|

83- DE REGUETONES Y BOLEROS

LIBRETO

LOCUTOR A continuación, nuestro habitual espacio “El consultorio sexual de la doctora Miralles”.

CONTROL CARACTERÍSTICA CONSULTORIO

DOCTORA Amigas y amigos, ¿cómo están, cómo la van pasando? Les cuento que este consultorio ha tenido tanto éxito que el director de la radio me ha autorizado una segunda línea telefónica en cabina. Así que, ya podré hacer hasta debates en el programa. Pero ahora, acompáñenme si quieren oír otro “debate”, el que está ocurriendo en la cama de esta parejita…

CONTROL MÚSICA SENSUAL

ÉL (JADEANDO) ¿Vas bien, amorcito?… ¿Estás sintiendo?… Dime la verdad… Ya no me aguanto… ¿Y tú?… ¿Qué más quieres que haga, dime, dime, dime?

ELLA Lo que quiero es que te calles… ¡caramba contigo!

CONTROL MÚSICA IRÓNICA

DOCTORA ¿Se reconocen en alguno de los personajes?… ¿Han vivido alguna vez una escena como ésta?

EFECTO TELÉFONO

DOCTORA Ya sabía yo que iba a tener buena participación… ¿Aló?

MUJER ¿Doctora Miralles?

DOCTORA Sí…

MUJER Doctora, como si hubiera puesto un micrófono debajo de nuestra cama… Él siempre está así, con ese afán, con ese corre-corre…

DOCTORA ¿Cómo se llama tu compañero?

MUJER Él se llama Braulio, pero yo le digo Cuchi-Cuchi.

DOCTORA Cuchi-Cuchi, ¿verdad?

MUJER Sí, doctora, pero es que él se pone tenso, comienza a interrogarme… a mí me quita la inspiración…

EFECTO TELÉFONO

DOCTORA A ver quién… ¿aló?

HOMBRE Soy yo, doctora, el Cuchi Cuchi de la que está hablando.

DOCTORA ¿No me diga?… ¿Y usted cómo la llama a ella?

HOMBRE Bueno, doctora, me da un poco de vergüenza… pero yo le digo (MEDIA VOZ)… Cochita Rica…

DOCTORA Ajá… Así que Cuchi Cuchi y Cochita Rica… ¡Qué románticos!… Pero, por lo visto, en la cama se les acaba el romanticismo.

HOMBRE No es eso, doctora…

DOCTORA ¿Y cuánto tiempo tienen de relaciones?

MUJER Tres meses, doctora. Pero es que este hombre no sabe tratar a una mujer. Todo lo hace con prisas…

HOMBRE ¡Qué prisas ni qué cuentos!

MUJER Él tiene la culpa, doctora. Él ya está de vuelta cuando yo voy de ida…

HOMBRE Ella se pone como una muerta, doctora… no se enciende ni con un cable eléctrico…

MUJER Pero, ¿cómo me voy a encender si…

DOCTORA ¡Un momento, un momento!… Dejen ya de pelear. No sé por qué habré aceptado yo dos líneas telefónicas en esta cabina… Tranquilos… Aquí no hay que buscar culpables sino soluciones…

HOMBRE Pero, doctora, ella…

MUJER Él, doctora…

DOCTORA Ni él ni ella. Los dos, oigan bien, los dos tienen que cambiar, ceder un poco. Atiendan, les voy a dar una medicina para los dos. A ver si adivinan. Empieza con “p”.

HOMBRE ¿”P”… de pomada?

DOCTORA No, señor, ninguna pomada…

HOMBRE Es que me han dicho que hay una pomada china…

MUJER Pues será “p” de pajarito… a ver si el tuyo aprende a volar más alto, porque a los tres minutos ya aterrizó y no se vuelve a levantar.

DOCTORA Dejen las pomadas y los pajaritos. “P” de… paciencia. Un poco de paciencia para acoplar ritmos distintos. Tú estás bailando reguetón y ella baila a paso de bolero. Así no puede funcionar la cosa.

HOMBRE ¿Y cómo se sincroniza el reguetón con el bolero, doctora?

DOCTORA Lo primero, riéndose de lo que les está pasando.

HOMBRE ¿Riéndose?

DOCTORA Claro, ríanse juntos. Relájense. Si tú terminas antes que ella, ríanse. No pasa nada. Y si ella no acaba, ríanse también. Están aprendiendo a conocerse. Tienen tres meses apenas. Tienen que aprender a bailar juntos en la cama.

MUJER Pues… pues eso haremos, mi Cuchi Cuchi.

HOMBRE Claro que sí, Cochita Rica.

DOCTORA Y yo me despido porque si no, vamos a ser testigos de un acto de amor virtual… ¡Hasta la próxima, reguetoneros y boleristas!

BIBLIOGRAFÍA