EL FETICHE DEL RATING

Radioclip en texto sin audio grabado.

¿Con cuántas emisoras estoy compitiendo? ¿Con las musicales también?

Ninguna radio tiene vocación de perdedora. Comunitaria o comercial, pública o privada, todas las emisoras buscan el éxito. Esta palabra podría parecer equivalente a frivolidad. Pero no lo es, indica solamente triunfar en los objetivos propuestos.

Un medio con fines de lucro atenderá los resultados del rating en la medida en que le facilita o dificulta los contratos publicitarios. Más que por los oyentes, se preocupa por los anunciantes.

La lógica de un medio comunitario o de servicio público es muy distinta. Naturalmente, estas radios también necesitan captar publicidad para poder financiarse. Pero para ellas las entradas económicas son medios y no fines.
Ahora bien, aunque sus objetivos sean sociales, no por eso dejan de ambicionar los primeros lugares de audiencia y estar bien ubicados en el rating.

Hay que saber leer el rating. En sus porcentajes aparecen revueltas todas las emisoras, apenas clasificadas según las bandas de AM y FM.

Supongamos que en la banda FM hay 30 emisoras, incluida la mía. ¿Con cuántas estoy compitiendo? ¿Con las otras 29?

No necesariamente. Si mi emisora es musical, mi competencia serán las emisoras musicales. Pero si mi emisora es informativa, si busca incidir en la opinión pública, estaré compitiendo con aquellas radios que tienen objetivos similares. Los diferentes perfiles de las radios diferencian la competencia.

Las radios con vocación ciudadana —imagino que la tuya lo es— promueven valores de justicia, los Derechos Humanos, la equidad de género, el desarrollo sustentable, la diversidad cultural, la preservación del medio ambiente, la solidaridad entre los pueblos. Si esos son tus objetivos, no te preocuparán las radios musicales, estén encima o debajo de la tuya. Ponle el ojo a aquellas emisoras que lideran la opinión pública, porque tu radio también quiere ser líder de opinión. Tú compites con aquellas radios que inciden en los valores (o antivalores) de ese otro mundo posible que queremos construir.

Por no saber leer el rating, algunos radialistas se achican ante él. Se obsesionan porque tienen diez emisoras por delante, sin discriminar la competencia. El rating se les vuelve un fetiche. En su altar, inmolan locutores y programas, tuercen el perfil de la radio y hasta olvidan la misión social que dio origen al proyecto. Cediendo a la dictadura de los numeritos, se ponen a imitar a las radios que ocupan los primeros lugares, sin tomar en cuenta los diferentes objetivos de las mismas. Algunas radios arruinan su programación informativa y educativa para subir un par de escaños en el rating. Al final, se suelen quedar sin soga y sin cabra.

INTERACTÍVATE
¿En qué lugar estás en el rating? ¿A qué atribuyes esta ubicación?

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