¿PARA EL AGUA O PARA EL SOL?

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Un hombre con paraguas era juzgado como poco viril. Pero el inglés Hanway no pensaba del mismo modo.

LIBRETO

CONTROL MÚSICA DE FLAUTAS ORIENTALES

LOCUTOR Las sombrillas nacieron en la antigua Mesopotamia hace más de 3 mil años para proteger del sol abrasador de aquellas tierras.

LOCUTORA Durante siglos, fueron parasoles y constituían una señal de distinción. Los esclavos caminaban detrás del jefe con una ancha sombrilla cubriendo su cabeza.

LOCUTOR Siglos más tarde, en Egipto, los parasoles, hechos de plumas y papiros, tomaron un significado religioso. Recordaban el cuerpo de la diosa Nut que envolvía la tierra como una inmensa sombrilla.

LOCUTORA Los griegos consideraban al parasol como una prenda femenina. Entre las mujeres, tuvo tanta aceptación que anualmente celebraban la Fiesta de los Parasoles. Toda la Acrópolis se cubría de sombrillas blancas.

LOCUTOR También las romanas adoptaron esa costumbre. Pero como en Roma llovía más, aceitaron sus sombrillas de papel para impermeabilizarlas y usarlas para protegerse de la lluvia. Así fue como el parasol vino a llamarse para-aguas, paraguas.

LOCUTORA En los teatros al aire libre, cuando lloviznaba, cientos de mujeres levantaban sus paraguas provocando la indignación de los varones que no podían ver la función.

LOCUTOR Las protestas masculinas llegaron hasta al emperador Domiciano. Éste sentenció en favor de las mujeres. Tenían derecho a protegerse de los chaparrones en los actos públicos.

LOCUTORA Para-soles y para-aguas fueron parte del atuendo femenino, tanto en Europa como en América, hasta bien entrado el siglo 18.

LOCUTOR Un hombre con paraguas era juzgado como poco viril. Un hombre con sombrilla era una afeminado.

EFECTO TRUENOS Y LLUVIA

LOCUTORA Fue un caballero británico, Jonas Hanway, quien liberó de prejuicios al paraguas.

LOCUTOR Acaudalado comerciante, Hanway dedicaba su fortuna a la fundación de hospitales y orfanatos. En sus andanzas, rara vez salía sin paraguas, tanto si llovía o si brillaba el sol.

HOMBRE 1 ¡Mira a éste!… ¡Como si el agua le fuera a derretir el seso!

HOMBRE 2 ¡En vez de “mi lord” es… “mi lady”!

LOCUTORA En las calles de Londres se burlaban de él. Lo miraban con recelo.

LOCUTOR Los cocheros se preocupaban. Su negocio estaba amenazado por el paraguas de Hanway. Cada vez que podían, le acercaban los caballos y lo salpicaban de barro.

LOCUTORA Imperturbable, Hanway siguió llevando paraguas durante los últimos 30 años de su vida. Y, poco a poco, los hombres comprendieron que invertir en un paraguas resultaba más barato que alquilar un coche cada vez que llovía.

LOCUTOR Antes que Hanway muriese en 1786, los lores ingleses ya sacaban a relucir sus paraguas en los días lluviosos y los comenzaron a llamar así, “hanways”.

BIBLIOGRAFÍA

  • Charles Panati, Las cosas nuestras de cada día, Círculo de Lectores,Barcelona 1990.
  • Imagen de: Pxhere.