MUSCULOSOS MASCULINOS

La hombría no está en los bíceps, sino en la mente y el corazón.

LOCUTORA En algunos bares de la ciudad colombiana de Medellín existía un servicio muy especial para los machos bien machos.

VENDEDOR Pruebe a ver qué tan hombre es… atrévase… por sólo unos pesitos…

LOCUTORA Además de la vendedora de rosas para agradar a las mujeres, existía el vendedor de choques eléctricos para comprobar la fortaleza masculina.

VENDEDOR A ver, a ver… ¿No quiere demostrarle su hombría a esta gentil
damita?

LOCUTORA Un extraño personaje se acercaba a la mesa donde un joven conversaba con su enamorada. Llevaba una caja de la cual asomaban una manivela y dos cables con electrodos gruesos en cada punta.

VENDEDOR Vamos, muchacho, que no se diga… Agarre fuerte…

LOCUTORA No había cómo escapar. La novia esperaba, ansiosa. El osado varón se agarraba de los dos cables y el vendedor de choques eléctricos comenzaba a dar vueltas a la manivela para ver cuánta intensidad podía soportar la víctima masculina…

JOVEN Hummm…

EFECTO CHISPAZO ELÉCTRICO, GEMIDO CONTENIDO Y LUEGO APLAUSOS

LOCUTORA Si aguantaba bastante, los vecinos de las otras mesas le brindaban un trago de cortesía y aplaudían al macho bien macho.

VENDEDOR A ver este otro flaquito… Vamos…

LOCUTORA Pero si el muchacho soltaba los electrodos demasiado rápido…

JOVEN ¡Ayyy…! (CHISPAZO ELÉCTRICO)

LOCUTORA … o gritaba por el dolor, era abucheado por todos.

CHICA Bah… Adiós, pedacito de enclenque… (SE RÍE)

LOCUTORA La novia, desilusionada, prefería regresar a casa y dejaba al hombre con la moral por los suelos.

CONTROL GOLPE MUSICAL

JOVEN (RISUEÑO Y PÍCARO)
Desde niños, nos dijeron que el hombre más hombre es el fuerte, el duro, el que se parece a los gladiadores de las películas.
Nos criaron así.
Había que imitar a tarzán y a supermán.
Había que ser forzudo, atlético, corpulento, macizo, hercúleo, recio, vigoroso, musculoso… ¡los musculosos masculinos!
Si no desarrollábamos buenos bíceps, si no teníamos pantorrillas de acero, nos acomplejábamos.
Yo me puse todos los días a hacer cien planchas, me reventé la espalda levantando pesas, quise imitar a Rambo y a Schwarzenegger.
Y mírenme… sigo siendo un flacucho.
Yo soy un flaco… ¿y qué?
Soy bajito… ¿y qué?

NOVIA Lo que más me gusta de ti es la ternura… (BESO)

CONTROLSICA ALEGRE

LOCUTORA Atiendan bien, varones: la hombría no está en los bíceps, la hombría no está en los músculos… sino en la mente y en el corazón.

BIBLIOGRAFÍA
Walter Riso, Intimidades Masculinas, Norma, Bogotá, 1998.

Las imágenes:

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