¿CÓMO COMENZAR UN DISCURSO?
Errores y horrores que cometemos cuando hablamos en público.
Un salón de conferencias. El público esperando la exposición. Anuncian al ponente. O a la ponente. Se oyen aplausos de expectativa. El orador se levanta, se acerca al micrófono, mira al auditorio y comienza:
No se preocupen, que voy a ser breve….
Muy mala entrada. La advertencia de que será breve indica que lo que va a decir no tiene mucha importancia. Sea breve, pero sin anunciar que va a serlo.
Bueno… les pido disculpas porque no he tenido mucho tiempo de preparar esta charla…
Otra entrada pésima. Si no tuvo tiempo de preparar, al menos no lo diga. Está predisponiendo al público contra usted.
Agradezco la invitación, aunque no me correspondería hablar a mí de este tema, que no lo domino mucho, sino a Fulano que no ha podido venir…
Entrada terrible. Si no sabe del tema, cállese. Si lo delegaron y no tiene ganas de hablar, váyase.
Ustedes sabrán comprender… Estoy con un poco de nervios…
¿A quién le importa su timidez? Si está nervioso, no lo diga. Se pondrá más nervioso aún. Y le contagiará al público una sensación de inseguridad.
Estimada Mesa Directiva, Estimado Doctor Esperencejo, Representante de la Organización… Licenciada Zutaneja, Representante de la Cámara de….
Una entrada larga y pesada. Deje las presentaciones y los protocolos para el maestro de ceremonias. Y usted, vaya directamente a su charla.
Voy a hablar sobre esto y lo otro… Y quisiera referirme a la situación de…
No diga sobre qué va a hablar… ¡hable! ¿Quiere referirse?… ¡Pues refiérase! No hay que prolongar lo que uno va a hacer, sino hacerlo.
Entonces, ¿cómo comenzar una charla, una conferencia, un discurso?
Con algo que llame la atención del público. Tal vez una frase célebre. O una expresión ingeniosa. O contando una anécdota.
García Márquez dice que en la primera línea de una novela se gana o se pierde al lector.
Podríamos decir que en las primeras palabras de una charla se seduce o se aburre al auditorio.
Hablar en público es como pescar. Hay que poner carnada en el anzuelo. Hay que captar la atención de un público que, generalmente, está distraído o impaciente. Todo se juega en ese primer instante.
BIBLIOGRAFÍA
- Imagen de: Pixabay.