47- ¿EXISTE EL PURGATORIO?

RAQUEL Emisoras Latinas continúa junto a las antiguas murallas de Jerusalén y nuevamente damos la bienvenida a nuestro invitado especial, Jesucristo.

JESÚS La paz contigo, Raquel.

RAQUEL Usted ha hablado del infierno y los demonios. Y ha negado rotundamente su existencia.

JESÚS Así es.

RAQUEL Sin embargo, infinidad de predicadores en infinidad de sermones han hablado y siguen hablando de estos temas.

JESÚS Parece que creen más en el diablo que en Dios, porque hablan más del diablo que de Dios.

RAQUEL En su última entrevista usted nos decía que hablar del diablo ha sido un gran negocio. ¿Qué quiso decir usted exactamente?

JESÚS Que con el diablo siembran miedo. Y con el miedo cosechan monedas.

RAQUEL Pero hay quienes opinan que ese miedo sirve para que las personas se porten bien.

JESÚS No, el miedo sólo sirve para hacer esclavos.

RAQUEL ¿Y un poquito de miedo no vendrá bien? El infierno tal vez no, pero… ¿el purgatorio?

JESÚS ¿Qué es eso del purgatorio, Raquel?

RAQUEL El purgatorio, ese lugar donde nos purifican con fuego para entrar limpios al cielo… ¿Eso sí está en la Biblia, no?

JESÚS Los fariseos que conocí se inventaron una ristra de purificaciones con agua… Pero la purificación con fuego no se les ocurrió… Que yo sepa, las Escrituras no dicen una palabra sobre ese tal purgatorio.

RAQUEL ¿Y usted tiene algo que decir?

JESÚS Sí. Que Dios no es cruel para meter en un horno a ninguno de sus hijos. Detrás de esas llamas, ya te lo dije, tiene que haber un negocio…

RAQUEL Pues se lo preguntaremos a Richard Dawkins, especialista en dioses y diablos…. ¿Me escucha bien, doctor Dawkins?

DAWKINS Perfectamente, Raquel Pérez. Y le explicaré que el purgatorio fue creado por la iglesia en el siglo 13. Como ya tenían el infierno como un lugar de tormentos eternos, se inventaron el purgatorio que era una antesala de tormentos pasajeros. Para entrar al cielo, las almas de los difuntos tenían que pasar por allí.

RAQUEL ¿Y cómo salían de allí?

DAWKINS Pagando.

RAQUEL ¿Cómo que pagando?

DAWKINS Para que la espera no fuera tan larga ni dolorosa, los Papas comenzaron a vender “amnistías”, indultos de 100 días, de 500 días, de mil días. Los comprabas y te rebajaban las penas del purgatorio…

RAQUEL ¿Las famosas indulgencias?

DAWKINS Las famosísimas indulgencias. Un negocio redondo.

JESÚS ¿No te lo decía, Raquel?

DAWKINS Después, empezaron a venderlas por adelantado. Si tenías grandes pecados, pagabas más y te podías librar hasta del infierno. Si no eran tan grandes, pagabas menos y te descontaban días o meses de purgatorio. Así adelantabas la entrada al cielo.

RAQUEL Como quien compra boletos para un partido de fútbol.

DAWKINS Exacto. Trescientos años después, el Papa León Décimo organizó mejor el negocio y le puso precio a cada pecado. Cualquier delito podía perdonarse pagándole al Vaticano. Cualquiera: violación de niños y de niñas, incestos, asesinatos, hasta matar a la propia madre… No había pecado que no se perdonara a cambio de dinero.

RAQUEL Serían enormes los ingresos, ¿no?

DAWKINS Incalculables. Con esa fortuna se construyó la basílica de San Pedro en Roma y los palacios vaticanos que hoy visitan, deslumbrados, los turistas. La compraventa de indulgencias fue la gota que colmó la copa de la corrupción. Por eso, alzó su voz Martín Lutero, de ahí nacieron los protestantes. Por eso, se dividió la iglesia.

RAQUEL Muchas gracias al doctor Richard Dawkins. ¿Qué le parece todo esto, Jesucristo?

JESÚS Es abominable lo que cuenta. En verdad te digo, Raquel, que aquellos mercaderes que saqué a latigazos del Templo, eran aprendices al lado de estos idólatras del dios Dinero.

RAQUEL ¿Qué más podemos añadir? Desde Jerusalén, reportó Raquel Pérez, Emisoras Latinas.
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Otro Dios es Posible. Entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra. Una producción de María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum Syd y Christian Aid.

NOTAS

El invento del purgatorio

El II Concilio de Lyon (1274) proclamó el dogma del purgatorio al afirmar que quienes murieron en la caridad de Dios con verdadero arrepentimiento de sus pecados, antes de haber satisfecho por ellos con verdaderos frutos de penitencia, son purificados después de la muerte con penas purgatorias. La palabra “purgatorio” significa “lugar de limpieza” y no aparece en ningún libro de la Biblia. Aquel Concilio proclamó también la validez de las oraciones ofrecidas como sufragios para “sacar” las almas del purgatorio. El Concilio de Florencia (1439) recogió estos principios y el Concilio de Trento (1536) confirmó la doctrina del purgatorio, oponiéndola a las ideas de Lutero, que en aquellos años encabezaba la Reforma protestante y predicaba que esa doctrina negaba la eficacia de la muerte de Cristo. Lutero se oponía no sólo doctrinalmente a la idea teológica del purgatorio sino que denunciaba el suculento negocio organizado por el Vaticano, que vendía “indulgencias”, documentos firmados por el Papa, que servían para “rescatar” del purgatorio las almas que se consumían en sus llamas.

El negocio de las indulgencias

En 1517 un fraile dominico alemán, Johann Tetzel, recorría Alemania promoviendo la compra de indulgencias. El dinero que recogía por la venta de estos documentos sellados por el Papa se destinaba a financiar la construcción de la fastuosa Basílica de San Pedro en Roma, que para entonces era un templo como otros muchos. Las prédicas de Tetzel, que aterrorizaba a la gente en las aldeas con la idea de las llamas del infierno y del purgatorio, indignó al fraile agustino y prestigioso teólogo Martín Lutero (1483-1546), que previamente había visitado Roma y había visto horrorizado cómo funcionaba el tráfico de las indulgencias, que estaba arrinconando el verdadero arrepentimiento, convirtiendo el “perdón” de Dios en un negocio. Cuando Tetzel iba a llegar a Wittenberg, Lutero clavó en la puerta de la iglesia 95 tesis argumentando la falsedad de la doctrina del purgatorio y rechazando el poder de las indulgencias. A partir de este hecho y de la justa rebeldía de Lutero inició en Alemania la Reforma Protestante.

Textos de algunas de las 95 tesis:

Torpemente proceden los sacerdotes que reservan a los moribundos penas canónicas en el purgatorio. Esta cizaña, cual la de transformar la pena canónica en pena para el purgatorio, parece por cierto haber sido sembrada mientras los obispos dormían.

Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se echa en la caja, el alma sale volando. Cierto es que, cuando al tintinear la moneda cae en la caja, el lucro y la avaricia pueden ir en aumento, más la intercesión de la Iglesia depende sólo de la voluntad de Dios.

Debe enseñarse a los cristianos que el que ve a un indigente y, sin prestarle atención, da su dinero para comprar indulgencias, lo que obtiene en verdad no son las indulgencias papales, sino la indignación de Dios.

Debe enseñarse a los cristianos que el Papa estaría dispuesto, como es su deber, a dar de su peculio a muchísimos de aquellos, a los cuales los pregoneros de indulgencias sonsacaron el dinero, aun cuando para ello tuviera que vender la basílica de San Pedro si fuera menester.

¿Por qué el Papa, cuya fortuna es hoy más abundante que la de los más opulentos ricos, no construye tan sólo una basílica de San Pedro de su propio dinero, en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes?

Tres años después, el Papa León X emitió una bula en la que condenaba 41 de las 95 tesis de Lutero por contener errores heréticos, escandalosos, falsos y ofensivos a los oídos piadosos, tanto engañosos a las mentes sencillas como opuestos a la verdad católica. Dijo que las tesis eran obra de “un borracho alemán que cuando esté sobrio cambiará de parecer”. Pero Lutero no cambió de parecer. El Papa mandó a quemar los escritos de Lutero en Roma. Y Lutero quemó la bula papal en Wittenberg. Un año después, el Papa León X excomulgó a Lutero. La historia y las luchas de Lutero están muy didáctica y sugerentemente relatadas en la película “Lutero”, de Eric Till (2003).

¿Cuánto cuesta perdonar cada pecado?

La “Taxa Camarae” es un documento promulgado por el Papa León X en 1517, en el tiempo en que Tetzel predicaba el purgatorio para vender indulgencias y en el tiempo en que Lutero se indignaba cristianamente ante este anticristiano negocio. En la “Taxa Camarae” aparece un listado con lo que había que pagarle al Papa para obtener el perdón de todo tipo de pecados. La lista plantea 35 casos de pecados y la tasa en dinero que era necesario para borrarlos. En su libro “Mentiras fundamentales de la Iglesia Católica”, el investigador español Pepe Rodríguez nos ofrece la traducción de este increíble y monstruoso documento.

He aquí algunos pecados tasados con sus costos:

El eclesiástico que incurriese en pecado carnal, ya sea con monjas, ya con primas, sobrinas o ahijadas suyas o con otra mujer cualquiera será absuelto mediante el pago de 67 libras, 12 sueldos.

Si el eclesiástico, además del pecado de fornicación, pidiese ser absuelto del pecado contra natura o de bestialidad, debe pagar 219 libras, 15 sueldos; mas si sólo hubiese cometido pecado contra natura con niños o con bestias y no con mujer, solamente pagará 131 libras, 15 sueldos.

Para todo pecado de lujuria cometido por un laico, la absolución costará 27 libras, 1 sueldo; para los incestos se añadirán en conciencia 4 libras.

El marido que diese malos tratos a su mujer, pagará en las cajas de la cancillería 3 libras, 4 sueldos; si la matase, pagará 17 libras, 15 sueldos, y si la hubiese muerto para casarse con otra, pagará, además 32 libras, 9 sueldos.

La absolución del simple asesinato cometido en la persona de un laico se fija en 15 libras, 4 sueldos, 3 dineros. Si el asesino hubiese dado muerte a dos o más hombres en un mismo día, pagará como si hubiese asesinado a uno solo.

Por el asesinato de un hermano, una hermana, una madre o un padre, se pagarán 17 libras, 5 sueldos. El que ahogase a un hijo suyo pagará 17 libras, 15 sueldos, 2 libras más que por matar a un desconocido, y si lo matasen el padre y la madre con mutuo consentimiento, pagarán 27 libras, 1 sueldo por la absolución.

El hereje que se convirtiese pagará por su absolución 269 libras. El hijo de hereje quemado o ahorcado o ajusticiado en otra forma cualquiera, no podrá rehabilitarse sino mediante el pago de 218 libras, 16 sueldos, 9 dineros.

El tráfico de indulgencias: origen de la Reforma protestante Las 95 Tesis de Lutero, escritas en latín, fueron traducidas rápidamente al alemán y ampliamente copiadas e impresas. En dos semanas se habían difundido por toda Alemania y en dos meses por toda Europa. Fue uno de los primeros casos de la Historia en que la imprenta, inventada apenas medio siglo antes, jugó un papel determinante en propagar una idea y movilizar a la sociedad. Después de intensos debates sobre el contenido de las tesis, Lutero, terminó negando la autoridad del Papa en la iglesia. Si hoy en día se habla tanto de “tráfico de influencias” como una de las muchas expresiones de la corrupción en las instituciones de gobierno y servicio público, el “tráfico de indulgencias”, causante de una enorme corrupción en la iglesia durante siglos, fue la causa que movió a Martín Lutero a enfrentarse con la iglesia de Roma y con el Papa, naciendo de esta justa y cristiana rebeldía la Reforma protestante.

El purgatorio y las indulgencias siguen vigentes

Hasta hoy, la iglesia católica promueve el dogma del purgatorio y, por lo tanto, sigue promoviendo las indulgencias, como herramienta eficaz para librarse de sus penas. Actualmente, ya las indulgencias no se consiguen con dinero sino practicando devociones. La iglesia establece dos tipos: las indulgencias plenarias y las parciales. Las plenarias “limpian” de cualquier huella del pecado cometido y dejan lista a quien tenga alguna para entrar directamente en el cielo al morir, sin pasar por el purgatorio. Las condiciones para hacerse con una plenaria son, por ejemplo, adorar una hostia consagrada durante media hora, rezar cinco misterios del rosario seguidos dentro de una iglesia o en familia, leer o escuchar cualquier texto bíblico durante media hora, recibir por radio o por televisión una bendición del Papa, asistir a una ceremonia de primera comunión…

Las indulgencias parciales perdonan parte de las penas del purgatorio en proporción a la importancia de la devoción practicada. Se consiguen haciendo la señal de la cruz, rezando por el Papa, llevando encima un crucifijo, una medalla o un escapulario, privándose de algún gusto… En el actual Catecismo católico se lee: Todo fiel puede lucrar para sí mismo, o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias.

Richard Dawkins

Richard Dawkins es un destacado científico y un extraordinario divulgador de la Ciencia. Le llaman también “el más notable ateo mundial”. Es titular de la cátedra Charles Simonyi de la Facultad de Conocimiento Público de la Ciencia de la Universidad de Oxford desde 1995. Autor de varios libros, el más conocido y fundamental, “El gen egoísta”. En su libro “El espejismo de Dios” (Espasa Calpe, 2007), Dawkins se refiere crítica y ácidamente a varios dogmas católicos, entre ellos al del purgatorio. Por eso, participa en el programa. Cita Dawkins en su libro que la “Enciclopedia Católica” aporta “pruebas” de la existencia del purgatorio y que este texto católico plantea la evidencia indiscutible de su existencia con este retorcido argumento : Si el muerto se fuera directamente al cielo o al infierno según los pecados cometidos en la Tierra, no tendría sentido rezar por él…Y rezamos por ellos, ¿no? Por lo tanto, el purgatorio debe existir porque de otra forma… ¡nuestras oraciones no tendrían sentido!