LOS PROBLEMAS DEL SULTÁN

Un cuento tradicional turco.

CONTROLSICA ÁRABE

SULTÁN ¡Manilargos, deshonestos!… ¿Dónde, por Alá, dónde encontraré un recaudador de impuestos que no sea ladrón?

NARRADORA El sultán estaba furioso. Sus recaudadores de impuestos, en vez de llenar las arcas del reino, se llenaban sus propios bolsillos con lo que exigían a los súbditos.

SULTÁN Tengo que pedir consejo al más sabio de los sabios.

CONTROLSICA DE TRANSICIÓN

SULTÁN Consejero, tú podrás darme una solución. No puedo creer que no haya un solo hombre honrado en todo este reino.

CONSEJERO ¿Qué podemos hacer? Veamos, veamos…

SULTÁN ¿Ponerles un vigilante? Pero necesitaría otro vigilante para vigilar al vigilante. ¡Todos son unos bandidos!

CONSEJERO No pierda la calma, su alteza.

SULTÁN ¡Al menos, uno!… Un recaudador honrado en quien pueda confiar y que dé buen ejemplo a los demás. Pero, ¿cómo encontrarlo?

CONSEJERO Se me ocurre una cosa, alteza…

SULTÁN ¿De qué se trata?

CONSEJERO Déjemelo a mí. Usted, simplemente, anuncie que se requiere un nuevo recaudador de impuestos en palacio. Yo me encargo del resto.

CONTROLSICA ÁRABE

EFECTO MURMULLOS

NARRADORA Al día siguiente, un buen número de aspirantes al cargo se agolpaba en el recibidor del palacio. Gordos o flacos, altos o bajos, todos lucían trajes elaborados y costosos y se paseaban con arrogancia por el salón.

HOMBRE 1 Con permiso… Con permiso…

NARRADORA Un hombre sencillo y vestido pobremente llamó la atención de la servidumbre.

MUJER 1 Mira ese hombrecito que acaba de llegar…

MUJER 2 Estará chiflado… ¿Cómo se le ocurre que el gran sultán va a escoger a una persona tan insignificante para un cargo tan importante?

MUJER 1 ¡Infeliz!

EFECTO SUBEN Y BAJAN MURMULLOS

CONSEJERO ¡Atención, señores!… Atención. El sultán los recibirá a todos enseguida. Yo les indicaré el camino. Síganme…

NARRADORA El sabio consejero los hizo entrar uno por uno a un corredor oscuro y estrecho. Tenían que avanzar a tientas para llegar donde se encontraba el soberano.

SULTÁN Así que estos son los candidatos a recaudadores de impuestos. Muy bien… Muy bien… (MEDIA VOZ) ¿Y ahora qué hago con ellos, consejero?

CONSEJERO (MEDIA VOZ) Pídales que bailen.

SULTÁN ¿Que bailen? Pero…

CONSEJERO Confíe en mí. Pídales que bailen…

SULTÁN (CARRASPEA) Entonces, mis amigos, la prueba que les pido es… ¡bailar!… ¡Que empiece la danza!

CONTROLSICA ÁRABE BAILABLE

NARRADORA Los hombres casi no se movían. Bailaban con gran pesadez y lentitud, sin despegar los pies del suelo.

SULTÁN ¡Qué bailarines más torpes!… ¡Parece que tuvieran los trajes llenos de piedras!

NARRADORA El único que bailaba con agilidad era el hombrecillo pobre. Se movía, saltaba, hacía cabriolas… (SE CORTA LA MÚSICA)

CONSEJERO Ahí tiene, alteza, a su honesto recaudador.

SULTÁN No entiendo lo que has hecho. Explícamelo.

CONSEJERO Por el corredor oscuro, esparcí monedas, joyas, piezas de mucho valor… Estos pillos las tienen en sus bolsillos. Por eso no pueden bailar con agilidad.

SULTÁN Anjá…

CONSEJERO El único que no robó nada es este hombre de poca apariencia. Déle el cargo, gran sultán. Es un hombre honrado.

CONTROLSICA ÁRABE

BIBLIOGRAFÍA
Cuento tradicional turco.