LA MUJER DE LAS MANOS CORTADAS (1)

Una antigua leyenda persa sobre la generosidad. Primera parte.

SEGUNDA PARTE CONTROL PUEBLO REUNIDO

EFECTO TROMPETA

SULTÁN (LEYENDO DECRETO)
Oíd, pueblo mío, el nuevo decreto.
En mi reino acabaré
con esa costumbre impía
De ver vagos y harapientos
Caminando en plena vía.
Así pues, desde hoy en día,
Le cortaré sus dos manos
Sin ninguna compasión
A quien agarre lo ajeno
Cual miserable ladrón.
Y también, mucha atención.
También cortaré las manos
como un ejemplar castigo
a quien a partir de hoy
brinde limosna a un mendigo.

EFECTO MURMULLOS

NARRADORA Así fue el decreto severo
De aquel soberbio Sultán.
Ni dar ni robar dinero
Ni vestimenta ni pan.

SULTÁN No quiero ver pordioseros
Ni indigentes ni cuatreros.
¡No se asome un haragán!

NARRADORA Los súbditos de aquel reino
la orden cumplir juraron
y de aquel lugar tranquilo
los mendigos emigraron.

CONTROL MÚSICA DE ÉPOCA

NARRADORA Pasó el tiempo, pasó.
Y un día por el camino
resulta que apareció
un hombre desconocido.
Cruzó las calles y plazas,
y cuando hubo recorrido
todo el pueblo, casa a casa,
llegó al hogar de una moza
mujer de un aspecto dulce
y sonrisa primorosa.

EFECTO TOCA LA PUERTA

JOVEN ¿Sí? ¿Quién llama?

MENDIGO No me conocéis, mi ama.

JOVEN ¿Qué buscáis, forastero?

MENDIGO Dadme un trozo de pan,
Por favor, buena señora,
que estoy viniendo de lejos
y ya el hambre me devora.
¡Sólo te pido un pan!

JOVEN Pero el Sultán…

MENDIGO No hagáis como otros vecinos
que me han rechazado fieros.
¡Un pan en nombre de Dios
El que creó los graneros!

NARRADORA Cuando la joven oyó
La invocación al buen Dios,
Fue a la despensa de trigo
Y a aquel hambriento mendigo
en vez de un pan, le dio dos.

JOVEN (TEMEROSA) Tome, amigo.
Y marche veloz, alado,
Que se prohíbe ayudar
a cualquier necesitado.

MENDIGO Gracias, gracias. ¡Dios le pague!

NARRADORA Pero más tardó la moza
en dar panes al mendigo
que unas cuantas malas lenguas
contárselo al enemigo.

CONTROL MÚSICA DRAMATICA

SULTÁN ¿Cómo ha sido?
¿Quién me ha desobedecido?

NARRADORA Al enterarse el Sultán,
Exigió inmediatamente
llevar hasta su palacio
la joven desobediente.

EFECTO GRITOS Y SABLE

NARRADORA ¡Y sin mirarla siquiera,
ordenó que dos villanos
cortaran a la mujer
sus tan generosas manos!

CONTINUARÁ

BIBLIOGRAFÍA
Cuento original de Teodoro Gutiérrez Calderón, adaptado para radio por el equipo de RADIALISTAS.

Las imágenes:

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