YO CONOZCO ESA MADERA

Los fieles devotos de San José estaban felices, pero…

NARRADORA Érase una vez un campesino que tenía una plantación de ciruelos. Todos los árboles daban sabrosas frutas, menos uno.

HOMBRE ¡Qué raro!… Este árbol lo he regado y cuidado igual que los otros… pero no da ciruelas.

NARRADORA El campesino decidió darle otra oportunidad para que el árbol demostrara su fertilidad.

HOMBRE Este ciruelo tiene que dar frutos, pues en todos mis años de agricultor ninguno me ha fallado.

NARRADORA Después de un buen tiempo y viendo que todo era inútil, el campesino decidió cortar el ciruelo sin frutos.

EFECTO HACHA

HOMBRE Se acabó… Este árbol está más seco que un hueso seco… Lo cortaré… Pero, ¿qué hago con el tronco?… Ya sé. Lo regalaré a la carpintería de la comunidad. Para algo les servirá, digo yo.

NARRADORA Después de cortar el ciruelo que no daba frutos, el campesino llevó el tronco seco a la carpintería.

EFECTO TALLANDO MADERA

NARRADORA Con la madera, el carpintero talló una estatua de San José y la donó a la iglesia del pueblo.

CARPINTERO ¡La estatua ha quedado preciosa!… ¡Los devotos de San José estarán felices!

EFECTO CAMPANAS DE IGLESIA

NARRADORA El campesino, antiguo propietario del ciruelo, fue un domingo a la iglesia y vio que todos estaban rezándole a la estatua de San José.

SACERDOTE Y usted, hijo mío, ¿no quiere también rezarle al santo?

HOMBRE ¿Yo? ¿Rezarle yo? ¿Y para qué?

SACERDOTE ¿Cómo que para qué? Para pedirle un milagro, hijo mío.

HOMBRE (SE RÍE) ¿Un milagro?… Perdone, padrecito… es que yo conozco esa madera. Si no pudo producir una sola ciruela… ¿cómo va a hacer un milagro, dígame?

CONTROLSICA IRÓNICA

LOCUTORA Moraleja: No es oro todo lo que brilla, ni es santo todo lo que está en la iglesia.

BIBLIOGRAFÍA
Anécdota comentada por Fernando De Fabritiis para la revista The New Yorker.
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