CONDENAMOS EL ASESINATO DE OLIVIA ARÉVALO

Radioclip en texto sin audio grabado.

Arévalo, una meraya (sabia) del pueblo Shipibo Conibo de la Amazonía Peruana fue asesinada el jueves 19 de abril. Unos pocos días antes de celebrar el Día Internacional de la Madre Tierra.

 

Líder indígena, a sus 81 años, era una activa defensora de los derechos culturales y ambientales de su pueblo. Y de la protección del medio ambiente amazónico, amenazado por actividades como el narcotráfico, la tala indiscriminada y la minería ilegal. Una de las pocas chamanas con conocimientos de la medicina tradicional y los Ikaros, cantos sagrados declarados Patrimonio Cultural en junio del 2016 por el Ministerio de Cultura del Perú.

Olivia fue asesinada en un contexto de amenazas de muerte y violencia generalizada, por la corrupción y el crimen organizado, sobre todo contra líderes mujeres en la región.

El pueblo Shipibo-Konibo habita en las regiones de Ucayali, Madre de Dios, Loreto y Huánuco. Figura entre uno de los pueblos más numerosos de la Amazonía peruana. Y su artesanía femenina, cerámica, y bordados llamados Kené, son conocidos mundialmente por su belleza y transmisión de mensajes shamánicos.

Comunicado de

Ni una menos Perú: Tocan a una, tocan a todas

ACTUALIZACIÓN 22 de abril de 2018

Lamentamos y condenamos el cruel asesinato de la sabia Olivia Arévalo.
Las causas o circunstancias aún se encuentran en investigación por ello no es posible llegar a una conclusión determinante sobre su asesinato.

Exigimos que el sistema de justicia acelere el proceso para hallar a los culpables.

Estaremos actualizando en base a reportes oficiales

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La conmoción social que ha despertado el crudo feminicidio de Olivia Arévalo Lomas sabia (meraya) nos hace recordar y reconocer la importante labor que decenas de defensoras de derechos humanos realizan silenciosamente para proteger el cuerpo, la cultura, la tierra, el agua, los bosques.

Hoy más que nunca recordamos los feminicidios políticos de Berta Cáceres y Marielle Franco. En ese sentido, nos solidarizamos plenamente con la lucha sostenida que Máxima Acuña Atalaya lidera desde Cajamarca.

Olivia fue asesinada en un contexto de hostigamiento, amedrentamiento, amenazas de muerte y violencia generalizada –producto de la corrupción y el crimen organizado–, sobre todo contra líderes mujeres en la región. En Perú, la interseccionalidad de la violencia arremete sobre todo contra el cuerpo de las mujeres amazónicas. Recordemos las altas tazas de esterilizaciones forzadas que se dieron en contra de la voluntad en Ucayali.

La Asamblea General de Naciones Unidas en 2013, en la Resolución 68/181 estableció que “los Estados deben tomar todas las medidas necesarias para asegurar su protección e integrar la perspectiva de género en sus iniciativas a fin de crear un entorno seguro y propicio para la defensa de los derechos humanos.” (ONU Mujeres, 2017)

Hoy más que nunca, alzamos la voz para que la muerte de Olivia no quede olvidada entre los altos índices de impunidad.

Cinco balazos en el corazón de Olivia.
Cinco balazos en el asentamiento humano Victoria Gracia de Yarinacocha.
Cinco balazos en el pueblo shipibo-konibo.
Cinco balazos.
Cinco balazos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Cinco balazos en el cuerpo de todas las mujeres.

#JusticiaParaOlivia
#TocanAUnaTocanATodas
#NiUnaMenos

Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del Perú
Ministerio de Cultura del Perú
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Perú
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social del Perú
Ministerio del Interior del Perú
Ministerio Público – Fiscalía de la Nación del Perú