52- ¿LAS PROSTITUTAS PRIMERO?

RAQUEL Cae la tarde sobre Nazaret. Los micrófonos de Emisoras Latinas ubicados a las afueras de la ciudad donde nació Jesucristo…  Nada de esto existía en su tiempo, ¿verdad?

JESÚS No, todo esto era monte…

RAQUEL Ahora es un populoso barrio árabe, con bastante movimiento… Está prohibido el licor, pero se vende… Están prohibidas las drogas, pero circulan… Esto es lo que llamaríamos una zona rosa, señor Jesucristo…

JESÚS ¿Por qué la llaman así?

RAQUEL Digamos, una zona de tolerancia… Fíjese en aquellas jovencitas… Si usted estuviera caminando solo, sin mi compañía, ya se hubieran acercado…

JESÚS ¿Prostitutas?

RAQUEL Sí, la prostitución, una lacra social que no acaba nunca.

JESÚS En mi tiempo también había.

RAQUEL Bueno, dicen que es la profesión más antigua del mundo…

JESÚS Di mejor el atropello más antiguo del mundo.

MUCHACHA ¡Ey, barbudo!… ¡Deja a esa flaquita y ven conmigo!

RAQUEL ¿Ve lo que le digo?… Actualmente, algunos las consideran trabajadoras sexuales… Una opción laboral como cualquier otra que la mujer elige libremente…

JESÚS Las que yo conocí, no eran libres… Eran mujeres pobres, abandonadas, que necesitaban dar de comer a sus hijos… A otras las tenían como esclavas sin poder escapar… La prostitución es una de las peores ignominias que se cometen contra las hijas de Dios.

RAQUEL En un programa anterior, usted nos aclaró que la prostituta más conocida de la historia no había sido prostituta…

JESÚS ¿Te refieres a María?

RAQUEL Sí, María Magdalena. En los cuadros, en las imágenes, siempre aparece llorando a sus pies, una gran pecadora…

JESÚS Hablan así de ella porque no la conocieron…

RAQUEL Imagínese que hasta en una radionovela progresista titulada Un tal Jesús, los autores, que hablaron muy bien de usted, la  presentaron a ella trabajando en un burdel en la Calle de los Jazmines…

JESÚS Pues se equivocaron quienes escribieron eso.

RAQUEL Ahora andan arrepentidos… Dicen que no sabían… En fin, volviendo al tema… En su grupo… ¿entraron algunas prostitutas?

JESÚS Por supuesto. Ellas eran las últimas de las últimas, así que les fue fácil entender el mensaje. Se sumaron a nuestro movimiento.

RAQUEL ¿Usted las defendió?

JESÚS Yo dije que ellas entrarían primero que los sacerdotes en el Reino de Dios.

RAQUEL Palabras fuertes, imagino las reacciones…

JESÚS Es que los sacerdotes las humillaban demasiado. Escupían a su paso, ni su sombra querían pisar. Pero los que las llamaban impuras durante el día, iban de noche a buscarlas. ¡Hipócritas!

RAQUEL Tenemos una llamada… ¿Sí, aló?

MONA Habla Mona Sahlin, estoy llamando desde el Ministerio de Igualdad de Suecia.

RAQUEL Una llamada desde Suecia, Jesucristo… Sí, dígame usted, señora ministra…

MONA Más bien, dígale usted a Jesucristo que mi gobierno ha dictado leyes sobre la prostitución. En mi país a quien agarran y castigan no es a la prostituta, sino al cliente.

RAQUEL Bien hecho. ¿Y lo meten preso?

MONA Sí. Porque eso es un delito. Una violencia contra las mujeres.

RAQUEL ¿Y a ella?

MONA A la prostituta, le brindamos oportunidades de trabajo y de rehabilitación, si ella quiere. No ha sido fácil emprender este camino, pero por ahí vamos…

RAQUEL Muchas gracias a la Ministra de Igualdad de Suecia. Ya escuchó, Jesucristo. Algunas cosas van mejorando en este mundo, ¿no le parece?

JESÚS Me parece y me alegra, Raquel. Será largo ese camino, será angosto, pero es el que lleva a la vida…

RAQUEL Y ustedes, amigas y amigos de Emisoras Latinas, ¿qué piensan? ¿Mujeres de vida alegre, trabajadoras sexuales o víctimas de género? Desde Nazaret, reportó Raquel Pérez.

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Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.

NOTAS

Las primeras en el Reino

Se entiende por prostituta a la mujer que en un intercambio comercial, a cambio de dinero o de cosas, mantiene relaciones sexuales. En tiempos de Jesús había prostitutas. Y seguramente “proxenetas” que organizaban el negocio. Por la “impureza” religiosa de su “oficio” y por su condición social, las prostitutas eran mujeres marginadas y despreciadas por todos. No por Jesús, que habló de ellas poniéndolas por modelo de apertura al mensaje liberador y que afirmó que eran las primeras destinatarias del Reino de Dios y que serían las primeras en entrar en el Reino, antes que los sacerdotes (Mateo 21,31). Las palabras de Jesús y su actitud positiva hacia las prostitutas causaron gran escándalo a las personas religiosas de su tiempo.

María Magdalena

María Magdalena no fue prostituta. Sin embargo, así ha pasado tradicionalmente a la historia del cristianismo. Hoy sabemos que, con toda probabilidad, quienes escribieron los evangelios, todos hombres, la “hicieron” prostituta para reducir y desvalorizar el papel fundamental que le dio Jesús en su movimiento y el protagonismo que tuvo en la primera comunidad cristiana.  Cuando escribíamos “Un tal Jesús” no conocíamos las investigaciones que nos acercan a esta importante hipótesis. Y nosotros también “hicimos” a María Magdalena prostituta. Y hoy, como Raquel le dice a Jesús, estamos arrepentidos.

¿No es una esclavitud?

La periodista cubana Rosa Miriam Elizalde ha investigado la realidad de la prostitución en Cuba. En su brillante texto “¿Crimen o castigo?” de julio 2007 aporta importantes reflexiones sobre la realidad de la prostitución femenina en cualquier parte del mundo. Compartimos varias de sus ideas y reflexiones sobre el drama de la prostitución. Dice Elizalde: “Mi cuerpo no soy yo”, escribía una prostituta de 24 años, deslindando su “ser” de su “alma” para defenderse, en primer lugar, de su conciencia crítica. Después de haber entrevistado a numerosas prostitutas y proxenetas, hasta ese momento nadie me había hablado de manera tan gráfica del drama del ser humano que se vende y que somete su existencia a una dualidad, a una esquizofrenia que, en la práctica, divide el cuerpo en dos.

Nadie como la esclava sexual vive con mayor violencia el drama del despojo de su yo más íntimo. “Es posible ―me decía un amigo― vender el alma ymantener intocado el cuerpo. Pero es imposible vender el cuerpo, sin lastimar el alma”. Es una posición más desventajosa que la de quien está sometido a la forma más usual de esclavitud: la que aliena la fuerza de trabajo, pero no la intimidad. Comprender la prostitución como una forma de esclavitud conduce necesariamente a reconocer que esta práctica no es una tragedia aislada. Todos los actos de violencia sexual ―cualesquiera que éstos sean― están cuidadosamente entrelazados con estructuras económicas de dominación, que pretenden hacer invisible o enmascarar la práctica sexual y que difunden y entrecruzan los prejuicios según la moral. Marginadas, humilladas, indefensas y olvidadas, las prostitutas conforman uno de los grupos más trágicos de la vida moderna. Sea cual sea la legislación y la actitud de las autoridades, en el común de las sociedades la prostitución es una actividad socialmente devaluada y considerada como un mundo aparte del normal discurrir de la nación.

¿La profesión más antigua?

Dice Elizalde: Casi todos los mitos parten de un error, difundido en épocas recientes. Uno de ellos es que la profesión femenina más antigua del mundo es el comercio sexual. La frase sugiere que la prostitución es un atributo innato en la mujer y, por lo tanto, definitivamente inevitable. Sin embargo, en muchas sociedades llamadas “primitivas” no se ha conocido y aún no se conoce esta práctica, algo que confirman la arqueología y la mitología populares, donde las mujeres suelen aparecer practicando nobles profesiones: alfareras, artesanas, aurigas, maestras, recolectoras, porteadoras. Pero esto lo ignoraron los historiadores durante siglos de reinado patriarcal y hoy sigue siendo una presunción que se reproduce con ligereza, incluso en tratados de educación sexual.

¿Una profesión, una opción?

Dice Elizalde: Una cosa es ejercer la prostitución, responsablemente o no, y otra elegirla libremente. Cuando decimos que una mujer opta por la prostitución sobreentendemos que lo hace con entera libertad, pero éste es otro gran mito asociado al enmascaramiento del fenómeno. La prostitución no es una causa, sino un efecto, de modo que la opción de elegir la vía del comercio sexual para satisfacer ambiciones personales está precedida de condicionantes sociales, educacionales, económicos, familiares, que la predeterminan, y este análisis es muy importante a la hora de concebir las estrategias de reinserción social de la prostituta, para evitar actuar contra la víctima en vez de hacerlo contra el mal. Llamar a las prostitutas “mujeres de vida fácil” o, peor, de “vida alegre”, es una de las mentiras más escandalosas que puedan decirse en este planeta. Esas definiciones fueron, sin duda, acuñadas por los clientes: pertenecen al ámbito del comprador, que se libera de culpas cuando paga. La vida de una prostituta no es ni fácil ni alegre, pero están tan asentados los prejuicios sexistas, que a veces, hasta ellas mismas se apoderan de esa imagen frívola que resta culpabilidad al cliente y al proxeneta, dos elementos de la cadena que tienen igual o parecida peligrosidad social por su papel determinante en la  institucionalización de la explotación sexual. Se tiende a identificar la prostitución con la figura de la prostituta, su cara más visible y frágil. Los personajes más siniestros de esta historia no suelen salir de las sombras. Pero la persona que pone en venta el cuerpo, la que especula con su dignidad,  aunque no quiera admitirlo, está marcada por una experiencia devastadora y por la tortura permanente de la culpa.

Suecia: una ley que indica el camino

Con estas mismas ideas, que miran la prostitución con ojos nuevos y no tradicionales, con ojos femeninos y no masculinos, Suecia ha mostrado al mundo el camino, plasmándolo en una ley. Mona Sahlin, al frente del Partido  Socialdemócrata sueco y Ministra de Igualdad de Suecia, participa en el programa para dar a conocer algunos contenidos de esta novedosa ley. En 1999, luego de años de investigación y estudios, Suecia aprobó una Ley de Prostitución, integrándola a su avanzado cuerpo legal para erradicar la violencia contra las mujeres. La ley sueca penaliza al cliente y despenaliza a la prostituta, penaliza la compra de servicios sexuales y despenaliza la venta de esos servicios, da oportunidades a la prostituta para que abandone esa situación y al cliente lo detiene, lo multa y lo lleva a la cárcel durante seis meses. La ley considera que, al igual que el proxeneta, el cliente es un delincuente. En la justificación de la ley se lee: En Suecia, la prostitución es considerada como un aspecto de la violencia masculina contra mujeres, niñas y niños… La igualdad de género continuará siendo inalcanzable mientras los hombres compren, vendan y exploten a mujeres, niñas y niños prostituyéndolos. Dice la ley: La idea de que es posible comprar un ser humano como se compra un objeto que uno puede emplear a su antojo es completamente aberrada.  Esta clase de sexo no tiene que ver con el placer, sino con el poder. La ley considera y trata a las prostitutas como “víctimas de género” y el Estado les posibilita trabajo, educación, vivienda y atención psicológica a todas las que quieran salir de esa situación. También destina fondos públicos para que la opinión pública sea educada en un cambio de visión.

Suecia: un experimento exitoso

Excelentes resultados validan la ley sueca. En los primeros cinco años de vigencia, la cantidad de prostitutas en las calles de Estocolmo se redujo en dos tercios y la de clientes en un 80%. En otras ciudades suecas el comercio sexual en las calles casi desapareció. También fueron desapareciendo los burdeles y las salas de masajes que los encubrían. Disminuyó también el
tráfico de mujeres extranjeras enviadas a Suecia para prostituirlas. El gobierno sueco afirma que en los últimos años sólo 200-400 mujeres y niñas llegaron a Suecia con ese fin, muy pocas en comparación con las 15 mil-17mil que llegaron a la vecina Finlandia. Según los sondeos de opinión, el 80% de la población sueca respalda la ley. El experimento de Suecia es solitario, pero exitoso. Es ejemplar. Finlandia y Noruega quieren seguir ese camino. Está comprobado que la penalización de la prostitución no da resultados. Tampoco los da la regulación o la legalización. Un estudio de la Universidad de Londres de 2003 demostró que la legalización o la regulación conducen siempre a un drástico aumento de todas las facetas de la industria del sexo y del crimen organizado, a un dramático aumento en la prostitución infantil y el tráfico de niñas y mujeres con fines sexuales, y a un incremento de la violencia contra las mujeres.