VIOLENCIA CONTRA MUJERES EN LA RADIO

Radioclip en texto sin audio grabado.

¿Cuidas el lenguaje al dar informaciones sobre mujeres agredidas?

Nos llega una noticia urgente: Mujer encontrada muerta en el barrio Las Flores. ¿Qué hacemos en nuestro informativo? Muy probablemente, la pasamos tal cual.

Y quizás, por falta de tiempo o de criticidad, repetimos lo que dice la fuente: fue un crimen pasional, al parecer ella tenía otro hombre, era una persona de vida extraña…

Y así, vamos sumando mujeres muertas, agredidas, violadas… Y llega un momento en que estas noticias nos resultan indiferentes. La violencia contra las mujeres se naturaliza.

Tenemos que reaccionar y preguntarnos cómo tratar la violencia de género, la violencia contra las mujeres, en nuestras emisoras comunitarias, en las radios ciudadanas.

Para comenzar, establezcamos algunos principios:

– La violencia contra las mujeres nunca es natural, es producto de una sociedad machista que las inferioriza frente a los varones.

-Un asesinato o una agresión sexual a una mujer es violencia de género, no es un crimen pasional ni producto de una emoción fuerte o del alcohol.

-La violencia contra las mujeres y niñas no es un asunto privado, sino público y constituye un grave problema social y es violatoria de los derechos humanos.

-La mujer es la víctima de la violencia, no la protagonista ni la culpable. Por tanto, quien debe ser evidenciado es el asesino.

-Hay que respetar la dignidad de la violentada. No se puede revictimizar a la mujer o niña que haya sufrido la violencia. No se debe dar su nombre, sus señas o el nombre de sus familiares, datos con que puede ser fácilmente identificada.

-Trivializar la noticia con palabras sensacionalistas y detalles morbosos lleva a desvirtuar la gravedad de la situación y sólo busca el rating. La violencia contra las mujeres no puede estar en la sección de “sucesos”.

Veamos también algunos conceptos y términos erróneos:

Crimen pasional: Expresión que quita responsabilidades a quien agrede. Fue arrastrado por la pasión, por una locura pasajera. El hombre no puede responder por actos realizados en un momento de inconsciencia.

Riña o disputa de pareja: Se suele hablar así de las agresiones que sufren las mujeres cuando no termina en asesinato. Oculta la frecuencia, la dominación y abuso de poder del abusador.

Bajos instintos: Se explica así las violaciones sexuales, asumiendo que los hombres no pueden controlar su naturaleza frente a la excitación sexual que les provocan las mujeres.

Crímenes por amor o por honor: Un hombre de la familia, sea pareja, padre o hermanos, “limpian” el honor mancillado por una acción “inmoral” de la mujer. Se busca aminorar la responsabilidad o justificar socialmente la violencia.

Celos: La etimología griega significa “preocupación por algo que se considera propio” . La sociedad considera que en una pareja, la mujer pasa a ser propiedad del hombre. Por tanto, él tiene derecho a actuar violentamente para proteger lo suyo, incluso con la muerte.

Igualmente, debemos evitar las frases violentas que convierten la información en “crónica roja: “certera puñalada, “cocida a cuchilladas”, “ cadáver ensangrentado”, “mujer masacrada”…

O frases que insinúan la culpabilidad de la mujer: “regresaba sola y tarde en las noches”, “salía con sus amigas”, “andaba en malas compañías”, “tenía un amante”, “vestía provocativamente”…

Hay mucho más que hablar sobre la violencia de género en nuestras radios. Pero comencemos por ahí, por cuidar el lenguaje con que damos las informaciones. Esto va a mejorar la calidad del trabajo que realizamos y contribuirá a la construcción una sociedad sin violencia.

Image by Mohamed Hassan from Pixabay