LA BOTIJA (3)

¡Un cuento sorprendente del escritor salvadoreño Salarrué!

CAPÍTULO ANTERIOR José Pashaca araba la tierra, abría surcos y más surcos buscando aquella botija repleta de oro de la que le habían hablado y que nunca aparecía…

PATRÓN No sé cómo se logró este milagro… El indio más haragán de todos, el hijo de la Petrona… Y ahora, míralo… el más laborioso de los colonos…

NARADORA El patrón se admiraba del cambio de José Pashaca y le daba más y más tierras para que las trabajara al ritmo de su ambición … Y el indio soñador de tesoros las limpiaba y metía con ganas el arado…

PATRÓN José Pashaca.

JOSÉ Diga, patrón.

PATRÓN Si abres surcos, tienes que echar semillas.

JOSÉ Sí, patrón.

PATRON Y si echas semillas, tienes que cosechar.

JOSÉ Con gusto, patrón.

NARRADORA El indio sembraba y cosechaba, y cobraba el grano abundante de su cosecha. El dinero lo iba guardando despreocupadamente en un hoyo del rancho, en un rincón de la casa, por si acaso.

PATRÓN Es hombre de hierro este José. Ninguno de los colonos tiene hígado suficiente para un esfuerzo como el que hace.

EULOGIA Desde que le entró esa locura, ha ganado buen dinero. Ya debe tener bastante.

NARRADORA Pero José Pashaca no se daba cuenta del dinero que tenía. Lo que él buscaba sin desmayo era una botija con monedas de oro.

JOSÉ Si en las tierras se entierran, en las tierras se encuentran. Por fuerza he de hallar al menos una de esas botijas.

NARRADORA José Pashaca, el más holgazán del pueblo, el más haragán de los haraganes conocido, se había vuelto no sólo trabajador, sino hasta generoso.

JOSÉ Yo le ayudo, vecino, no se apure…

NARRADORA En cuanto tenía un día de no poder arar, por no tener tierra pendiente, ayudaba a los vecinos. Y lo hacía bien: los surcos de su reja iban pegaditos y profundos.

JOSÉ ¿Dónde te metes, botija de oro? Tarde o temprano, ploc-ploc, te toparé.

NARRADORA El indio no se daba por vencido…

JOSÉ Te he de encontrar, aunque no quieras, así me haya de tronchar en los surcos.

CONTROL MÚSICA DE SUSPENSE

NARRADORA Y así fue. No lo del encuentro, sino lo de la tronchada.

JOSÉ JADEOS

NARRADORA Un día, a la hora en que se verdea el cielo y cuando los ríos se hacen rayas blancas en los llanos, José Pashaca comprendió que ya no habría botijas. Se lo avisó un desmayo con calentura.

JOSÉ Ayyy…

NARRADORA Se dobló sobre el arado. Los bueyes se detuvieron como si la reja se hubiera enredado en el raizal de la sombra.

VECINA (3 P) Ey, vecino José… ¿qué le pasa?… ¿qué tiene?

CONTROL MÚSICA TRISTE (LA DE PETRONA)

NARRADORA José Pashaca se puso malo. No quiso que nadie lo cuidara. Desde que su madre de leche, la Petrona, había muerto, vivía solito en el rancho.

EFECTO GRILLOS

JOSÉ JADEOS

NARRADORA Una noche, haciendo fuerzas de tripas, se levantó de la hamaca…

EFECTO PASOS LENTOS SOBRE HIERBA

NARRADORA Salió sigiloso del rancho llevando, en un cántaro viejo, su dinero nunca gastado.

JOSÉ (JADEOS) Por aquí… por aquí…

CONTROL MÚSICA EMOTIVA

NARRADORA Llegó a un lugar. Se puso a hacer un hoyo en la tierra con el machete…. (RUIDOS)… A ratos se quejaba, agotado, pero luego seguía con brío su tarea…

JOSÉ Ya estuvo.

NARRADORA Metió en el hoyo el cántaro con el dinero, lo tapó bien tapado, borró todo rastro de tierra removida. Y alzando sus brazos de bejuco hacia las estrellas dejó ir liadas en un suspiro estas palabras:

JOSÉ ¡Vaya, pá que no se diga… que no hay botijas llenas de oro en estas tierras!

Botija 1 Botija 2  Botija 3

class=‘bibliografia’>BIBLIOGRAFÍA
Adaptación del cuento del escritor salvadoreño Salvador Salazar Arrué, mejor conocido como Salarrué (188-1975). Cuentos de barro, EDUCA, San José 1982.