EL CONSEJO NUESTRO DE CADA DÍA

Radioclip en texto sin audio grabado.

Un formato tan útil como fácil de producir.

Una sección típica de las radiorevistas que siempre ha gozado de gran aceptación entre el público es el consultorio. Su producción es muy sencilla: se invita a un especialista, a una experta, y los teléfonos quedan abiertos para que los oyentes llamen y pregunten. Como la consulta es gratis y no hay que moverse de casa para hacerla, suelen llover las llamadas. Desde luego, la clave del éxito radica en la autoridad, capacidad y confianza que logre despertar el consultor o la consultora.

¿Consultorios de qué? El más conocido y tradiciones es el de la Doctora Corazón. Bien llevado, este espacio de orientación sentimental resulta muy útil por cantidad de personas que andan solas y tristes, confundidas, que buscan una palabra de aliento para seguir cargando la vida. Consejos que intuyen, pero que no se atreven a formular:

─¡Sepárate de ese energúmeno, muchacha!

─¿Cómo vas a estar enamorada de dos al mismo tiempo?

─¡No sea tan celoso, caballero, llévela suave!

─¿Por qué no hablas con él y le cuentas esto mismo que me estás contando?

Sólo se burla de estos espacios quien no ha necesitado recurrir a ellos. O quien tiene dinero para pagar un sicoanalista.

Pensemos otras posibilidades. Un consultorio médico donde el público llama y explica sus síntomas y dolencias. Un consultorio sexológico donde la gente pregunta sobre la eyaculación precoz, cómo se pone el condón o cómo se llega al orgasmo. Un consultorio laboral para analizar derechos y deberes de los trabajadores y las trabajadoras. Un consultorio jurídico para aclarar líos de tierras, herencias y otros entuertos. Un consultorio para desempleados donde se orienten buenos y accesibles emprendimientos, cuánto necesito para poner un puesto de salchipapas, con quiénes puedo asociarme para montar una cooperativa de taxis. Un consultorio de belleza que nos diga cómo subir el busto y bajar la celulitis. Un consultorio ecológico que responde inquietudes sobre la gasolina sin plomo y dónde reciclar el papel y las botellas. Un consutorio veterinario donde podamos enterarnos sobre gatos inapetentes y cómo tranquilizar a Nerón. Y otro botánico para aprender a hablar con las plantas y saber distinguir los hongos venenosos. Un consultorio para orientar migrantes, qué papeles necesitan y qué palitos no deben pisar. Un consultorio escolar, especialmente antes de los exámenes, donde chicos y chicas puedan llamar y preguntar cómo hacer una regla de tres y quién fue Nabucodonosor. Un consultorio religioso, con un cura o un pastor progresista a la cabeza, que resuelva de una vez si el diablo existe, si Dios creó al mundo en siete días o si Jesús murió en Cachemira. Un consultorio astronómico para entender qué es el bosón de Higgs. Y otro astrológico para saber si un sagitariano combina con una tauro, o si es mi ascendente el que me tiene descendido. ¿Y qué tal un consultorio para interpretar sueños? ¿Y otro para dar a conocer la etimología de los nombres?

Todo funciona. Todo ayuda. Con una impajaritable condición: que invitemos a gente seria y no a charlatanes. Especialistas que conozcan su materia, empleen un lenguaje sencillo y tengan carisma para aconsejar.

¿CONOCES OTROS TIPOS DE CONSULTORIOS?

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