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MI PRIMER AMOR

Radioclip en texto sin audio grabado.

Valorarse, quererse, autoestimarse. Yo valgo como persona, como mujer, como hombre.


LIBRETO

Hay días en que los brazos se me cargan de flores
y mi piel huele a hierbas penetrantes
y me despeino, me descalzo
y pienso que todo esto es de locos
y me gusta.
Gioconda Belli, De la costilla de Eva.

Valorarse, quererse, autoestimarse. Diferentes palabras para decir lo mismo: yo valgo como persona, como mujer, como hombre. No importan los años, la juventud, la madurez, la tercera edad. Todos los tiempos —el del aprendizaje, el de las realizaciones y el de la experiencia— nos hacen magníficas, grandiosos, en todo momento y lugar.

Sin embargo, cuántas veces sentimos inseguridad ante los modelos/estereotipos de mujeres y hombres que nos muestra la sociedad. La muchacha debe ser “esbelta, cutis de porcelana, cabellera larga y la más popular entre los jóvenes”. Y el chico, si no es campeón y muy duro, “no está en nada”. La mujer adulta, “inteligente, ejecutiva, cuerpo perfecto a pesar de los hijos, madre ejemplar, amante ardiente”, es decir, la “supermujer”. Los hombres no deben quedarse atrás. A todo lo anterior, suman “carro del año y tarjeta de crédito internacional”. Si son mayores, “de serena elegancia, socio de un club, sin arrugas en la cara ni pecas en las manos”. Ladies and gentleman.

¿Cómo somos, en realidad? Mujeres y hombres diferentes a las rubias modelos de pasarela, a las figuras atléticas que nos trae la televisión. Nuestros cuerpos de morenas, andinas y latinas, nos devuelven otra belleza. Caderas anchas, piernas cortas, senos turgentes, ojos negros, caras redondas. Inteligencias portadoras del conocimiento de nuestros pueblos, de los mil inventos de la vida diaria, de la ternura de las montañas. Mujeres bellas, sabias, sensuales. Diversas.

Hombres oliendo a trabajo, ganándole a la vida el sustento diario. Construyendo el mundo a punta de voluntad, sin tiempo para tallar sus cuerpos. Indios, mestizos, negros o blancos, amando y sufriendo junto a sus compañeras. De manos toscas que se dan maña para acariciar. Valientes, tiernos, inteligentes. Diversos.


En un papel o cartulina grande pinta tu autorretrato. No importa si no eres artista, inténtalo. Dibuja el contorno de tu cara, las líneas de tus cejas, ponle luz a tus ojos. Tu boca, sonriente. Y el pelo, al natural. Llénalo de colores y, una vez terminado, escribe una frase de amor para ti. Ponlo en un lugar visible y salúdate cada mañana. Verás como tu día comienza más luminoso. ¿Por qué no sugieres a tu audiencia que haga lo mismo?


BIBLIOGRAFÍA