¿SOMOS OBJETIVOS? (2)

Radioclip en texto sin audio grabado.

Hacia una definición de la objetividad periodística…

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En el anterior radioclip dijimos que la objetividad absoluta no existe. Será un atributo de los dioses, pero no de los humanos que somos subjetivos en todo lo que hablamos e informamos.

No por ellos vamos a renunciar a este concepto que es esencial para el buen periodismo. ¿Cómo comprender, entonces, la objetividad informativa?

Básicamente, son cuatro reglas las que definen la objetividad:

1- SER FIEL A LOS HECHOS

No hay decir lo que no pasó ni dejar de decir lo que sí pasó. No hay que abultar las cifras ni exagerar los datos. No hay que sacar la noticia de contexto porque una media verdad es peor que una mentira. Queda prohibido tergiversar los hechos aduciendo que los oyentes no están en capacidad de comprenderlos o que perjudicaría su conciencia política o su piedad religiosa. Estos pretextos ocultan afanes propagandísticos. Propaganda es decir lo que queremos que pase, no lo que en realidad pasa. Nada más lejano de la honestidad periodística.

2- COMPROBAR LOS HECHOS

Aquí no caben especulaciones ni rumores, ni me dijeron tal cosa. El primer deber de un periodista y de un corresponsal es asegurar la exactitud de lo que informa. La credibilidad de la audiencia está en relación directa a la veracidad de las noticias que se emiten desde la emisora. Y la veracidad no es otra cosa que la verificación de los datos.

En una noticia, siempre que se pueda, debe citarse la fuente. A veces, sin embargo, esto no es posible porque pondría en riesgo al informante. En esos casos, el periodista apela al secreto profesional.

3- RECURRIR A LA OTRA VERSIÓN

Cuando el hecho es complejo, conflictivo, no te conformes con la primera versión. Entrevista a los obreros despedidos y al patrón que los despidió. Reporta desde la bancada oficialista y desde la oposición. Graba las dos versiones, las tres, las que existan. El pluralismo es un apodo bastante seguro de la objetividad.

Bernstein y Woodward, los periodistas del Watergate, sostienen que todo hecho, para ser relatado como noticia, debe estar verificado, al menos, en dos fuentes independientes entre sí.

4- SEPARAR HECHOS DE COMENTARIOS

El público tiene derecho a saber cuándo se trata de una cosa y cuándo de otra. Ambas funciones periodísticas (informar y opinar) son igualmente válidas y deben ejercitarse. Pero no mezclarse. El formato noticia no puede arroparse con comentarios de quien informa. Tampoco dentro de un editorial podemos incluir afirmaciones no comprobadas.

Si cumplimos estas cuatro normas… ¡seremos tan objetivos como podemos llegar a ser quienes pertenecemos a la especie humana!

Primera parte

BIBLIOGRAFÍA

  • Imagen de: Pixnio.