ABURRIMIENTO (1)

Radioclip en texto sin audio grabado.

7 pasos para no aburrir (ni aburrirte) en tu programa de radio.

Con mucha frecuencia recibimos consultas como ésta en el consultorio de Radialistas:

-¡Ayúdenme, por favor! No logro ganar audiencia, no consigo que llamen a mi programa, ni siquiera para criticarme. ¿Por qué me pasa esto? ¿Será que mi programa es aburrido?

O tal vez el programa no es aburrido… ¡el aburrido eres tú!

Es que el aburrimiento salta como las pulgas, pasa del locutor a la audiencia. Y si el público se aburre contigo, ten la seguridad que cambiará de emisora.

Así que, lo primero que tenemos que averiguar es si tú, animador o animadora, padeces de esta enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas del aburrimiento?

El primer es el tono monótono, el tono del tren: chaca-chaca-chaca-chaca…

¿Tu voz suena así? Pues aquí te van siete consejos locutoriles para dinamizar tu voz y conjurar los bostezos.

1- Habla y no leas. Lo leído cansa. Lo leído mata la naturalidad y suele acabar en un tono lineal. Conversa en vez de leer. Conversa con tu público, imagina a tu audiencia, aunque no la veas, y habla con ellos, con ellas.

2- Habla con todo el cuerpo y no solamente con la boca. Hay que gesticular, hay que hablar con las manos, con los ojos, con una actitud corporal dinámica. Eso ayuda mucho a la modulación.

3- Habla con ganas. Con convicción. Si ni tú mismo crees en lo que estás diciendo… ¿cómo te creerá el público? Métele entusiasmo al programa, métele pasión a la vida. Si hablas por hablar… el oyente no escuchará por no escuchar.

4- Habla con naturalidad. No te acartones, te pongas solemne, no afectes el timbre de tu voz. Cuando te preocupas tanto por la dicción y por la vocalización y por la pronunciación… acabas perdiendo frescura y ganando aburrimiento. Recuerda que lo más profesional es lo más natural.

5- Habla con buen humor. Ponte pilas. Ponte en actitud positiva. Entra a cabina con optimismo. Deja tus problemas afuera. Y atrévete a reír ante el micrófono, a pasar un buen rato con tu audiencia.

6- Habla con palabras sencillas, con refranes populares, contando anécdotas, narrando historias… Nadie aguanta ya los discursos ni los sermones. Nada más aburrido que las palabras altisonantes (locutores que le llaman “arma cortopunzante” a un cuchillo o “burgomaestre” al alcalde).

7- Habla democráticamente. Ni pedante ni ahuevado. Ni engreída ni achicada. No te sientas más ni menos que nadie. De los vanidosos nos reímos, a los acomplejados les tenemos lástima. Y esas dos actitudes aburren. La buena onda está en hablar democráticamente, de igual a igual.

En el próximo radioclip vamos a descubrir otros síntomas del aburrimiento radiofónico y cómo superarlos. ¡Ahí la seguimos!

Image by Sam Williams from Pixabay