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HABLAR CON CONVICCIÓN

En la radio no contamos con imágenes. Tampoco podemos mirar a los ojos de los oyentes. No tenemos olores ni sabores. Para captar al público sólo contamos con nuestra voz. Pertenece a la serie: Consultorio radiofónico.

LIBRETO

TIMBRE TELÉFONO

JI Consultorio radiofónico a la orden.

B Oiga, ¿y ahí es donde resuelven todas las dudas sobre la radio?

JI Por supuesto, muchacha. Aquí quien no sabe es porque no pregunta.

GOLPE MUSICAL

JOSÉ IGNACIO ¿Cómo están, radialistas apasionadas y apasionados? Nosotros bien y ustedes mejor, eso esperamos. Como recordarán, en el último consultorio hablamos de las voces radiofónicas, que no existen “voces” radiofónicas. Cada quien tiene el galillo que Dios le dio. La voz se puede educar, pero no cambiar. Educar para pronunciar bien, para articular bien… y, sobre todo, para hablar con entusiasmo.

Vamos a hacer una prueba. Tachi Arriola va a leer un párrafo…

TACHI No puede ser. No puede ser que el uno por ciento de la población, los multimillonarios, ganen, acaparen, la mitad de las riquezas del planeta tierra. No son ricos, son ladrones.

JOSÉ IGNACIO Voz buena, pronunciación buena, dicción correcta… pero sin gracia, sonso, alicaído. Aburrido. Ahora, Tachi, lee con entusiasmo ese mismo párrafo. Con ganas, convencida de lo que lees.

TACHI No puede ser. No puede ser que el uno por ciento de la población, los multimillonarios, ganen, acaparen, la mitad de las riquezas del planeta tierra. No son ricos, son ladrones.

JOSÉ IGNACIO Se nota la diferencia, ¿verdad? Fíjense, en la radio no contamos con imágenes. Tampoco podemos mirar a los ojos de los oyentes. No tenemos olores ni sabores. Para captar al público sólo contamos con nuestra voz.

CLARA Pero ahora no te refieres al timbre de voz, sino a la entonación, a la fuerza con que decimos las palabras.

JOSÉ IGNACIO Exactamente. Las palabras tienen temperatura, como la sangre. Hay palabras frías, que salen frías de la boca del locutor, de la locutora, y llegan heladas a los oídos del receptor. Palabras muertas. Y hay palabras vivas, calientes, que transmiten emociones, que atrapan a quienes escuchan, que van cargadas de pasión.

CLARA ¿Y dónde está el truco, José Ignacio? ¿En qué radica la diferencia?

JOSÉ IGNACIO En la modulación de la voz. Modular es jugar con los tonos, subirlos, bajarelos, cambiar el ritmo, apresurar una frase, relentizar la otra, enfatizar las palabras más importantes y hacer las pausas oportunas. La buena modulación transforma un discurso mo-nó-to-no en una conversación cautivante.

CLARA Y esa modulación vale para cuando hablamos y también para cuando leemos un libreto, ¿no es cierto?

JOSÉ IGNACIO Por supuestísimo. Por eso, los buenos locutores y locutoras subrayan con un lápiz las palabras claves de un párrafo, las cifras a destacar, el lugar donde quieren hacer una pausa… Lo fundamental para una buena modulación es la convicción interior, las ganas de decir algo a alguien. Si hablas porque ahora te toca el programa… a los pocos minutos el público descubrirá la moneda falsa, la palabra hueca. Si no tienes ganas de decir lo que estás diciendo, no convencerás a nadie.

CLARA Y yo pienso que no hay que diplomarse para adquirir esa convicción. Cualquier chofer a quien le choquen el carro, saltará a la calle y lanzará una arenga inflamada para demostrar que el otro es el culpable.

JOSÉ IGNACIO Buen ejemplo, Clarita. Una última cosa. Modular no es gritar. No se trata de gritar. El micrófono no es sordo y la cabina no es el mercado. Habla en volumen normal, pero con energía, cargando de emoción tus palabras.

CLARA Tampoco se trata de correr…

JOSÉ IGNACIO Claro que no. No confundas ritmo con atropello ni estar animado con desgañitarse. Lo fundamental, como decimos, es la convicción. “Convencer” es una linda palabra. Significa vencer-con-el-otro, con-la-otra. Compartir la victoria.

Amigas y amigos radialistas, será hasta el próximo consultorio. Envíen sus preguntas y opiniones a:
radialistas@radialistas.net
Y recuerden: No hay preguntas tontas. Hay tontos que no preguntan. ¡Hasta la próxima!