19- ¿MADRE DE DIOS?
RAQUEL Oyentes de Emisoras Latinas, continuamos hablando con Jesucristo sobre una devoción muy extendida en el mundo católico, el rosario. Usted nos decía que su madre no le había pedido a nadie que lo rezara. ¿Quién, entonces? ¿Tal vez usted mismo cuando andaba por estas tierras?
JESÚS No, porque esa oración tiene algo que no me suena bien.
RAQUEL ¿Algo?
JESÚS Una frase. ¿Cómo es eso de Santa María…?
RAQUEL Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros…
JESÚS Lo de santa está bien, porque mi madre y todas las madres son santas. Son benditas. Hacen el milagro de la vida, el mayor de los milagros. Pero lo de Madre de Dios…
RAQUEL Bueno, Madre de Dios porque…
JESÚS Dios no tiene madre ni padre. Si los tuviera, no sería Dios.
RAQUEL Pero como usted es Hijo consustancial de Dios Padre y María es su madre, entonces María es también la Madre de su Padre, que es Dios… Esto es un dogma.
JESÚS No, eso es un enredo. Dios no tiene principio ni fin. Si tuviera una madre, sería mortal como cualquier hijo de mujer… ¿Quién inventó semejante cosa?
RAQUEL Lo ignoro, pero puedo consultar a… deje ver… tal vez a la sicóloga británica Anne Baring… Ella sabe mucho sobre su madre… ¿Anne Baring?… La molesto para que nos resuelva una duda… ¿De dónde salió eso de que María es madre de Dios?
ANNE Del Concilio de Éfeso, en el siglo quinto. Fue una maniobra del obispo Cirilo. Este obispo, un personaje arrogante que por fanatismo había ordenado quemar la Biblioteca de Alejandría, estaba peleado con otro obispo llamado Nestorio.
JESÚS ¿Y qué tiene que ver ese pleito de obispos con mi madre?
RAQUEL Pregunta Jescristo que qué tiene que ver eso con su madre.
ANNE En ese Concilio, Cirilo quiso liquidar las ideas de Nestorio sobre María. Y para eso, propuso la “Theotokos”.
RAQUEL ¿La qué?
ANNE “Theotokos”, palabra griega. Que María es madre de Dios. Como a los demás obispos les parecía una herejía afirmar que Dios tiene madre, Cirilo los sobornó con grandes sumas de dinero. Y ganó la votación. Digamos que lo de Madre de Dios fue un dogma bien pagado.
RAQUEL Gracias, Anne… Francamente… Nuestra audiencia debe estar aturdida… Y usted, Jesucristo, ¿qué piensa de lo que acaba de escuchar?
JESÚS Pienso que para engrandecer a mi madre no hay que empequeñecer a Dios.
RAQUEL Si su madre estuviera ahora con nosotros…
JESÚS Se reiría igual que yo. Ni siquiera Pablo, que se enredaba tanto hablando de mí y de Dios, llegó a decir una cosa semejante.
RAQUEL Pero, entonces, ¿quién es María?
JESÚS María es mi madre.
RAQUEL ¿Y Dios?
JESÚS Dios es Dios, Raquel. Dios no tiene madre. ¿Y sabes por qué? Porque Dios es madre.
RAQUEL Un momento, Jesucristo, que tengo una llamada… ¿Sí?… ¿Cómo va a ser?… ¿Por dónde?… Gracias por el aviso… Jesucristo, tenemos que irnos.
JESÚS ¿Qué pasa?
RAQUEL Parece que un grupo de cristianos está indignado con las cosas que usted está diciendo y vienen hacia acá… Quieren apedrearlo… Son fundamentalistas del Vaticano, fanáticos…
JESÚS ¡Como los de Cirilo!… Se repite la historia… Cuando hablé aquí en Nazaret, hace dos mil años, pasó lo mismo. Es que ningún profeta es bien recibido en su tierra… ni en su iglesia. ¡Vámonos!
RAQUEL ¿A dónde?
JESÚS A Cafarnaum. ¡Quiero volver a ver el lago de Galilea!… Vámonos ya.
RAQUEL Pues nos vamos. Para Emisoras Latinas, reportó Raquel Pérez.
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Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.
NOTAS
María: encerrada en cuatro dogmas
La iglesia católica proclama cuatro “dogmas de fe” en torno a María. El central es que María es Madre de Dios. Los otros son: María es Virgen, María no tuvo pecado original (Inmaculada Concepción) y María subió al cielo en cuerpo y alma (Asunción a los cielos). Proclama también la iglesia católica otras cuatro “verdades fundamentales” sobre María: María es corredentora, María es reina, María es madre espiritual de todos los creyentes y María es medianera de todas las gracias.
El culto a María ha ido en ascenso imparable con los siglos. La primera iglesia dedicada a María no aparece en Roma hasta el siglo IV. Y es hasta el siglo VIII que a María se le reserva un culto de “hiperdulía” (extrema reverencia), por debajo del de “latría”, que merecen solo Dios y Jesús, pero muy por encima del de “dulía” que merecen los santos y santas. A partir del siglo XVI, la Reforma protestante cuestiona el culto a María: Las iglesias protestantes históricas no admiten los dogmas marianos. Sin embargo, la crítica protestante de la mariología católica no contribuyó a des-patriarcalizar el cristianismo nacido de la Reforma. Más bien, acentuó sus rasgos masculinos y hasta empobreció emocionalmente su espiritualidad.
Madre de Dios: un dogma
“María Madre de Dios” fue un dogma definido por el Concilio de Éfeso (año 431) y más tarde proclamado por el Concilio de Calcedonia (año 451) y el segundo de Constantinopla (año 553). Su formulación —basada en los conceptos naturaleza / persona— hay que inscribirla en la filosofía helenista que dominaba entonces la Cristiandad. La instalación del dogma fue precedida de una disputa violenta entre el patriarca de Alejandría, Cirilo, y el patriarca de Constantinopla, Nestorio. Cirilo proponía la fórmula “Theotokos” (Madre de Dios) y Nestorio proponía “Christotokos” (Madre de Cristo, es decir, del Jesús humano y mortal). Finalmente se adoptó como dogma la doctrina propuesta por Cirilo, se le concedió a María el título de Madre de Dios, y los nestorianos fueron condenados como herejes.
En Éfeso y en Calcedonia ganaron los alejandrinos. El Concilio de Éfeso formuló así el dogma: “Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es sólo madre de la naturaleza, del cuerpo, sino también de la persona, quien es Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona, así María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos, Dios y hombre. Entonces, Ella es la Madre de Dios.”
Anne Baring
Anne Baring es una sicoanalista británica que bucea en el inconsciente de las personas y en el inconsciente colectivo. Con Jules Cashford, también británica y filósofa, han investigado la presencia de “lo femenino” a lo largo de la historia de las religiones occidentales y en la psique de toda la Humanidad. El resultado de este estudio es el extraordinario libro “El mito de la diosa” (Ediciones Siruela, 2005).
En este libro, Baring y Cashford sostienen, entre otras, la tesis de que la “divinización” de María en los dogmas y en el culto de la religión católica expresa la necesidad que la espiritualidad humana tiene de lo femenino, la nostalgia que tenemos por recuperar a la diosa ancestral, perdida hace más de cuatro mil años. A la vez, afirman que al hacer a María “virgen” y despojarla así de su sexualidad, la institución eclesiástica católica ha alejado a María de aquella Gran Madre primordial, la ha convertido en Reina “del cielo”, negándole su reinado “en la tierra”. Este cortocircuito cultural-religioso centrado en la figura de María provoca en la psique colectiva una contradicción fundamental. Esta contradicción la padecen inconscientemente o la perciben y la rechazan especialmente las mujeres, a las que se presenta a María como modelo inimitable. Recomendamos la lectura de este libro, lúcido e indispensable.
Cómo nació el dogma de la Théotokos
Baring y Cashford relatan así el origen del dogma de María Madre de Dios: “Aproximadamente en el año 431 d.C. María fue proclamada no sólo ‛portadora de Cristo’ sino ‛portadora de Dios’, (en griego, Theotokos), en un concilio celebrado en Éfeso y presidido por Cirilo de Alejandría. ¿Qué había sucedido? La posición de María ya era, en este siglo IV, una cuestión obviamente preocupante. Epifanio, un padre de la Iglesia, había hecho una distinción precisa: “Que María sea honrada, pero que el Padre, el Hijo y el Espíritu sean adorados”. En el primer concilio de Constantinopla del siglo IV la maternidad virginal de María había sido proclamada como una manera de asegurar la divinidad de Cristo: el dogma llamaba la atención sobre la suspensión de las leyes naturales en el momento de su encarnación. Más tarde, a comienzos del siglo V, Nestorio, patriarca de Constantinopla, resaltaba que Cristo poseía dos naturalezas, una humana y una divina; esto significaba que María llevó a Cristo en su vientre, pero no pudo haber llevado a Dios. Los obispos de Siria estuvieron de acuerdo con él, pero no así Cirilo, patriarca de Alejandría. Se decidió entonces celebrar un concilio en Éfeso para discutir esta cuestión. Pero Cirilo declaró el concilio abierto antes de que se presentasen los obispos sirios e inmediatamente excomulgó a Nestorio, a quien no acompañaba nadie que pudiese defender su causa. Éste fue el dudoso y muy humano fundamento de un dogma que nunca más se pondría en duda.”
Muchos autores y autoras resaltan la “coincidencia” de que este dogma se proclamara en Éfeso, ciudad que fue centro del culto a la Gran Madre de las religiones ancestrales, del culto a la diosa frigia Cibeles, diosa de la Madre Tierra, adorada en Anatolia desde tiempos del Neolítico; y del culto a la diosa Artemisa, diosa de la caza (Diana para los romanos), una diosa también virgen y también intercesora ante los dioses.