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FÁTIMA NUESTRA

Se llamaba Fátima Cecilia Aldrighett. La secuestraron el 11 de febrero de 2020 al salir de la escuela. Cuatro días después fue encontrada en una bolsa de plástico. Había sido brutalmente violada, torturada y asesinada. Tenía 7 años.

Unos días antes, Ingrid Escamilla fue descuartizada por su novio. Las autoridades filtraron un video donde el autor del crimen relataba el salvaje feminicidio. Imágenes que fueron publicadas en diversos medios de comunicación, revictimizando a Ingrid.

Ingrid y Fátima son sólo dos de las 10 mujeres que asesinan en México cada día. Cada vez con más saña y brutalidad. Crímenes que, en la mayoría de los casos, quedan impunes. Apenas dos de cada diez feminicidios terminan con una condena para el maltratador.

Pero las cifras en el resto del mundo no son más alentadoras. Las mujeres siguen siendo violadas, violentadas, asesinadas por sus parejas o por hombres que se creen con el derecho a poseerlas.

Una masacre diaria que se cobra en el mundo muchísimas más víctimas que otras tragedias pero que no recibe suficiente cobertura en los medios de comunicación y atención social. Y eso que la mitad de la población está en riesgo.

Las mujeres ya están hartas de no poder vivir en paz. Yesenia Zamudio perdió a su hija María de Jesús Jaimes Zamudio en 2016. Fue lanzada desde un quinto piso y aún no hay detenidos por el asesinato. En una de las muchas manifestación que se celebraron en México reclamando justicia por Ingrid Escamilla y el resto de mujeres asesinadas Yesenia estalló de indignación. Su video se hizo viral y lo adjuntamos a esta oración por Fátima y por todas las mujeres víctimas de feminicidio, escrita por Patricia Sarzosa.

Fátima nuestra
que estás en una estrella
Santificado sea tu nombre
Tú que estás acunada
por nuestras mártires
las violadas, las asesinadas,
las apedreadas, las incineradas,
las mutiladas, las desmembradas,
las condenadas por ser mujeres.
Fátima nuestra
nuestra wawita,
nuestra hermanita,
nuestra hijita,
nuestra nietita,
Danos desde donde estás
la fuerza colectiva
para eliminar la maldita violencia machista
Danos la fuerza y la sororidad
para acabar con la misoginia perversa
de los malos padres
de los ridículos gobernantes
de la insensible sociedad
de las hipócritas religiones
Fátima nuestra
te lloramos
con llanto del alma
Fátima nuestra
que no se nos acabe
nuestra rebeldía feminista.

Por Patricia Sarzosa