento qué sucederá con los medios de comunicación y el acceso a la cultura. AT&T es uno de los principales proveedores de Internet del mundo. Hace unos meses compró Time Warners, dueña de HBO y de CNN (adquisición de momento bloqueada por el Departamento de Justicia). Hasta hoy, AT&T no podía ofrecer paquetes donde priorice sus series o informativos. Pero con las nuevas regulaciones, AT&T no tendrá problemas para favorecer con tarifas prioritarias o mejores condiciones técnicas sus series de HBO frente a las de Netflix, o sus medios de comunicación frente a los de la competencia. Y no sólo AT&T, cada vez los conglomerados de telecomunicaciones que proveen conexión a Internet están comprando empresas de contenidos, ya sean informativos o de entretenimiento y podrán darles prioridad frente al resto.

Ahora, los ISP tendrán libertad para:

  • priorizar con mayores velocidades o menores precios unos contenidos frente a otros;
  • limitar o prohibir el acceso a páginas webs determinadas;
  • recibir dinero de las compañías que venden servicios en Internet para que sus páginas sean privilegiadas con mejores accesos frente a sus competidoras;
  • o vender paquetes “zero-raiting” donde no consumes datos si usas determinadas aplicaciones, dando acceso gratuito a, por ejemplo, WhatsApp en detrimento de otras alternativas, como Telegram.

A primera vista, el usuario que junta las monedas para pagar la tarifa de datos de su teléfono móvil podría pensar que es una maravilla poder ahorrarse unos centavos y, la verdad, a quién no le viene bien gastar menos. Pero el problema de este retroceso regulatorio tiene consecuencias mucho más profundas en nuestras vidas, sobre todo en términos de derechos. Se favorece el libre mercado de los datos y la concentración, mientras que se limita nuestro derecho a la cultura, al conocimiento, a la información y a la libertad de expresión.

En una Internet así, ¿qué oportunidad tendremos los pequeños medios de comunicación alternativos? ¿O las pequeñas productoras de contenidos? Esta Internet, así como la quieren las grandes empresas de telecomunicaciones, favorece aún más la concentración y la polarización de discurso.

“Los proveedores de internet tendrían el poder de decidir qué sitios web puedes visitar y a qué velocidad cargarán. En otras palabras, podrían decidir qué empresas tendrán éxito en internet, qué voces son oídas y cuáles son silenciadas”.
Tim Berners-Lee, creador de la World Wide Web, en ElDiario.es

Descansa en paz neutralidad, algún día nos volveremos a ver.