¡ESCUCHA EL CLAMOR DE LOS PUEBLOS!

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Carta abierta al Presidente de los Estados Unidos Barack Obama.

El Premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, acaba de enviarle una carta abierta al presidente Barack Obama, también Nobel de la Paz en el año 2009. Esta carta resume lúcidamente lo que está pasando en Siria. Invitamos a las emisoras y a todos los medios de comunicación sensibles a leerla, a difundirla, a repetirla, para que la ciudadanía tome conciencia de la atrocidad que Estados Unidos está a punto de cometer.

Presidente Barack Hussein Obama:

¡Escucha el clamor de los pueblos!

La situación en Siria es preocupante y una vez más Estados Unidos, erigiéndose en gendarme del mundo, pretende invadir Siria en nombre de la “libertad” y los “derechos humanos”.

Tu predecesor George W. Bush en su locura mesiánica supo instrumentalizar el fundamentalismo religioso para llevar a cabo las guerras en Afganistán e Irak. Cuando declaraba que conversaba con Dios, y Dios le decía que tenía que atacar a Irak, lo hacía porque era dictamen de Dios exportar la “libertad” al mundo.

Tú has hablado, con motivo de los 50 años de la muerte del Reverendo Luther King, también Premio Nobel de la Paz, de la necesidad de completar el “sueño” de la mesa compartida, de quien fuera la más significativa expresión de lucha por los derechos civiles contra el racismo en la primera democracia esclavista del mundo. Luther King fue un hombre que dio su vida para dar vida, y por eso es un mártir de nuestro tiempo. Lo mataron después de la Marcha sobre Washington porque amenazaba con desobediencia civil a seguir siendo cómplices de la guerra imperialista contra el pueblo de Vietnam.

¿Realmente crees que invadir militarmente a otro pueblo es aportar a ese sueño? Armar rebeldes para luego autorizar la intervención de la OTAN, no es algo nuevo por parte de tu país y tus aliados. Tampoco es nuevo que Estados Unidos pretenda invadir países acusándolos de posesión de armas de destrucción masiva, que en el caso de Irak resultó no ser cierto. Tu país ha apoyado el régimen de Saddam Hussein que utilizó armas químicas para aniquilar a la población kurda y contra la Revolución Iraní y no hizo nada para sancionarlo porque en ese momento eran aliados. Sin embargo, ahora pretenden invadir Siria sin siquiera saber los resultados de las investigaciones que está haciendo la ONU por autorización del mismo gobierno sirio. Ciertamente que el uso de las armas químicas es inmoral y condenable, pero tu gobierno no tiene autoridad moral alguna para justificar una intervención.

El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó que un ataque militar en Siria podría empeorar el conflicto. Mi país, la Argentina, que se encuentra ejerciendo la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, ha hecho pública su posición contra una intervención militar extranjera en la República Siria negándose a ser “cómplice de nuevas muertes”.

El Papa Francisco también llamó a globalizar el pedido de paz y decretó una jornada de ayuno y oración en contra de la guerra para el día 7 de septiembre, a la cual nos adherimos. Hasta tu histórico aliado, Gran Bretaña, se ha negado (al menos de momento) a ser parte de la invasión.

Tu país está transformando la “Primavera Árabe” en el infierno de la OTAN, provocando guerras en el Medio Oriente y desatando la rapiña de las corporaciones internacionales. La invasión que pretendes llevará a más violencia y más muertes, así como a la desestabilización de Siria y de la región. ¿Con qué objetivo? El lúcido analista Robert Fisk ha precisado que el objetivo es Irán y postergar la concreción del estado palestino, no es la indignación que producen la muerte de cientos de niños sirios lo que los motiva a ustedes a intervenir militarmente. Y justamente cuando ha triunfado en Irán un gobierno moderado, donde se podría tratar de contribuir a lograr escenarios de negociación pacífica a los conflictos existentes. Esa política será suicida de tu parte y de tu país.
Siria necesita una solución política, no militar. La comunidad internacional debe dar su apoyo a las organizaciones sociales que buscan la paz. El pueblo sirio, como cualquier otro, tiene derecho a su autodeterminación y a definir su propio proceso democrático y debemos ayudar en lo que nos necesiten.

Obama, tu país no tiene autoridad moral, ni legitimidad, ni legalidad para invadir Siria ni ningún otro país. Mucho menos luego de haber asesinado 220.000 personas en Japón lanzando bombas de destrucción masiva.

Ningún congresal del parlamento de Estados Unidos puede legitimar lo ilegitimable, ni legalizar lo ilegalizable. En especial teniendo en cuenta lo que dijo hace unos días el ex presidente noerteamericano James Carter: “Estados Unidos no tiene una democracia que funcione”.

Las escuchas ilegales que realiza tu gobierno al pueblo norteamericano parecen no ser del todo eficientes, porque según una encuesta pública de Reuters, el 60% de los estadounidenses se oponen a la invasión que quieres llevar a cabo.

Por eso te pregunto Obama: ¿A quién obedeces? Tu gobierno se ha convertido en un peligro para el equilibrio internacional y para el propio pueblo estadounidense. Estados Unidos se ha vuelto un país que no puede dejar de exportar muerte para mantener su economía y poderío. Nosotros no dejaremos de intentar impedirlo. Yo estuve en Irak luego de los bombardeos que realizó Estados Unidos en la década de los 90, antes de la invasión que derrocó a Sadham Hussein. Vi un refugio lleno de niños y mujeres asesinados por misiles teledirigidos. “Daños colaterales” los llaman Ustedes.

Los pueblos están diciendo ¡BASTA! a las guerras. La humanidad reclama la Paz y el derecho a vivir en libertad. Los pueblos quieren transformar las armas en arados, y el camino para lograrlo es “DESARMAR LAS CONCIENCIAS ARMADAS”.

Obama, nunca olvides que siempre recogemos los frutos de lo que sembramos. Cualquier ser humano debería sembrar paz y humanidad, más aún un Premio Nobel de la Paz. Espero que no termines convirtiendo el “sueño de fraternidad” que anhelaba Luther King en una pesadilla para los pueblos y la humanidad.

Recibe el saludo de Paz y Bien

Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz

Las imágenes:

Adolfo Pérez Esquivel flickr photo by Santiago Trusso shared under a Creative Commons (BY-NC-ND) license