UNA APUESTA INOCENTE
Una inocente viejecita fue un día al Banco de Crédito…
LIBRETO
NARRADORA Una viejecita fue un día al Banco de Crédito llevando su bolso repleto de dinero para abrir una cuenta de ahorros.
VIEJITA Sí, mijita, sí, pero yo quiero hablar con el Presidente del Banco.
CAJERA Señora, el Presidente está muy ocupado… Yo puedo atenderla…
VIEJITA No, no. Es mucha plata… Yo sólo le entrego este dinero al Presidente del Banco.
NARRADORA Después de tanto discutir, llevaron a la viejecita ante el Presidente del Banco, respetando el criterio de que el cliente siempre tiene la razón.
PRESIDENTE Muy buenas, señora. ¿En qué podemos ayudarla?
VIEJITA Quiero abrir una cuenta de ahorros…
PRESIDENTE Muy bien. Y muy buena decisión al elegir nuestro banco. Y dígame, señora, ¿con qué cantidad desea usted abrir su cuenta?
VIEJITA Bueno… aquí tengo 165 mil dólares…
EFECTO MONTONES DE BILLETES
NARRADORA El Presidente del Banco, naturalmente, sintió una gran curiosidad por saber de dónde habría sacado la viejita tanto dinero.
PRESIDENTE Señora, me sorprende la cantidad. Si no es indiscreción, me podría indicar cómo lo ha conseguido.
VIEJITA Muy sencillo, hijo. Yo hago apuestas.
PRESIDENTE ¿Apuestas?… ¿Qué tipo de apuestas?
VIEJITA Bueno, todo tipo de apuestas… Por ejemplo… por ejemplo, le apuesto a usted 25 mil dólares (MEDIA VOZ)… a que sus pelotas son cuadradas. (SE RÍE)
PRESIDENTE (RIENDO TAMBIÉN) Esa es una apuesta tonta… Usted nunca podrá ganar una apuesta de ese tipo.
VIEJITA Ya le dije que hago apuestas. ¿Usted estaría dispuesto a aceptar mi apuesta?
PRESIDENTE Señora…
VIEJITA ¿Acepta o no acepta?
PRESIDENTE Pero señora…
VIEJITA Anímese. 25 mil dólares a que sus pelotas son cuadradas.
PRESIDENTE Acepto. 25 mil a que no lo son.
VIEJITA Muy bien. Pero como hay mucho dinero en juego, ¿podría venir mañana a las 10 de la mañana con mi abogado para que nos sirva de testigo?
PRESIDENTE Por supuesto, señora. Venga con su abogado.
CONTROL MÚSICA IRÓNICA
NARRADORA Aquella noche, el Presidente del Banco de Crédito estaba nervioso por la apuesta que había hecho. Pasó un buen rato mirándose en el espejo, de un lado a otro, una y otra vez. Después de un riguroso examen, quedó absolutamente convencido que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta.
PRESIDENTE No caen mal 25 mil dolaritos… ¡Pobre vieja!
NARRADORA A la mañana siguiente, a las 10 en punto, la viejecita apareció con su abogado en el despacho del Presidente del Banco.
VIEJITA Buenos días, mijo.
PRESIDENTE Buenos días, señora.
VIEJITA Mi abogado…
PRESIDENTE Encantado, doctor…
ABOGADO Entonces, señor Presidente, según me informó mi clienta, usted ha aceptado apostar 25 mil dólares a que sus pelotas no son cuadradas.
PRESIDENTE Así es, señor abogado.
VIEJITA Señor Presidente, tengo que pedirle… (MEDIA VOZ) que se baje los pantalones para comprobarlo.
PRESIDENTE Hummm…
NARRADORA El Presidente, un poco incómodo, se bajó los pantalones. La viejita se acercó, miró sus pelotas, y le preguntó tímidamente si podía tocarlas.
VIEJITA Tenga usted en cuenta que es mucho dinero y debo cerciorarme.
PRESIDENTE De acuerdo, señora. Son 25 mil dólares. Comprendo que quiera estar absolutamente segura.
NARRADORA La viejita se acercó más al Presidente y agarrándole empezó a palpar sus bolas…
ABOGADO (2P) ¡No, no, no!
NARRADORA Al mismo tiempo, el Presidente vio cómo el abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared.
ABOGADO ¡No puede ser!
PRESIDENTE Disculpe, señora… ¿y ahora qué le pasa a su abogado?
VIEJITA Nada, mijo, sólo que he apostado con él 100 mil dólares a que hoy a las 10 de la mañana tendría las pelotas del Presidente del Banco de Crédito en mis manos.
CONTROL MÚSICA IRÓNICA
LOCUTOR 28 de diciembre… ¡día de los inocentes!
CORO ¡Inocente, inocente!
BIBLIOGRAFÍA