PLURALISMO DE CREENCIAS

Radioclip en texto sin audio grabado.

Un buen formato para promover una actitud abierta y ecuménica.

Tres connotados terroristas, Osama Bin Laden, Ariel Sharon y George W. Bush, se parapetan en sus respectivos dioses para matar al prójimo. Dicen que Bush lee la Biblia en sus Consejos de Guerra. Y Sharon reza salmos antes de bombardear niños y niñas, como en Sabra y Shatila. Y el otro seguramente repasará el Corán antes de planificar sus atentados.

El fanatismo religioso es, tal vez, el más peligroso de todos. Desde nuestras emisoras, constructoras de ciudadanía, podemos ayudar a superar estas actitudes intolerantes.

¿Cómo hacerlo? Veamos. Hay emisoras creyentes y ateas, radios católicas y evangélicas, emisoras bahais, emisoras animistas y budistas, radios gnósticas y agnósticas. No hay incompatibilidad entre tener una confesión religiosa y la propuesta ciudadana.

Es decir, no hay incompatibilidad siempre y cuando dicha religión sea respetuosa de las demás religiones y permita que todas den su punto de vista. Así como afirmamos el pluralismo de informaciones también defendemos el pluralismo de creencias.

Vale la pregunta: ¿Hablan los evangélicos en una radio católica? ¿Hablan los católicos en una radio evangélica? ¿Tienen espacio los ateos para expresar sus puntos de vista filosóficos en una radio religiosa? ¿Y los religiosos en una radio laica?

Un buen formato para promover esta actitud abierta, ecuménica, son los paneles o mesas redondas. Estos sirven para enfocar un mismo tema desde diferentes aspectos. No se busca la polémica, como en una mesa de debate, sino iluminar una misma realidad desde distintos ángulos, muchas veces complementarios.

Supongamos que hacemos un panel sobre cómo Dios creó al mundo. Un judío, un cristiano y un musulmán contrastarán sus puntos de vista con un científico. Mostrarán sus coincidencias y discrepancias.

En media hora se puede desarrollar un buen panel. Tres invitados o invitadas son suficientes. El animador o animadora les indicará el espíritu fraterno en que se desarrolla la mesa. Y comenzará introduciendo el tema y lanzando unas primeras preguntas a unos y a otras.

Después de unas primeras opiniones, se pueden los micrófonos y el teléfono para la participación de la audiencia. Al final, no hay que sacar conclusiones ni dar la razón a nadie, sino agradecer a todos y… ¡hasta la próxima!

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