LA HISTORIA DEL INODORO (2)

El humilde inodoro resultó el trono universal donde todas las personas se sientan.

LOCUTORA Después de siglos y siglos de suciedad, los europeos volvieron a sentir la necesidad de alejar los excrementos de las casas…

LOCUTOR … y también de los palacios.

LOCUTORA Así reapareció el olvidado retrete.

CONTROLSICA CORTESANA

JOHN ¿Le gusta, Majestad?

REINA ¿Y qué artilugio es éste que me traes?

JOHN Podríamos decir que será su “segundo trono”, Majestad.

LOCUTOR En 1596, un ahijado de la reina Isabel de Inglaterra, John Harrington, inventó una especie de inodoro con una válvula que botaba la suciedad en un desagüe cercano.

REINA ¡Wonderful!

LOCUTORA A la soberana le encantó aquel asiento cómodo y privado. Ya no tendría que soportar los malos olores de una bacinilla bajo la cama, pero…

REINA Puah… ¡Ahora hay más tufo que antes, John!

LOCUTOR El “water de Harrington”, como se llamó, comunicaba directamente con la cloaca pública. El olor nauseabundo regresaba multiplicado a través del mismo tubo que lo despedía. No se había inventado todavía el sifón.

LOCUTORA Aquel primitivo retrete cayó en desuso y la gente siguió vaciando orinales en plena calle.

CONTROLSICA DE ÉPOCA

LOCUTORA Hubo que esperar casi 200 años para que apareciera…

CUMMINGS … el verdadero inodoro.

LOCUTORA Alexander Cummings, matemático y relojero británico, fue su inventor. En 1775, lo patentó.

LOCUTORA Lo más original del modelo de Cummings no era la taza ni la cisterna, sino la tubería situada por debajo que se doblaba en forma de S reteniendo un poco de agua e impidiendo el paso de los olores.

CUMMINGS Este genial dispositivo se llamará… “trampa de mal olor”.

LOCUTORA El sifón inventado por Cummings pasó a convertirse en parte integrante de todos los futuros baños, lavabos y tuberías de desagüe.

LOCUTOR El moderno water de cisterna ya estaba a la venta, pero todavía pasarían décadas antes de que sustituyera a la bacinilla y las letrinas exteriores.

CONTROLSICA DRAMÁTICA

EFECTO ENFERMEDADES

LOCUTORA En 1830, un grave brote de cólera diezmó la población de Londres.

LOCUTOR Las autoridades iniciaron una campaña agresiva para la instalación de inodoros en lugares públicos.

EFECTO ORINANDO Y SILBATO

POLÍCIA Lo siento, señor, usted no puede hacer eso en la calle. Vaya al Palacio de Cristal y ahí se alivia del vientre.

LOCUTORA Los londinenses acudían al Palacio de Cristal del Hyde Park a hacer uso de los inodoros municipales.

LOCUTOR Allí, funcionarios vestidos de blanco los recibían y cobraban el penique que costaba sentarse en uno.

FUNCIONARIO Acompáñeme, por favor… (MEDIA VOZ) y no se demore mucho.

LOCUTORA Durante el siglo 19, los ingenieros británicos construyeron una importante red de alcantarillas en Londres.

LOCUTOR En virtud del acta de salud pública, se obligó a instalar en todas las casas…

CUMMINGS … un inodoro.

LOCUTOR A fines del siglo 19, el sistema inglés ya era famoso en toda Europa.

LOCUTORA Y de Londres se extendió su uso a todo el continente.

EFECTO DESAGÜE DE INODORO

LOCUTOR Después de siglos de suciedad y oscurantismo, se recuperaban las antiguas y sabias costumbres de la higiene humana.

LOCUTORA El inodoro se convirtió en un artículo indispensable de cualquier hogar.

LOCUTOR El humilde inodoro pasó a ser el trono universal donde todas las personas se sientan, mujeres y hombres, grandes y chicos, reinas y plebeyos.

BIBLIOGRAFÍA
Charles Panati, Las cosas nuestras de cada día, Círculo de Lectores, Barcelona 1987.
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