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11- ¿SADOMASOQUISMO?

LIBRETO

LOCUTOR A continuación, nuestro habitual espacio “El consultorio sexual de la doctora Miralles”.

CONTROL CARACTERÍSTICA CONSULTORIO

DOCTORA Amigas, amigos, ¿cómo están, cómo los trata la vida? Estoy segura que bien, que muy bien, porque para eso hemos venido a este mundo, para ser felices. Yo también estoy feliz, aunque un poco preocupada. Escuchen el mensaje que recibí en mi celular al final del último programa:

MENSAJE Doctora Miralles, estoy sorprendido por sus consejos. ¿Cómo es posible que usted vea con buenos ojos esas prácticas perversas de amarrar a la pareja a la cama, inmovilizarla, vendarle los ojos, y luego hacer cualquier cosa con ella? Eso es sadomasoquismo, doctora. Eso nace de mentes enfermas.

CONTROL MÚSICA SUAVE

DOCTORA A ver, a ver, a ver. No hay que confundir la gimnasia con la magnesia. En el anterior programa yo les hablé de un juego. Un juego que algunas parejas pueden divertirse practicándolo. Un juego como los juguetes sexuales, como disfrazarse de lobo y caperucita (o de loba y caperucito, que también vale)… o como el juego infantil de la gallinita ciega. Son juegos para evitar la rutina en el amor. Pero otra cosa muy distinta es el sadomasoquismo.

EFECTO TELÉFONO

DOCTORA Veamos una primera llamada… ¿aló?

MUJER Aló, doctora Miralles. Verá usted, y me disculpa la ignorancia, el señor que le mensajeó y usted también están hablando de esa cosa, del santomaquinismo, pero yo no sé…

DOCTORA Sadomasoquismo, mi amiga.

MUJER Sado… Bueno, como se llame esa cosa… pero yo lo que quiero es saber qué cosa es esa cosa.

DOCTORA Pues escúchame. El “sadismo” es una palabrita que viene de un famoso filósofo francés, el marqués de Sade, que escribió novelas muy horribles donde se justificaban las peores violencias. Por cierto, ese marqués acabó en un manicomio porque, en realidad, el sadismo es un trastorno mental.

MUJER Todavía no me desayuno sobre qué cosa es esa cosa.

DOCTORA Fíjate, el sadismo es obtener placer causándole dolor a otra persona. El sádico se excita sexualmente haciendo sufrir a otro o a otra. Un sádico es un torturador.

MUJER ¡Qué barbaridad! Me cuesta creerlo…

DOCTORA Ése es el sádico. Y el “masoquista” es lo contrario. Es la persona que se excita sexualmente cuando lo machacan, cuando es víctima del sádico.

MUJER Caramba, tan loco el uno como el otro.

DOCTORA Sí, un trastorno mental. Una relación con insultos, golpes, latigazos, pisotones… todo un ritual y unos trajes negros con cadenas… Uno haciendo de verdugo y la otra de esclava… o al revés, ella dominando y el otro humillado a sus pies… o dos mujeres, o dos hombres… ¿aló?

EFECTO TELÉFONO

HOMBRE Aló, doctora… Y dígame, doctora, ¿de dónde nace esa locura? Porque hay que estar chiflado para excitarse dando golpes o recibiendo golpes.

DOCTORA ¿Qué te diré? Estas fantasías sadomasoquistas a veces están relacionadas con la idea de que el sexo es malo y que deben ser castigados por ello.
HOMBRE Gente con muchos complejos, entonces…

DOCTORA Complejos, personas inseguras que descargan su rabia contra los más débiles, esos son los sádicos. Después pueden cambiar los papeles y se vuelven masoquistas, se dejan pegar, escupir…

EFECTO TELÉFONO

JOVEN ¿Doctora Miralles?… Sí, pues muy interesante lo que usted explica, pero… ¿cómo saber cuál es la gimnasia y cuál la magnesia?

DOCTORA Tú quieres decir…

JOVEN Quiero decir que cómo sé yo que esto es un juego divertido… o es una vaina peligrosa…

DOCTORA Ah, ya. Pues muy fácil, mi amiga. Escucha bien.

JOVEN A ver, dígame usted.

DOCTORA El sexo bonito, el placer verdadero, no causa dolor. El amor no debe doler. En un juego amoroso los dos se ríen, disfrutan la relación. Pero si hay golpes, insultos, latigazos… eso no es amor, sino tortura. Además…

JOVEN ¿Además qué?

DOCTORA Además, todo lo que haga la pareja tiene que ser de mutuo acuerdo. Si después de un rato, uno de los dos quiere parar, hay que terminar el juego.

JOVEN Qué bueno que lo haya aclarado, doctora, porque ya yo tenía comprada una cadena para “jugar” con mi compañero, pero ahora…

DOCTORA Pues guarda la cadena para el perro y diviértanse de otra manera. Y a los sados y a los masocos les recomiendo, de veras, que pidan ayuda profesional. ¡Hasta la próxima, amigas y amigos!

BIBLIOGRAFÍA