UNA RADIO NO SEXISTA (1)

Radioclip en texto sin audio grabado.

La perspectiva de género ha llegado a la radio.

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La perspectiva de género ha llegado a la radio. Las mujeres reclaman, con justa razón, su presencia en igualdad de condiciones en los medios de comunicación.

¿Cómo las estamos presentando en nuestra emisora? ¿Podríamos decir que nuestro lenguaje es respetuoso, no violento, inclusivo? ¿No somos “masculinistas” por decir lo menos?

Recordemos que cuando hablamos de género nos referimos a cómo la sociedad nos enseña, en forma diferenciada, a ser y a actuar como varones y mujeres. El lenguaje es el reflejo y perpetuación de este aprendizaje. Si nos relacionamos con equidad, hablaremos con la misma equidad. Y a la inversa, también.

El lenguaje es más que palabras:

• Comunica nuestros pensamientos y da forma a nuestras ideas. Está creado a nuestra imagen y semejanza.

• Es el principal vehículo de comunicación humana y refleja la historia, las tradiciones y el modo de ser de la sociedad en que vivimos. Transmite una gran parte de la forma de pensar, sentir, actuar y valorar de cada sociedad.

• El lenguaje es vivo, evoluciona. Se construye socialmente y como tal, puede ser modificado.

LENGUAJE SEXISTA o SEXISMO LINGÜÍSTICO es aquél que se emplea como referente de lo masculino, que discrimina u omite a las mujeres. Utiliza términos de género masculino para referirse tanto a hombres como a mujeres.

  • El sexismo lingüístico está en la forma del mensaje. En el cómo hablamos.
  • El sexismo social constituye el fondo del mensaje . En el cómo pensamos.

Ambos se enlazan mutuamente, el primero es la causa del segundo, el segundo contribuye a reforzar el primero, ya que el lenguaje conforma nuestra mentalidad. Los niños y las niñas, gracias al lenguaje, se van incorporando lentamente a la cultura que vivirán de adultos y van asimilando inconscientemente sus mismos valores. 1

Para darnos cuenta del carácter sexista de nuestro lenguaje cotidiano y mediático, lo primero que hay que hacer es analizar cómo hablamos, qué palabras empleamos y relacionarlas con nuestro modo de pensar.

  • ¿Acaso transmito la ideología patriarcal?
  • ¿Hasta dónde mi mensaje contribuye a perpetuar la sociedad androcéntrica?
  • ¿Qué estereotipo de mujer transmito en mi forma de hablar?

Cuanto más conscientes nos hagamos de los términos sexistas que utilizamos y de la ideología que transmitimos, más iremos corrigiéndolos. No es un asunto sólo de palabras, ésas son las formas que arropan lo que tenemos en nuestra mente, en nuestro bagaje cultural.

Un periodismo para la igualdad necesita de un aprendizaje consciente y cuidadoso. También, humildad para librarnos de prejuicios atávicos que nos han enseñado a hacer y a pensar durante casi dos milenios, y así desarrollar nuevas formas de ver el mundo, de pensarlo y de contarlo. ABC de un periodismo no sexista. Fempress, Santiago de Chile.

Segunda parte

 

BIBLIOGRAFÍA