NO HAGAN RADIO… ¡DIVIÉRTANSE!

Radioclip en texto sin audio grabado.

Sugerencias para capacitaciones radiofónicas con niñas y niños. Una propuesta de RadioLAB y el CEPPAS Guatemala.

Si hiciéramos un estudio entre las radios comunitarias de América Latina es posible que a todas, además de personal y dinero, lo que más nos esté faltando sea originalidad.

Las parrillas de programación se repiten, en los programas cuesta encontrar algo que se salga de lo establecido y estamos más preocupadas por cumplir con las normas académicas de lo que debe ser un “buen programa” que en dejar volar nuestra imaginación.

La naturalidad y la conversación amena escasean. Pocos locutores y locutoras se atreven a “echar cuentos”, abundan los discursos abstractos más que las narraciones concretas y faltan ejemplos.

Hay quienes depositan sus esperanzas en las “futuras generaciones” pero eso dependerá mucho de cómo las formemos. En la mayoría de casos, cuando diseñamos un taller de capacitación para niñas y niños, quienes serán futuros radialistas, caemos en la tentación de enseñar más que en invitarles a experimentar. Y así, estamos repitiendo la enseñanza unificadora y bancaria que criticaba el gran pedagogo brasileño Paulo Freire.

Hace unos meses nos invitaron a diseñar conjuntamente con el CEPPAS de Guatemala un taller de reportajes radiales con niñas y niños. Les compartimos algunas ideas que salieron de aquellas conversaciones que quizás puedan alimentar otras capacitaciones para formar a los próximos radialistas.

1. NO ES UNA ESCUELA, ¡ES LA RADIO!

No realices el taller en un aula de escuela. Es mejor el patio, si no puedes hacerlo en una emisora. Las niñas y niñas tienen en la cabeza el formato tradicional escolar. Por lo tanto, si no quieres que te vean como un profesor que todo lo sabe y vienes a enseñarles y ellos sólo se sientan a tomar notas, rompe ese esquema comenzando por el lugar. Que no tomen apuntes, que se sienten todos en círculo contigo en el suelo, que pregunten cuando quieran sin levantar la mano. Inicia con alguna dinámica para romper el hielo y tomar confianza.

2. NO ESCUCHES EJEMPLOS, ¡CRÉALOS!

Es la mejor forma de condicionar el aprendizaje. Siempre tenderán a imitar lo que escucharon y mutilarás la imaginación.

3. NO SUGIERAS ESTRUCTURAS, ¡INVÉNTALAS!

El reportaje, al igual que otros formatos radiales, puede producirse de muchas formas. Si sugieres una estructura cerrada limitas las posibilidades. Es mejor que comiences preguntando sobre los elementos que puede tener un reportaje. Con ellos cada grupo realiza su propuesta y, al final, con todos los ejemplos, se puede sistematizar una estructura posible.

4. NI IMPONGAS, ¡DECIDE COLECTIVAMENTE!

Si vas dando las respuestas a todas las preguntas, evitas que la gente piense e imagine. Cuando existan dudas responde con más preguntas, dando pistas, de tal forma que sea el grupo el que llega a la solución.

Por ejemplo, para delimitar el tema del reportaje se puede hacer una lluvia de ideas con los participantes sobre temas de su entorno de los que les gustaría hablar:

Qué tema/noticias les gusta escuchar por la radio, ¿temas que suceden en el mundo, o en tu país, o en tu comunidad?

Con estas primeras respuestas ya tendrás definido el ámbito: internacional, nacional, local. Más preguntas:

– ¿Les gustan temas que hablen de adultos, de niñas y niños, de viejitos, de animales?

Ya habrás definido el público. Y con dos o tres preguntas más irán concretando el tema para que no sea un reportaje que abarque de todo un poco (aunque ese podría ser un interesante y loco experimento). Acordado el ámbito, el público al que lo dirigen, pertinencia del tema para la audiencia… llegarán a un tema que encaje con estas condiciones colectivas que se definieron, por ejemplo: “las niñas queremos jugar fútbol”.

5. NO “ENSEÑES”, ¡CONDUCE EL APRENDIZAJE!

Una vez definido el tema pregunta:

– Piensen, ¿qué recursos podemos incluir?

Es normal que respondan los que conozcan y escuchan por los medios tradicionales: entrevistas, noticias, locutores que ofrecen datos…. Ahí ustedes tienen que comenzar a sugerir otras más novedosas que quizás no se les ocurran:

¿Qué les parece si para que la gente se sitúe grabamos una escena entre nosotras de una niña que llega a jugar y los niños no la dejan? ¿Probamos? (dramatizados).

¿Y por qué no hacemos unas entrevistas por la calle a diferentes personas para saber qué opinan, nos las cruzamos por la calle y preguntamos si les parece bien o mal que las niñas jueguen fútbol? (Voxpop).

¿Y si entrevistamos a algunas niñas de nuestra comunidad que ya juegan?

Es posible que después de un par de ideas dinamizadoras a los participantes se les ocurran otras similares.

Podemos buscar en youtube un buen equipo femenino que haya ganado títulos donde una jugadora hable de su experiencia (así vemos que no es un problema solo de aquí, sino que le damos un contexto global).

-Pues yo vi una película de una niña futbolista donde había una canción que nos puede servir.

Y así van construyendo conjuntamente la estructura del reportaje.

6. NO HAGAS TÚ, ¡DEJA QUE HAGAN AUNQUE EL RESULTADO NO SEA PERFECTO!

El paso más difícil para quienes no tienen experiencia será salir a grabar, luego editar y producir el reportaje. La tentación de muchos adultos suele ser agarrar la grabadora o el ratón de la computadora y grabar y editar mientras detrás le acompaña y mira el grupo de talleristas.

Déjales las grabadoras, que salgan y se enfrenten a gente que no quiera responder. Y luego, deja que editen, que experimenten con la computadora. De seguro ya la saben manejar, incluso, mejor que tú.

En vez de bajar efectos de sonido de Internet reparte roles para los dramatizados y mientras algunos actúan otros pueden ir haciendo los efectos en vivo: el silbato del árbitro, los murmullos de la gente, el grito de “gooooooool”.

De estos talleres no pretendemos que salgan productos “perfectos”, sino experimentaciones, juegos radiofónicos y, sobre todo, apasionar con la radio a un grupo de niñas y niños.

7. NO HAGAN RADIO, ¡DIVIÉRTANSE!

Los ejercicios lúdicos y prácticos excitan la creatividad. Que jueguen, que entiendan la radio como algo libre, desestructurado, donde experimentar, sin pautas que los condicionen. El objetivo principal es ése, pasarla bien. Si eso se logra, la radio se hará sola.

Creemos que estas pautas sirven también para talleres con adultos, no sólo para niñas y niños. Prueba y quizás te sorprenderán los resultados. Quizás, la forma de lograr una mayor originalidad en nuestras radios comunitarias pasa por experimentar con nuevas formas de capacitar, más creativas y divertidas. ¿Qué opinas?